En 2004, cada cotizante de isapre utilizaba, en promedio, 4,6 días de licencia médica por año. Una década más tarde, la tasa de uso de este subsidio de incapacidad laboral subió a 7,6 días ¿Estamos más enfermos? Los expertos plantean que, si bien el envejecimiento de la población puede ser una causal de este aumento, no es un factor decisivo, y que este indicador da cuenta de que el modelo de permisos ante enfermedades requiere una completa revisión y una serie de modificaciones.

Según un estudio elaborado por la Asociación de Isapres, las licencias médicas implicaron el 24% del gasto sobre la cotización legal. Se trata de un desembolso que va al alza en el sistema privado y que en la última década creció un 166%, al pasar de $ 149 mil millones en 2004 a $ 398 mil millones en 2014 (ver infografía).

“Los resultados muestran que en los últimos años, el mayor uso de licencias médicas (efecto cantidad) es lo que ha elevado el gasto en subsidios de incapacidad laboral en el sistema de isapres, aunque el aumento en los salarios y topes imponibles también han influido (efecto precio)”, dice el análisis.

Según el presidente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, también se debe considerar el aumento de cotizantes, que pasaron de poco más de un millón de personas a un millón y medio en la última década, con un aumento, asimismo, de sus rentas imponibles. “Pese a estos factores, el aumento del gasto no debiese ser tan explosivo, y vemos que es el efecto cantidad, es decir, los días que se están pagando por cotizante, lo que ha causado un mayor impacto”, añadió Caviedes.

Las aseguradoras afirman que el modelo de licencias médicas presenta una serie de deficiencias que contribuye a abultar el desembolso. Entre éstas, que el sistema absorbe parte de las enfermedades que debiesen tratar las mutuales de seguridad. “Hay personas que sufren una enfermedad que tiene origen laboral, pero va a su médico y la trata por esa vía en las isapres, y eso implica costear parte del tratamiento y licencias”, enfatizó Caviedes.

A esto se suma, afirma, la carencia en las licencias cortas -los tres primeros días no se pagan cuando duran menos de 11- y que incentivarían a médicos y pacientes a optar por permisos largos.

Esta situación es fiscalizada por las contralorías médicas de las aseguradoras, lo que ha llevado también al alza el rechazo de los permisos. “No se puede fiscalizar todo y uno puede presumir de todas maneras que hay un abuso o un mal uso en las licencias, pero que es difícil cuantificar”, añadió Caviedes.

Cambio epidemiológico

El estudio de las isapres plantea que las variables epidemiológicas no han cambiado sustancialmente como para explicar el aumento de los permisos. “Lo que si puede estar pasando es que el acceso a más y mejor salud (nuevas tecnologías) estaría permitiendo un número mayor de diagnósticos y esto conduciendo a un mayor número de licencias”, planteó el trabajo.

Oscar Arteaga, director de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, dice que el envejecimiento de la cartera de isapres y el aumento de la expectativa de vida, en comunión con enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, podrían explicar en parte la situación.

“Hay mayor carga de enfermedad en un grupo de la población y también más personas mayores en las isapres. Por otro lado, ocurre que se han usado los permisos como una solución de seguridad social. Es decir, cuando personas se han visto complicadas por diferentes razones, han obtenido licencias médicas. Hay mal uso, no cabe duda, pero es una conducta que ha ido cambiando”, sostuvo.

Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud y Futuro de la U. Andrés Bello plantea que el aumento del gasto en isapres supone que hayan menos recursos para la cobertura de salud para los afiliados.

“El sistema tiene los incentivos al revés, pues estimula, por ejemplo, una licencia larga por sobre una corta. Y el problema es que cuando los médicos favorecen a un paciente dándole una licencia larga, para que no tenga carencia, perjudica al colectivo porque se reducen los recursos para gastos médicos”, explicó.

Sánchez añade que los ciclos económicos inestables también generan más permisos laborales. “Cuando se ven en riesgo los trabajos o se ve una amenaza de despidos, pasa que hay trabajadores que recurren a las licencias ”.

Cambios al modelo

Caviedes plantea que el modelo de licencias médicas debe ser modificado, en orden a contener el gasto, mejorar la transparencia de los permisos y externalizar su gestión.

Coinciden al respecto Arteaga y Sánchez, quienes plantean que debe ser un ente independiente a los seguros, público y privado, además de las mutuales, el encargado de administrar los subsidios, lo cual fue debatido en el contexto de la reforma a las isapres que está en diseño.

 

Fuente: El Mercurio