Estudio de IMTrust calcula que ha subido 24,8% respecto de su promedio de los últimos doce años:

Aumento de precios de sus productos y una depreciación del peso chileno hacen que el sector opere, en la práctica, con un tipo de cambio efectivo equivalente a los $882.

Por LINA CASTAÑEDA y PABLO ROSSI.

Tras la fuerte corrección del precio de las materias primas, incluyendo cobre y petróleo y la significativa depreciación del peso chileno, la agricultura es uno de los sectores que ha incrementado más su competitividad cambiaria respecto del promedio de los últimos doce años.

Un estudio de IMTrust calcula que esta se ha elevado 24,8% en relación con el nivel promedio del período comprendido entre 2003 y hoy.

El tipo de cambio nominal cerró ayer en $707 por dólar, con un aumento de $100,9 en lo que va corrido del año, lo que sitúa al peso chileno como la quinta moneda que más se ha depreciado de las economías emergentes.

Según los cálculos de IMTrust, el agro tendría actualmente la misma competitividad cambiaria que su promedio entre 2003 y 2015, con un tipo de cambio nominal de $567. Pero hoy esta actividad se beneficia con un tipo de cambio efectivo equivalente a los $882, luego de tener un aumento de 22,7% en sus precios y de 51,5% en sus ingresos en pesos, además de los menores costos.

La uva es uno de los productos frutícolas que registra una importante recuperación en su competitividad cambiaria. En la práctica -manteniendo el resto de las variables constantes al promedio desde 2003-, su tipo de cambio efectivo equivale hoy a $878. De acuerdo con los cálculos de IMTrust, presenta un aumento de 22% en sus precios y de 50,8% en sus ingresos en pesos.

El vino embotellado también es otro de los grandes beneficiados, con un aumento de 8,4% en su competitividad cambiaria, lo que equivale a un tipo de cambio efectivo de $766.

Pese al deterioro del precio del cobre, la actividad minera también ha compensado una parte con menores costos, por ejemplo, en materia energética.

Los cátodos de cobre han tenido una caída de 22,6% en sus precios y un aumento de 6,2% en sus ingresos en pesos. Los concentrados de cobre presentan una caída de 19,9% en sus precios y un incremento de 8,9% en los ingresos en pesos. El precio del cobre ha caído 20,9%, con un aumento de 7,9% en sus ingresos, lo que aumenta su competitividad cambiaria en 12% respecto del promedio de los últimos doce años.

El tipo de cambio nominal que requeriría la minería para tener la misma competitividad que tenía en 2003 es de $633, pero dado los menores costos, es como si estuviera operando con un tipo de cambio efectivo de $790.

La mayor parte de los menores costos en minería y agricultura está en sus insumos, materiales operacionales, combustibles y costos energéticos, y las tradicionales presiones salariales ya no están presentes, dice Gonzalo Reyes, estratega senior de IMTrust.

El sector industrial, que ha acusado una fuerte presión de costos y exhibido precios a la baja, es otra de las actividades productivas que ha conseguido alcanzar niveles de competitividad promedio desde 2003.

En la industria, la depreciación cambiaria genera un fuerte aumento en los ingresos en pesos, factor que explica su retorno a niveles de competitividad que tenía en el pasado. Los productos forestales y muebles de madera han tenido un aumento de 21,1% en sus precios y de 49,9% en los ingresos en pesos, elevando su competitividad cambiaria en 21,6% con un tipo de cambio efectivo de $860. En el caso de la celulosa, papel y otros, la competitividad cambiaria sube 5,2%, con un tipo de cambio efectivo de $744.

La harina de pescado es el producto de exportación que presenta un mayor incremento, de 78,3% respecto del promedio de los últimos doce años, tras un incremento de 77,8% en sus precios y 106,6% en sus ingresos en pesos, llevando su tipo de cambio efectivo a $1.261.

Aun cuando no desestima la volatilidad de corto plazo, el analista estima que los niveles actuales del tipo de cambio ya parecen ser más que suficientes para restablecer los equilibrios macroeconómicos. «Es la misma señal que da este indicador de competitividad y el actual superávit de cuenta corriente que muestra la economía», señala.

Reyes espera una caída del tipo de cambio en el mediano plazo, pues considera que hoy está por sobre el nivel justificado por sus fundamentos, incluso considerando el menor precio del cobre y una disminución en el diferencial de tasa de interés a raíz de la normalización prevista de la política monetaria en EE.UU., que comenzaría en diciembre.

Ganador
La mayor competitividad de la harina de pescado la hace operar con un tipo de cambio efectivo equivalente de $1.261. Bolsas siguen pesimistas, pero EE.UU. vive mejor día en casi 4 años
El tono negativo ha sido el factor dominante a lo largo de la semana para los mercados internacionales, claramente influidos por los malos desempeños bursátiles de China, cuya economía continúa mostrando señales de debilidad.

Ayer, pese a que la expectativa estaba puesta en cómo iba a asumir el mercado del gigante asiático las medidas propuestas por el Banco Popular de China, tendientes a promover una mayor liquidez y gasto, su bolsa volvió a perder terreno. Su principal indicador, el Shanghai, descendió 1,3% y si bien sus pérdidas fueron más moderadas, aún continúa en rojo. El Shenzhen, en tanto, cayó 3,05%.

Frederic Neumann, economista del banco HSBC en Hong Kong, reflexionó que «hay que disipar el exceso de pesimismo y restaurar la confianza (de los inversionistas). Se necesitarán medidas de apoyo adicionales».

Tras los resultados de China, las bolsas europeas también registraron pérdidas de forma generalizada. El sello distintivo para el bloque europeo estuvo marcado por la volatilidad. Luego de haber alcanzado ganancias de hasta 5% en la jornada del martes, a primera hora de la sesión comenzó con pérdidas. A mitad de jornada, las ruedas repuntaron hasta alcanzar números verdes, pero una ola de ventas sobre las últimas dos horas de operativa las volvió al terreno negativo.

«Mientras el mercado no tenga mayor visibilidad sobre el impacto de China en la economía, existe el riesgo de que haya más sesiones volátiles», advirtió Mikaël Jacoby, responsable para Europa occidental de Oddo Securities.

La cautela de la Fed, sobre un aplazamiento de la esperada alza de tasas, fue bien recibida por Wall Street, que culminó su mejor jornada en casi cuatro años, desde el 30 de noviembre de 2011. El Dow Jones ganó 3,95%, el S&P avanzó 3,9% y el Nasdaq logró un 4,24%.

Divisa escala a $707,30 por débil escenario externo
No hay obstáculo que no pueda superar el dólar en el mercado local. Esta parece ser la consigna y la tónica a lo largo del año. Solo en 2015 la divisa estadounidense se ha apreciado $100,9 respecto al peso chileno. En 12 meses, su apreciación aumenta aún más, hasta los $120 por dólar.

La jornada de ayer no fue la excepción y culminó su sesión a $707,30, registrando una variación diaria de $4,30 frente al cierre del martes. Se trata de su cuarta subida consecutiva. Solo en lo que va de agosto acumula una apreciación de $35,2.

Hay consenso en el mercado en relación con el avance progresivo del dólar responde exclusivamente a un fenómeno internacional: los ruidos que se viven en el exterior, respecto de la salud de la economía china y la posibilidad de un menor crecimiento mundial hacia el cierre del año, pesan cada vez más fuerte sobre los mercados en general.

Felipe Ruiz, economista de Bci Estudios, reconoció que actualmente estamos en presencia de un período de «distorsión de precios» y sentenció que los niveles de aversión al riesgo se «han incrementado». En esa línea sostiene que «es coherente» ver el dólar en los niveles actuales.

Asimismo, el cobre, principal producto de exportación de Chile, ha perdido 22,02% de su valor en 2015, lo que tiene un efecto apreciativo casi directo en el precio del dólar.

Ayer, paralelamente, se conoció la Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central. Los expertos encuestados esperan un precio del dólar en $710 para el cierre del año.

Sin embargo, Sebastián Senzacqua, economista de BICE Inversiones, consideró que el nivel de $707 es un techo «bastante importante». En caso de romper este valor, precisa que «no vemos fuerzas depreciativas para la divisa» y, por lo tanto, podría continuar subiendo en el corto plazo. No obstante, dijo que al cierre del año la economía debería dar mejores señales para el peso chileno.

Encuesta
Según la Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central, la divisa alcanzaría los $710 hacia fines de año.