Análisis entre lo comprometido en 2014 y lo anunciado este año, tras el 21 de mayo:

Cámara Chilena de la Construcción advierte «inmadurez en los proyectos», bases de licitación «ambiguas» y una contraparte técnica «muy débil» en inversiones de Salud.

Por René Olivares y Nadia Cabello.

«Uno tiene que ser bastante transparente: de los 20 hospitales (comprometidos para quedar construidos al final del gobierno), hay seis que no van a estar terminados a inicios de 2018, pero los otros los vamos a tener terminados», explicaba el viernes pasado la ministra de Salud, Carmen Castillo.

Aunque, como reconoce la autoridad, hay seis recintos que no estarán para ese plazo, eso no significa que sean los únicos que presenten dilaciones en sus fechas de entrega. De los 60 hospitales de la cartera de inversiones de Salud para este gobierno, 26 extendieron los plazos prometidos (ver infografía).

Así se desprende al comparar la información entregada por Castillo tras la cuenta presidencial del 21 de mayo, con las fechas que la ex jefa de la cartera, Helia Molina, había entregado ante la comisión investigadora sobre infraestructura hospitalaria, de la Cámara de Diputados en mayo de 2014.

Entre los recintos que presentan demoras se cuentan también algunos de los hospitales que fueron sacados de la cartera de concesiones (ver recuadro).

La diputada Karla Rubilar (independiente), consultada por esta situación, dijo no entender «qué se hizo el último año en materia de inversiones hospitalarias, ¿fue un año perdido?».

Carlos Piaggio, gerente de infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción, explica que «nos ha tocado vivir en carne propia los problemas que han tenido los hospitales. (…) Nos encontramos con que hay inmadurez en los proyectos que se nos entregan, bases de licitación ambiguas y que cambian de un servicio de salud a otro y una contraparte técnica muy débil».

Todo eso, dice, tiene como consecuencia que «gran parte de las obras ha sufrido retrasos, en algunos casos no se han terminado, hay aumentos ostensibles de costos y un alto grado de conflictividad entre las constructoras y los servicios de salud».

Por ello, Piaggio afirma que le han pedido a Salud subsanar esos problemas. «Uno no puede pretender que las cosas cambien si se siguen haciendo de la misma manera, sobre todo con una cartera de inversiones tan grande. Si no hay cambios, puede pasar que haya más problemas judiciales y que las empresas no se interesen en participar».

El presidente de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados y quien también presidiera la comisión investigadora el año pasado, Juan Luis Castro (PS), dice que «es sobre esa información oficial, que nos entregó el mismo ministerio, que vamos a tener que conversar el próximo martes, cuando están citadas la ministra y la subsecretaria de Redes Asistenciales, Angélica Verdugo. Aquí hay un clima de gran preocupación, porque no se puede ir cambiando la opinión de un año a otro respecto de obras demasiado importantes».

A juicio de Castro, «no hay razones evidentes que expliquen la situación que estamos viendo y por eso necesitamos escuchar qué tienen que decir las autoridades. Y por eso a mí me gustaría rechazar aquellas voces que han solicitado la renuncia de la subsecretaria sin haberla escuchado, sobre todo a quienes son de la Nueva Mayoría y están haciendo un uso político de esto».

Los vaivenes de los ex concesionados
La mayor parte del año pasado, la discusión sobre el plan de inversiones hospitalarias se centró en cuánto lo afectaría -en términos de plazos y recursos- la decisión que tomó el Gobierno de sacar de la cartera de concesiones a seis establecimientos asistenciales que había dejado allí la administración de Sebastián Piñera, para construirlos con recursos sectoriales.

En ese marco, en la comisión investigadora de infraestructura de la Cámara se estableció que, de acuerdo con la planificación del gobierno anterior el Hospital Sótero del Río tendría sus obras finalizadas en noviembre de 2018 si hubiera seguido dentro del plan de concesiones. Con el cambio de modelo, en cambio, estaría listo en agosto de 2021. Ahora, en el cronograma dado a conocer por la ministra Carmen Castillo, el mismo hospital se espera para diciembre de 2022.

Cambios similares se pueden observar en los hospitales de la Red Quinta (Quillota-Petorca y Marga-Marga): concesionados se esperaban para 2019, construidos por la vía sectorial en octubre de 2021. Pero la confusión aumentó porque la propia ex ministra Molina declaró que podrían estar listos en el primer semestre de 2019… y ahora se habla de fines de 2019.

Se repite la situación sobre los plazos de la Red Maule (que incluye los hospitales de Curicó y Linares), donde se dijo que concesionado terminarían sus obras a fines de 2019, por la vía sectorial en marzo de 2022. El año pasado, las autoridades decían que se terminarían el primer semestre de 2019 y este año se dice que estarán a fines de 2019.

Y, por último, también el Hospital de Chillán ha tenido plazos distintos que han pasado por diversos meses de 2018 y 2019.

Según la última información entregada por Salud, el estado actual de todos estos hospitales es «por licitar».

En nueve de 40 recintos se adelantaron los plazos
Así como hubo modificaciones en el cronograma de Salud que derivaron en retrasos de las fechas inicialmente estimadas, en nueve de los 40 recintos incluidos en el plan de inversiones hospitalarias (los comprometidos para quedar inaugurados y para estar en construcción al fin del Gobierno) ha ocurrido lo contrario y los plazos se adelantaron.

Por ejemplo, el fin de las obras del Hospital de Ovalle inicialmente estaba programado para el primer semestre de 2018 y ahora se espera para noviembre de 2017. Sucede lo mismo con el recinto concesionado de Antofagasta: el año pasado se decía que estaría listo en 2018 y ahora, en 2017.

La situación se repite con los establecimientos de Lebu (pasó de 2020 a 2018), Villarrica (de 2019 a 2017), Porvenir (de 2017 a 2016), Félix Bulnes (2019 a 2018), Melipilla (2020 a 2019), Buin (2020 a 2018) y Puente Alto (2020 a 2019).