Diez de los 57 hospitales autogestionados en red del país, es decir, el 17%, no cumplieron los estándares definidos por ley para estos recintos durante 2015, según la evaluación anual realizada por el Ministerio de Salud (Minsal).

Los hospitales autogestionados son recintos de alta complejidad que dependen del ministerio y los respectivos servicios de salud, pero que tienen cierta autonomía en la gestión interna y administración de sus recursos para la toma de decisiones.

El cumplimiento del estándar se establece mediante 47 indicadores enmarcados en cuatro áreas: sustentabilidad financiera, gestión clínica, eficiencia operacional y excelencia en la atención. De ellos, los hospitales deben lograr una puntuación del 75%.

Entre los recintos que no cumplieron están los hospitales de Magallanes, Arica, Quillota, Concepción y Valparaíso, además de centros de la Región Metropolitana.

Según Jorge Lastra, jefe de la División de Gestión de la Red Asistencial del Minsal, “estar bajo los parámetros los pone en un umbral de observación. El desafío no es si aprueban o no, sino cuáles tareas tienen que cumplir con el objeto de mejorar sus estándares, en el marco de lo que tienen comprometido y en su condición de autogestionados”.

El Hospital Exequiel González Cortés obtuvo es uno de los que obtuvo el mejor resultado. Su directora, Begoña Yarza, explicó en qué se traduce el estar sobre los parámetros: “Significa que no tenemos deuda, que le pagamos a nuestros proveedores, en promedio, a 21 días, que nuestros pacientes tienen los insumos y fármacos a tiempo y, respecto a gestión, que tu preocupación ya no está en sostener lo básico, sino en generar valor a lo que haces”, explicó Yarza. La directora agregó que mantener esos estándares “significa un esfuerzo colectivo, además que lo hemos podido sostener en el tiempo, lo que me parece muy relevante”.

La evaluación, que existe desde 2011, modificó algunos de sus parámetros en 2015 para centrarse en los procesos más que en los resultados. Lo que más elevó sus exigencias fueron los indicadores financieros, como gestión de recursos y deuda hospitalaria. En acreditación y atención, también se elevó el estándar.

“Aumentan las exigencias y rigurosidad porque creemos que en salud van cambiando los objetivos y se van haciendo más complejos. Tanto la población como las estructuras del Estado nos ponen más exigencias, y eso debemos transferirlo para que los recintos evaluados mejoren la calidad de su desempeño”, concluyó Lastra.

 

Por: Lorena Leiva

 

Fuente: La Tercera