Al revisar el número y el origen de los accidentes de trabajadores en la industria, queda en evidencia algo que es sabido desde hace mucho. La mayoría de ellos pudo prevenirse.

Es verdad que un empleador está obligado a tornar con responsabilidad las obligaciones necesarias para cuidar la salud de sus trabajadores, pero también es verdad que no existe el nivel de seguridad máximo y aunque se apliquen todas las medidas posibles, siempre hay un espacio en el cual es el trabajador quien voluntaria o involuntariamente decide tornar una conducta específica, cuya causa puede encontrarse en motivaciones o situaciones que van más allá del trabajo en sí.

Desde el punto de vista de la seguridad, el gran terna subyacente a esto último es cómo cambiar aquellos paradigmas culturales y sociales que tienen profundo arraigo y que son la causa de un gran número de incidentes y accidentes en las empresas.

En este sentido, no hay que hacer un análisis tan profundo para entender que el enfoque mayor de cualquier estrategia debe orientarse, por una parte, hacia las nuevas generaciones, en las cuales un adecuado mensaje, entregado de manera eficiente puede permear no sólo en ellos mismos, sino también en su seno familiar. Un trabajador estará mucho más alerta y cuidará mucho más de sí y de sus compañeros si es su hijo quien se lo pide.

Dado que este enfoque es a mediano y largo plazo, urge no bajar la guardia a nivel de las empresas y de la educación laboral, insistiendo hasta el cansancio en la implementación de una cultura de la seguridad.

Conscientes de nuestros propios desafíos en esta materia, como Cámara Chilena de la Construcción nos hemos planteado un objetivo de alta mira para este año 2017, que es la campaña Cero Accidentes Fatales. En esta campaña, cada socio y empresa adscrita se compromete a implementar un sistema de reporte y gestión de incidentes y condiciones inseguras, motivando a sus trabajadores a que le den vida, para lo cual contará con el respaldo de la Mutual de Seguridad.

Más allá de los números, nuestro mensaje es que cada vida cuenta, y en eso no podemos relativizar. Haremos un esfuerzo comunicacional y de acción con las empresas del rubro que se han adherido y aquellas que siguen sumándose a esta campaña. El compromiso está en nuestras manos.

 

Columna de Claudio Poo B., vicepresidente de Gestión de la CChC de Osorno

 

Fuente: El Diario Austral