Agresión debe ser reiterada y por sobre tres meses para ser definida como bullying :
Más allá de las características personales de cada empleado, el ambiente en la oficina es la principal variable que posibilita sufrir acoso laboral.
Por María de los Ángeles Pattillo.
Cuando se da un caso de maltrato psicológico laboral, hay un diagnóstico común entre los expertos: ni víctima ni victimario son considerados los grandes responsables de la situación. Es la empresa. «Más allá de la personalidad de cada protagonista, el entorno de trabajo parece tener un gran efecto sobre si el bullying se produce o no», señala Denise Salin, experta en el tema y académica de Hanken School of Economics, de Finlandia.
El también conocido como mobbing es una forma muy particular de acoso psicológico en el trabajo. Para que se constituya como tal, la agresión debe ser de forma reiterada (al menos una vez a la semana) y durante un período de tiempo de mínimo tres meses. Además, tiene que haber un desequilibrio de poder, aunque se dé entre compañeros.
Daniela Campos, jefa técnica del departamento de riesgos psicosociales de la ACHS, destaca que para que se genere este problema tiene que haber un problema de fondo en la organización: «Se trata de todo un síntoma de que las cosas no marchan bien en la forma de organizar el trabajo, de asignar las cargas del mismo, de definir los roles de los empleados, de seleccionar y promocionar a los directivos clave, y el estilo de liderazgo de la organización».
Entre los factores que inducen a esta situación, la jefatura es de los más preponderantes, ya que dicho cargo debiera definir las formas de administrar el trabajo y moderar las relaciones entre el grupo. «Líderes muy autoritarios o bien que dejan hacer sin dar ninguna instrucción favorecen la aparición de situaciones violentas. Los primeros no dan espacio para tomar decisiones y generan tensiones, mientras que los segundos no entregan claridad suficiente y provocan el mismo efecto», indica Elisa Anseolaga, investigadora del programa de estudios psicosociales del trabajo de la UDP.
Otro elemento que genera mayor exposición al bullying laboral es la demanda de trabajo. Según un estudio de Salin, los empleados que tienen una carga muy alta tienen un riesgo cuatro veces mayor de sufrir este tipo de acoso. Este escenario es calificado como un riesgo psicosocial por el Ministerio de Salud (Minsal), que identifica esta y otras tipologías como tal, como el exceso de exigencias psicológicas, la falta de posibilidades de desarrollo o la interferencia del trabajo en la vida familiar. «Una organización con riesgo psicosocial tiene 14 veces más posibilidades de generar acoso laboral. Es decir, el riesgo psicosocial está en la base de las diferentes presentaciones de la violencia», señala Cristián Villarroel, sociólogo y asesor técnico del departamento de salud ocupacional del Minsal. «Los factores de riesgo psicosocial provocan estrés y eso hace que el ambiente se vuelva más propicio para situaciones de violencia», agrega Anseolaga.
Banca y comercio son los más expuestos
Un escenario incluso más grave se da cuando la empresa toma lineamientos estratégicos que incitan al bullying . «Cuando el tema está instalado en la cultura organizacional y la política de la compañía alienta el maltrato, como una forma de poder alcanzar las metas o asegurar cierto cumplimiento, estamos ante un bullying estratégico», señala Anseolaga.
A su juicio, es cada vez más común encontrarse con esta situación. «No es que las empresas lo hagan de forma perversa, sino que con las reducciones de personal, con la presión del tiempo, las metas cada vez más altas y la competitividad interna, las jefaturas tienden a empujar a los trabajadores hacia situaciones violentas muchas veces sin siquiera advertirlo».
Según una investigación que ella está haciendo junto con profesionales del Centro de Estudios de la Mujer y de la UDP, es posible ver de estos casos en la banca y el comercio. «En el sector bancario, por ejemplo, que está bastante modernizado y han invertido tiempo e inteligencia en esta preocupación, todo funciona cuando las cosas van bien. Sin embargo, en períodos de desaceleración, el ambiente se vuelve muy hostil, para conseguir las metas a como dé lugar», agrega Anseolaga.
En ese contexto, Denise Salin cree que lo mejor es que las organizaciones adopten una política de tolerancia cero. «No se debiera aceptar tal comportamiento bajo ninguna circunstancia y se debiera tomar una acción rápida, una postura apoyada por la alta dirección».
Cuatro veces más riesgo de sufrir bullying en el trabajo experimentan quienes tienen exceso de cargas laborales, según estudios de la investigadora finlandesa Denise Salin.
3 a 6 meses de acoso sistemático deben sufrir los trabajadores para ser considerado bullying laboral o conocido también como mobbing por la literatura especializada.
1.866 denuncias por acoso laboral recibió durante todo el año pasado la Dirección del Trabajo. Entre enero y agosto de este año, la cifra ya va en 1.306 denuncias en la entidad fiscalizadora.