Desde mediados de marzo, el abogado y ex ministro del Interior y Defensa, preside la asociación gremial donde, entre otras cosas, tiene la tarea de representar al organismo en materias de seguridad social.  

 El 20 de marzo, el abogado Jorge Burgos Varela asumió la presidencia de la Asociación de Mutualidades A.G., entidad que representa a los organismos privados administradores de la Ley 16.744 (ACHS, IST y Mutual de Seguridad).  

 Actualmente, las tres mutualidades entregan cobertura a alrededor de 5.600.000 trabajadores a lo largo del país, quienes están protegidos por el Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales (Ley 16.744). 

 Usted asumió la presidencia de la Asociación de Mutualidades hace seis meses, ¿qué lo motivó? 

Asumí este encargo con entusiasmo y responsabilidad, intentando ser un aporte en el debate de los perfeccionamientos que pudieran corresponder en esta área de la seguridad social. En este sentido, cuidar un sistema virtuoso es un desafío permanente, contribuyendo para ello con los 60 años de experiencia que poseen las mutualidades como administradoras del Seguro Social Contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.  

 ¿Cuáles son los principios que caracterizan a este seguro social que tiene más de seis décadas de existencia? 

Entre los diversos principios es bueno destacar su carácter de seguro universal para todos los trabajadores, que sin distinción de ingresos reciben las mismas prestaciones. Por otra parte, el sistema garantiza el 100% de la cobertura de las atenciones de salud que sean necesarias para lograr la recuperación total de un trabajador, sin copagos y sin exclusiones, es decir, no tiene límite de gastos. A su vez, considera el pago de los reposos médicos desde el primer día y, en el caso que lo amerite, se hace cargo de las indemnizaciones y sus respectivas pensiones.  

 En este sentido, el sistema de mutualidades ha demostrado ser una poderosa y exitosa asociación público-privada, entregando prestaciones preventivas, económicas y médicas de calidad en forma oportuna. 

 ¿Cuáles son los principales desafíos del sistema de mutualidades? 

Como sistema estamos constantemente enfrentados a desafíos y transformaciones, los cuales asumimos con la mayor responsabilidad, poniendo siempre a los trabajadores en el centro, con el fin de cumplir con el propósito con el que fue concebida la Ley del Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, dictada en 1968 en la presidencia de Eduardo Frei Montalva. 

 En lo inmediato, debemos considerar los cambios permanentes que está experimentando el mundo del trabajo, tanto tecnológicos como nuevas formas de trabajo (teletrabajo, plataformas digitales, los efectos de la irrupción de la inteligencia artificial, los trabajadores independientes, etc.), lo que nos enfrenta a nuevos tipos de riesgos. Por otra parte, dado los efectos de la hiperglobalización, es relevante continuar trabajando en programas de prevención para mitigar riesgos emergentes, como el Covid-19. Asimismo, no debemos dejar de lado el creciente impacto de la salud mental y bienestar de los trabajadores, el cual se ha visto afectado en mayor medida en los últimos años, por lo que es necesario reforzar los planes preventivos en esta área, con el fin de evitar el riesgo de accidentes u otras enfermedades. Y, por supuesto, tenemos que, siempre, avanzar en el cumplimiento de la meta de cero accidentes graves y fatales con planes preventivos para estos riesgos específicos. 

 El sistema de mutualidades ha demostrado estar vigente como un modelo exitoso de asociación público-privada, ¿a qué atribuye esta permanencia en el tiempo?  

La vigencia del sistema de mutualidades ha sido posible gracias al trabajo mancomunado de las autoridades del Estado, los trabajadores, empleadores y nuestro aporte desde las mutualidades. 

 Entendemos que un entorno de trabajo seguro y saludable es un derecho fundamental, y que a su vez la seguridad y salud en el trabajo es un factor relevante que contribuye al bienestar y calidad de vida de las y los trabajadores y sus familias. Asimismo, el estar en sintonía con las diferentes necesidades de los trabajadores y trabajadoras es un requisito indispensable para toda organización que participa de la seguridad social.