Al término de la medida en 2015, solo Rancagua, Curicó y Coyhaique tuvieron menos episodios de alta polución:
Santiago, Talca, Chillán, Temuco, Valdivia y Osorno mostraron alzas de días con alta contaminación. Cinco ciudades tendrán nuevos planes «antiesmog» en 2016.
Por Manuel Valencia.
Las erupciones de los volcanes Villarrica y Calbuco, además de la escasez de lluvias y las bajas temperaturas configuraron una «tormenta perfecta» que genera el aumento de episodios críticos de contaminación atmosférica durante este año en las ciudades del centro y sur del país.
La explicación la da el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, al entregar el balance final del episodio de alertas sanitarias ambientales que el Gobierno aplicó en 10 ciudades entre el 1 de abril y el 30 de septiembre.
En esos seis meses, seis de las 10 ciudades con alertas sanitarias tuvieron más días con alto esmog que el año pasado: Santiago (53 episodios, uno más que en 2014), Talca (72, 10 más), Chillán (69, seis más), Temuco (73, tres más), Valdivia (85, 38 más) y Osorno (67, nueve más).
En el mismo periodo, Los Ángeles registró los mismos 53 episodios de 2014. Las ciudades que los redujeron fueron Rancagua (37, 17 menos), Curicó (14, 18 menos) y Coyhaique (112, 28 menos).
Pese al incremento, Mena tiene una evaluación positiva de la aplicación de las alertas, el instrumento que permite disponer de medidas como restringir el uso de leña y paralizar fuentes fijas en algunas urbes. «Se consolidan los avances en varias ciudades y en algunas la reducción ha sido sustancial, como en Rancagua y Curicó. También la duración de los episodios críticos es muy corta y bajó en 80%. Antes duraban un día entero y ahora por un par de horas. En el caso de Valdivia, hubo un aumento por el cambio de instrumentos, que ahora miden mejor».
El coordinador del Centro Meteorológico Ambiental de la U. de Santiago y especialista en contaminación atmosférica, Patricio Pérez, sostiene que en estas urbes se requieren medidas más estructurales, propias de un plan de descontaminación.
«Muchas veces, las alertas se aplican cuando ya pasó lo más fuerte del episodio. Es solo una opción paliativa, pero no logra evitar la contaminación más crítica. Tampoco se han enfocado acciones especiales para reemplazar calefactores como se hizo en Coyhaique, que explica su baja precisamente por eso», argumenta.
Las alertas podrían aplicarse en menos ciudades el próximo año, pues el 1 de abril debiesen comenzar a regir cinco nuevos planes de descontaminación con gestiones de episodios críticos en Temuco (para material particulado fino, MP 2,5), Coyhaique (material particulado grueso, MP 10), Chillán (MP 2,5) y Osorno (MP 2,5).
Paralelamente, el Gobierno alista el recambio de más de 1.600 calefactores en Temuco, Padre Las Casas, Talca, Osorno, Rancagua y Coyhaique. La medida costará $2.944 millones y permitirá reemplazar estufas a leña por otras que funcionan con parafina, pellet y gas.
96
emergencias ambientales hubo en las 10 ciudades este año, 43 menos que las registradas en 2014. Según Mena, duraron 80% menos.
Nueve
de las 10 ciudades con alertas sanitarias ambientales aumentaron sus días de contaminación sobre la norma. Solo Curicó los redujo.
17
preemergencias más se constataron este año en estas comunas. Hubo 234 episodios, y 217 durante 2014, según el balance oficial.
Plan por cambio climático costaría US$1.200 millones
Un resultado positivo en el Producto Interno Bruto de Chile hacia 2030 y un alza de 3,5% en el empleo serían los efectos directos del plan para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero que la Presidenta Michelle Bachelet anunció el martes en Naciones Unidas, en el marco de las medidas para enfrentar los efectos del cambio climático que se busca acordar en la Conferencia de las Partes (COP 21), que se realizará en diciembre en París.
Este programa tendrá un costo de US$1.200 millones, según la estimación oficial. Dicha inversión generaría ahorros por US$2.300 millones y contempla la plantación de 100 mil ha de bosques (para capturar 600 mil toneladas de CO2 al año) y forestar 100 mil ha con especies nativas.
Con tales acciones, se aspira a reducir en 30% la emisión de estos gases al año 2030, tomando como base las mediciones realizadas en 2007.
«Si bien Chile solo es responsable del 0,25% de las emisiones globales, es altamente vulnerable a sus efectos. Se espera que entre 2011 y 2030 las alzas de temperaturas fluctúen entre 0,5 °C para la zona sur y 1,5 °C para la zona norte, y una disminución de precipitaciones de entre 5 y 15% entre Copiapó y Aysén», señaló el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier.