Sostiene que «si el Gobierno está detrás de la moción de subir los quórum (para formar sindicatos), es para preocuparse respecto de los demás temas» y buscará que no prospere. También advierte que «quiero ver con mayor tranquilidad el tema de las facultades de administración para que eso no signifique reemplazo interno».

Por Juan Pablo Palacios.

“Tengo fe del Gobierno, pero cuando me dicen que está acompañando la indicación de subir los quórum, tengo derecho a revisar las demás cosas también”. Esa es la reacción del diputado y ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, ante el apoyo del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, al acuerdo pro Pyme en la Reforma Laboral, que incluyó indicaciones de senadores para subir de 8 a 25 trabajadores el requisito para constituir sindicatos en las Mipes. El ex timonel socialista admite que hará todo lo posible para que no prospere en el tercer trámite en la Cámara de Diputados este tema.

¿Qué visión tiene acerca de las indicaciones del Gobierno a la reforma laboral?

Las propuestas del Ejecutivo en general mantienen lo que salió de la Cámara de Diputados. Hay algunos cambios con los que no estoy de acuerdo: quiero ver con mayor tranquilidad lo de las facultades de administración para que eso no signifique reemplazo interno. Aunque lo que sí me preocupa son las indicaciones de los parlamentarios: hay algunas de los senadores de la Nueva Mayoría (NM) que me han llamado particularmente la atención, porque avanzan en la dirección contraria al proyecto, en particular en el tema de los quórum para constituir sindicatos en las empresas de menos de 50 trabajadores.

Pero es sólo para esas empresas.

Siempre entendí que había que hacer algún estatuto o norma particular respecto de las mipes y entiendo que la idea era minimizar el efecto de la huelga en ese sector, porque su impacto puede ser devastador. Pero de ahí a avanzar a una indicación que apunta a disminuir sustantivamente la sindicalización y por esa vía evitar la negociación colectiva, es atentatorio al fundamento básico del proyecto de promover sindicalización. Entonces, cuando uno se encuentra con una indicación en que además hay gente de la NM y que aparentemente contaría con el respaldo del Gobierno, es una atrocidad.

¿Por qué?

Según los datos, el 50% del empleo lo dan las micro empresas y al exigirse 25 trabajadores para constituir sindicatos en las Mipes, estamos diciendo que no van a haber sindicatos en ese sector. Entonces decimos que va a haber menos sindicalización y menos negociación colectiva porque al menos la mitad de los trabajadores no va a poder negociar.

¿Cómo se resuelve esto?

Si la preocupación es que los efectos de la huelga no provoquen una debacle en las Mipe, que no haya huelga en esa negociación, eso ya se está haciendo en las empresas estratégicas; se creó un sistema no reglado en materia de obra y faena, o sea, hay precedentes en el proyecto. Haré el esfuerzo en la Cámara de Diputados para que ello no prospere si se llegase a aprobar en el Senado.

¿Podría llegar a una Comisión Mixta si se insiste en el tema?

Si se aprobase subir los quórum a 25, creo que hay dos efectos básicos. El primero es que para la CUT eso es inaceptable, para los trabajadores de las pequeñas empresas eso es una atrocidad y para la Cámara de Diputados sería una bofetada. Entonces el cuadro no es auspicioso si prospera esa iniciativa. Me preocupa que se impulse este tema, porque entiendo que hay algunos socialistas apoyándolo, o no tienen idea de lo que están aprobando, o derechamente no les gusta la reforma y están aprobando una forma oblicua para pegarle un misilazo que ni siquiera la derecha fue capaz de darle al proyecto. O sea, hay un grupo de nuestros senadores que le está haciendo la pega a la derecha.

Cuando se firmó el acuerdo pro Pyme se hizo para sumar a senadores de la DC que estaban por moderar el proyecto, y a la oposición para desactivar una impugnación constitucional.

No conozco ningún proyecto del Gobierno de la Presidenta Bachelet que no empiece por una amenaza de la derecha de reserva de constitucionalidad. Ese argumento lo he escuchado tantas veces que es como el cuento del lobo. Respecto de la opción de buscar un mayor entendimiento, tengo dos reparos. Primero, esto no puede ser a costa de los trabajadores, yo tengo un límite en la política. En segundo lugar se dice que es para mejorar el equilibrio, pero cabe recordar que la reforma laboral busca establecer un equilibrio donde no había equilibrio.

¿Cómo evalúa el rol de los senadores Walker y Andrés Zaldívar en este debate que plantearon el reemplazo interno?

No hay reemplazo interno, eso es lo que ha declarado el Gobierno, de todos modos quiero revisar las indicaciones para cerciorarme. Que hayan influido unos más que otros, es parte del anecdotario.

Yo tengo fe del Gobierno, pero cuando me dicen que está acompañando la indicación de subir los quórum, tengo derecho a revisar las demás cosas también, porque la confianza se horada. Quisiera que el Gobierno fuera explícito. Emplazo a la ministra del Trabajo junto al ministro de Hacienda a que digan derechamente: nosotros no estamos por ampliar la cobertura, no queremos que haya tantos trabajadores que negocian colectivamente. Si lo dicen, ahí estarían las cosas más claras, pero con esta cosa rara, que se hace a través de otros y me hago el leso, a mí no me gustan (…) Es una puñalada por la espalda. Si el Gobierno está detrás de la moción de subir los quórum, es para preocuparse respecto de los demás temas. Creo que la CUT tiene razón en ponerse en alerta.

¿Qué opinión tiene frente a la salida de Guillermo Larraín por los montos pagados en la negociación colectiva de BancoEstado?

Si al presidente de BancoEstado se le dio ciertas directrices y no las cumplió, lo cambian nomás. Eso lo he visto muchas veces, pero qué tienen que ver los trabajadores con esto. ¿A quién se le ocurrió que el bono era alto? Que se intente trasladar los resultados de esa negociación a la reforma laboral o al sindicato, me parece una canallada. Se deja en el ambiente que a los trabajadores les fue bien y ellos son los culpables.