Después de casi cuatro horas de debate, la acusación constitucional en contra de la ministra de Salud, Carmen Castillo, no fructificó ayer en el Congreso.

Así, cerca de las tres de la tarde del miércoles, la Sala de la Cámara de Diputados acogió la llamada «cuestión previa» que da cuenta de las razones por las que la acusación impulsada por el bloque opositor no tenía asidero jurídico, por 65 votos contra 40, desechando de manera contundente la idea de avanzar en el fondo.

Este resultado no fue una sorpresa para nadie, ya que como se sabía de antemano la oposición no contaba con los votos para sacar adelante el mecanismo fiscalizador. Tanto así que los impulsores de la acusación anunciaron antes de que se iniciara la sesión que continuarán intentando destituir a la titular de Salud y no descartaron presentar otra acusación constitucional, lo que —según aclaró el presidente de la Cámara, diputado Marco Antonio Núñez- podría ser factible, pues el reglamento no lo impide.

El abogado de la secretaria de Estado, el constitucionalista Javier Couso, sentado junto a ella en la Sala, se tomó una hora exacta para rebatir los fundamentos que esgrimió la oposición en el libelo acusatorio. El jurista inició su intervención aludiendo justamente a la gravedad que, a su juicio, constituye el anuncio de la oposición de que de perder esta instancia, seguiría intentando destituir a la ministra, advirtiendo que ello es un «peligro a la gobernabilidad» del país.

«Carece de fundamentos»

Acto seguido y en cinco capítulos detalló las razones por las que la acusación constitucional no tenía asidero y le recordó a los parlamentarios en más de una ocasión que si bien este es un proceso de carácter jurídico-político a la hora de votar la procedencia de la cuestión previa, debían hacerlo jurídicamente.

En su alegato, Couso destacó que si bien uno de los fundamentos de la acusación, según consta en el documento, es «una grave crisis de la salud», los promotores del instrumento fiscalizador «no explican cómo la ministra habría generado los hechos en que la acusación se funda». Más adelante, criticó duramente «las deficiencias en la fundamentación tan severas que han vulnerado el derecho de la ministra al debido proceso, haciendo difícil su defensa» y que el libelo «carece de antecedentes probatorios».

Superado el impasse, la ministra Castillo se mostró satisfecha y agradecida de los diputados de la Nueva Mayoría «y también de varios independientes que votaron a favor» y reiteró que jamás ha infringido la Constitución, por lo que dijo sentir que se hizo justicia por algo que se le había imputado. Respecto a nuevas acusaciones, señaló que es una advertencia que «escuchamos, sin embargo esperamos que impere la cordura».

Por otra parte, Castillo valoró acciones como estas, pues a su juicio contribuyen a «darnos cuenta que también hay una oposición que tiene una postura que nosotros tenemos que escuchar y, por supuesto, siempre lo constructivo y bien intencionado es bienvenido».

Disculpe, señora ministra

Los argumentos de los diputados oficialistas fueron en su mayoría en la misma línea del abogado defensor. Pero las miradas estaban puestas en el diputado socialista Juan Luis Castro, cuya frase acerca de que en la acusación «se va a salvar a la ministra, pero otra cosa es salvar a la salud pública», fue usada por varios representantes opositores para argumentar en contra de la cuestión previa.

Antes tomó la palabra el ex timonel PS, diputado Osvaldo Andrade, quien al inició de su intervención señaló: «ministra, le pido disculpas por todo esto. Nosotros no la vamos a salvar, sólo vamos a hacer lo que corresponde». Concluida la votación Castro, indicó que «el llamado es al gobierno a que ponga en primera prioridad la salud y los graves problemas que existen en el sistema público. Aquí se debe entender que hay que mejorar la gestión de los hospitales» e instó al Ejecutivo a empoderar a la ministra Castillo.

En la oposición estaban evidentemente molestos y defendieron los fundamentos de la acusación.

Una de las patrocinantes, la diputada Karla Rubilar, dijo que al rechazar la cuestión previa, la NM había mostrado que había sustento para la acusación y que lo que vieron fue «miedo porque entrar a discutir de salud era dispararse en los pies». Mientras que el ex RN, Gaspar Rivas acusó a la derecha de «carerajismo» y recalcó que en el gobierno de Piñera «no mejoraron en absoluto la salud de este país, los problemas estructurales que tenía la salud».

 

Fuente: El Diario Financiero