Desde el inicio de la pandemia a la fecha se han hospitalizado 170 mil pacientes, 50.325 de ellos en unidades de cuidados críticos. Más de tres millones de personas se han contagiado y 16,6 millones se han inmunizado contra el virus. Y mientras países de Europa ya han decidido dejar atrás la pandemia, en Chile las futuras autoridades apuestan por mantener las medidas sanitarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia por coronavirus el 11 de marzo de 2020. Ocho días antes, el 3 de marzo, el virus se había confirmado en Chile, en un médico de Talca que regresaba del sudeste asiático.
Transcurridos dos años desde el primer caso en el territorio, 3.122.802 personas se han contagiado en el país y 170.853 han requerido ser hospitalizadas. De todas ellas, 50.325 han presentado casos graves, debiendo ser ingresadas a unidades de cuidado intensivo. Y tras largas estadías, ventilación mecánica y terapias de alta complejidad, 36.841 han logrado recuperarse, recibiendo el alta desde las UCI.
“Esta enfermedad nos sorprendió en diferentes planos. Habíamos visto casos respiratorios muy severos con la influenza, pero este virus (Covid-19) no solo producía cuadros respiratorios, también comprometía el sistema circulatorio, el nervioso y hasta generaba trombosis. Uno estaba a punto de dar el alta a un paciente y se producía un evento grave, entonces estaba lleno de trampas, tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha”, detalla el jefe de la Unidad de Paciente Crítico de Indisa, Sebastián Ugarte.
El intensivista explica que, al igual que los demás centros de salud, en la clínica también concentraron todos sus esfuerzos a enfrentar la crisis sanitaria: “Prácticamente toda la clínica se fue transformando en camas críticas, las camas de pediatría y los quirófanos fueron camas de UCI. Y el personal que trabajaba en pabellones estaba atendiendo pacientes Covid-19, al igual que las pediatras”.
En 2021 hubo una nueva ola de pacientes críticos e incluso más compleja que la primera. De hecho, el 7 de mayo de ese año se alcanzó el número máximo de camas habilitadas -4.544 unidades- con más de 3.000 personas en cuidados intensivos. Luego, con la variante delta, las hospitalizaciones no iniciaron un descenso notorio hasta principios de agosto.
Este año, ómicron desató una nueva ola en las UCI. Este jueves se reportaron 1.105 personas en una unidad crítica, más del doble que hace un mes. Por esta razón, las autoridades sanitarias ordenaron a los centros de salud ampliar las camas críticas, lo que no ocurría desde mayo de 2021. Actualmente, hay 2.533 camas habilitadas y solo 177 disponibles.
En ese sentido, Claudio Castillo, académico de Salud Pública en la U. de Santiago, señala que estas dos variantes son las que más han impactado en el número de fallecidos: “Sí uno compara los dos peaks, en junio del año pasado llegamos a un 63% de exceso de mortalidad y el pasado 20 de febrero llegamos al 50%. Esto significa que, en términos de mortalidad, tuvimos dos grandes peaks, uno asociado a la variante delta y otro a ómicron”.
Aunque el reporte del Imperial College of London reporta que sí hay evidencia de menor riesgo de hospitalización por ómicron comparado con delta, entre 20 a 45% más baja, su alta transmisibilidad provocó una fuerte demanda hospitalaria. A eso se suma el impacto de este linaje en las personas no inmunizadas y que en Chile suman 780 mil casos (sin contar a los menores de tres años, que no pueden ser inoculados).
“Para las personas no vacunadas, ómicron puede ser igual de letal que otras variantes, por lo tanto esa comunicación hay que transmitirla de esa manera, y el exceso de mortalidad muestra que tenemos una segunda ola de muerte asociada a esta enfermedad”, detalla el académico.
El reporte del Minsal de este jueves confirmó que 272 personas fallecieron producto de la enfermedad, la cifra más alta desde el 27 de junio de 2020, cuando hubo 279. Mientras, a la fecha, los fallecidos en toda la pandemia suman 42.683.
A un año de la campaña masiva de vacunación, y de acuerdo a la última actualización del Minsal, 16.675.286 personas ya tienen su esquema basal de dos dosis, lo que implica un 90% de cobertura. Mientras, 13.084.913 chilenos ya recibieron la dosis de refuerzo.
Eduardo Tobar, intensivista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile sostiene que “evidentemente, no estamos tan mal con ómicron por la vacuna. Los pacientes graves que llegan al ventilador suelen ser pacientes con esquemas incompletos o sin dosis de refuerzo y hay buenos estudios que demuestran que tener tres dosis te baja el riesgo de llegar a la UCI en más de un 90%”
Dinamarca y Noruega anunciaron el fin de la pandemia a inicios de febrero y otros países también buscan hacer lo mismo. Suecia aseguró tener condiciones “lo suficientemente estables” como para comenzar a suavizar las medidas sanitarias, dejando de exigir un certificado de vacunación contra el Covid-19 o límite de aforo en eventos. España continúa flexibilizando las restricciones, al igual que varios territorios de Estados Unidos.
Sin embargo, los expertos aseguran con el escenario epidemiológico actual – este jueves se reportaron 23.395 casos nuevos de coronavirus- no es prudente comenzar a levantar las normas pandémicas.
“Es poco aconsejable que se puedan relajar ciertas medidas, probablemente lo que se puede hacer es ajustar ciertas medidas referente a la realidad epidemiológica que se puede estar viviendo”, señala el secretario nacional del Colegio Médico, José Miguel Bernucci.
Entre las autoridades que en marzo llegarán al gobierno y al Ministerio de Salud -donde algunos representantes apoyaban una estrategia de Covid cero, con un cortocircuito epidemiológico y burbujas sanitarias- sostienen que relajar las restricciones no está dentro de los planes futuros, es más, planean seguir con todas las medidas vigentes, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, y destacan que el manejo de la pandemia es un punto clave dentro del programa de salud.
Matías Goyenechea, excoordinador de salud del comando de Boric, explica que “lo que se planteó en parte del programa establecía una continuidad de las políticas que han sido exitosas respecto del manejo de la pandemia, sobre todo relacionado con el proceso de vacunación, quizás haciendo algunos hincapiés, como, por ejemplo, mejorar la gobernanza en los procesos, pero en el fondo todas las medidas que se vayan adoptando van a tener que estar alineadas con la realidad epidemiológica del momento”.
Algunos expertos aseguran que el futuro del virus es impredecible. La viróloga Vivian Luchsinger afirma que “cada vez que el virus se replica genera cambios y surgen variantes más peligrosas. De hecho, hay factores que influyen en eso, por ejemplo, que haya alto número de infectados, pues significa que el virus se está replicando en muchas personas, y cada vez que se replica tiene la posibilidad de generar más variantes, que pueden ser o más o menos agresivas.
La doctora también advierte que con la llegada del invierno los casos pueden tener un alza: “El cambio más importante es el comportamiento de las personas, porque en el invierno, por el frío, dejamos de abrir las ventanas, y estamos haciendo actividades en interiores, en espacios cerrados, no al aire libre, y se comparten más espacios con otras personas. Todo eso favorece la transmisión del virus”
En ese contexto, el llamado de los especialistas a ser cautos y, en el mejor escenario, entrar más a una fase de transición que de despedida a la pandemia. Estiman que el coronavirus seguirá circulando y que, teniendo el otoño y el invierno en el horizonte, las mascarillas, el distanciamiento y los aforos deberían quedarse.
Fuente: La Tercera