El año pasado el gobierno aplazó hasta 2018 la obligación legal para los trabajadores independientes de cotizar en las AFP yen la ley de accidentes del trabajo. Como para 2018 falta poco, surge la duda de cuán efectivo sea. Hay una tendencia indiscutida: sube la proporción de adultos mayores que siguen trabajando por cuenta propia después de la edad de jubilación. Si no vemos los caminos más efectivos para que independientes y trabajadores por cuenta propia coticen, la tendencia irá en alza.

En el caso de las cotizaciones para la vejez y la ley 16.744 contra accidentes laborales, los independientes hoy pueden optar por no destinar los recursos de la devolución de impuestos para incrementar sus pensiones o protegerse contra accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Algunos prefieren utilizarlos en necesidades más inmediatas, o no encuentran mucho sentido a cotizar. Como decía el Tenorio, «cuán largo me lo fiáis».

A partir de marzo de 2018, cotizar será obligatorio.

Por ahora, la mayoría de los independientes se inclina, año a año, por disponer de esa plata en vez de ahorrarla. Existen más de 1,7 millones de trabajadores por cuenta propia, y, según la Superintendencia de Pensiones, sólo unos 120 mil cotizan de manera regular. De ahí la obligatoriedad. Por otra parte, los independientes y por cuenta propia requieren que la economía crezca, porque mejora sus expectativas y facilita postergar necesidades presentes para ahorrar. Este año habrá un pobre crecimiento, que se estima no mayor al 1,5%. Para 2018, se habla entre 2,5% y 3%. Mucho mejor, pero no para destapar champaña.

Así, cuando el Estado los obligue a no recibir anualmente ese dinero, no estarán muy contentos si no otorgan sentido a la cotización para la vejez. A eso hay que sumar el proyecto para aumentar de 10 a 15 por ciento la cotización legal para las pensiones. De acuerdo a varias señales, el aumento sería gradual, rondando un alza de 0,8% anual, para llegar al 15% en cinco a seis años. Una fracción iría a las cuentas de capitalización individual y otro porcentaje a un fondo que serviría para incrementar las pensiones más bajas: algo así como un aporte solidario para pensionados de las AFP. Un mecanismo similar, aunque más paulatino, se aplicaría para los independientes. ¿Será así?

En el universo de independientes y por cuenta propia, hay miles que trabajan en el Estado. Para ellos será obligatorio. Eso es de toda lógica, porque el sistema de pensiones debe tener las mismas reglas del juego para todos. Si se obliga a los independientes a cotizar, ¿de qué le sirve a una persona que está cerca de llegar a la edad de jubilación? Por otra parte, ¿estará dado el entorno, y el crecimiento económico, para que este segmento de trabajadores postergue necesidades del presente para una mejor vejez?

Columna de Ernesto Evans, Presidente de la Asociación de Mutuales

Fuente: La Segunda