Anunciado para septiembre. Luego postergado para octubre. Noviembre sin noticias. Hoy ya se habla de postergación a marzo de 2016. En el Gobierno han pecado de improvisación.

Esta es la tónica que ha marcado el envío de un proyecto de ley al Congreso Nacional que reformula el sistema de salud privado en Chile: las isapres.

No obstante, a la espera del proyecto definitivo, la ministra de Salud Carmen Castillo adelantó en octubre un anteproyecto a la Comisión de Salud del Senado.

Fin a la declaración de salud y fondo mancomunado entre isapres y Fonasa. Sin embargo, antes de analizar, es preciso responder algo que aún muchos se preguntan: ¿En qué consiste el Sistema de Isapres?

Actualmente existen dos formas de obtener prestaciones de salud en Chile: la vía estatal y la vía privada. Esto funciona como un seguro.

No se engañe: la salud no es gratis. A cada trabajador con contrato laboral se le descuenta un 7% de su sueldo bruto mes a mes. Esto es lo que se conoce como el “7% de salud”. Este 7% de los salarios mensuales componen el Fondo Nacional de Salud, más conocido como Fonasa.

Así cada trabajador se ubica en un tramo de acuerdo a su ingreso, y si él o una de sus cargas familiares se enferma o debe someterse a una cirugía recibe financiamiento de Fonasa. Sin embargo, para evitar que las personas acudan a un médico por cualquier molestia, se cobra a la persona un bono cada vez que requiera una atención.

Sin embargo, los trabajadores tienen la opción de pagar más y afiliarse a una isapre, con el fin de acceder a mejores prestaciones o bonos más baratos. Para ello el 7% de descuento mensual no se va a Fonasa y se va a la isapre que lo admita. El trabajador además debe pagar extra de acuerdo al plan que elija. Es así como todos los trabajadores dependientes en Chile poseen seguro de salud.

Actualmente sólo un cuarto de la población se encuentra afiliada (o es carga de un afiliado) en una isapre.

El 76% de la población recibe cobertura de Fonasa. Esto se da por dos motivos: los bajos sueldos en promedio de Chile y el hecho de que las isapres se reservan el derecho de admisión.

En efecto, no basta con poseer ingresos suficientes y disposición de pago mes a mes para afiliarse a una isapre. Estas entidades exigen una declaración de salud de afiliados y su grupo familiar, para ver si resulta conveniente asegurarlos o no en el largo plazo. El propósito es evitar afiliar a personas con enfermedades preexistentes.

Así también las isapres discriminan por edad, dado que a mayor vejez mayor es la probabilidad de contraer enfermedades y requerir prestaciones médicas. De esta forma las isapres velan por afiliar a personas con baja probabilidad de padecer grandes enfermedades.

El Estado considera que no es justo que Fonasa se haga cargo de todas las personas en situación de vejez o con enfermedades preexistentes.

Es así como la reforma que desea impulsar busca eliminar la declaración de salud como requisito para ser afiliado a una isapre. Por otro lado, actualmente las isapres ofrecen más de 14 mil planes distintos a sus afiliados. En rigor, la isapre evalúa a cada afiliado de forma particular y establece el precio.

La reforma busca impulsar que las isapres ofrezcan tres planes estándares y generar un fondo mancomunado, compuesto por un porcentaje de los aportes de beneficiarios Fonasa y a la vez con un porcentaje de los aportes de afiliados de isapres, fondo que estará disponible para todos. A modo de compensación, también busca crear un fondo interisapres, financiado por todas las isapres y a disposición exclusiva de sus afiliados.

Estas medidas son ambiciosas y han encendido las alarmas del sector privado de salud. Algunos acusan que las isapres desaparecerán. ¿Exageración o realidad? En marzo lo sabremos..

 

Columna de Matías Godoy, director de economiatodos.cl

 

Fuente: Publimetro