Para realizar una cirugía en un hospital se necesita que distintos elementos funcionen coordinados. No solo debe estar el pabellón disponible y contar con los equipos necesarios, sino también debe estar todo el personal que interviene en una operación: cirujanos, enfermeras, anestesistas, arsenalera y técnicos. Si uno de ellos falla, no queda más que suspender la cirugía.

Para mantener una vigilancia permanente sobre lo que ocurre en cada uno de los quirófanos de los hospitales del país, en el Ministerio de Salud se está implementando la Unidad de Gestión Centralizada de Pabellones.

Esta depende de la Subsecretaría de Redes Asistenciales y lo que busca es monitorear desde la administración central todo lo que pasa en los quirófanos. Para ello, acceden a las tablas operatorias de los pabellones -que es el cronograma diario con el que trabajan los recintos de salud- y con esa información se puede evaluar en detalle el funcionamiento: saber por qué se indicó la cirugía, de qué tipo es, si esta se realizó o se suspendió y, en el último caso, las razones.

«Hay que ir buscando. Y tener comprensión también. Si hubo un momento en que el equipo de anestesia, la máquina, dejó de funcionar, obviamente que hay una situación fortuita. Pero si es porque alguien se fue de vacaciones y no comunicó, es un problema de gestión. Todo esto tenemos que estar permanentemente monitoreándolo, viéndolo, y eso lo está haciendo Redes», cuenta la ministra de Salud, Carmen Castillo.

La realización de cirugías es un área sensible para el sector. Según los últimos datos entregados por la cartera al Congreso, hay cerca de 240 mil personas en lista de espera para las intervenciones que no están incluidas en el plan AUGE, y la falta de profesionales en el sector público impacta en que esos problemas se demoren en ser resueltos.

Por eso, la subsecretaria de Redes Asistenciales (s), Gisela Alarcón, explica que «es tan importante que cada cirugía programada se cumpla. Para eso se requiere, y es lo que hemos estado haciendo, estandarizar el proceso prequirúrgico y quirúrgico, por patología, en cada hospital para saber que las cirugías se hacen en el momento que corresponde y, si no se hacen, conocer el por qué y atacarlo, para que los pabellones sean bien utilizados».

La Unidad de Gestión Centralizada de Pabellones se comenzó a implementar, a modo de piloto, en los hospitales Exequiel González Cortés, San Borja Arriarán y Sótero del Río, en la capital, y ya se está ampliando. Con este mayor control, Alarcón asegura que «hemos aumentado 4,5% la cantidad de cirugías que se hacen en el sistema público y hemos alcanzado el 85% de ocupación de pabellones».

El decano de Medicina de la Universidad San Sebastián y ex subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, concuerda en la importancia de mantener un control estricto sobre la actividad de los pabellones para el sistema, porque «eso impacta inmediatamente en las listas de espera», pero asevera que no es necesario crear una unidad nueva para ello.

«El Ministerio de Salud tiene las herramientas para monitorear. Esa es la misión de la División de Gestión de Redes Asistenciales. Crear algo nuevo es solo introducir más burocracia y un gasto innecesario», afirma.

 

Fuente: El Mercurio