El presidente de la entidad gremial, Peter Hill, afirmó que las áreas que más les «preocupa» es la Titularidad Sindical y el Acceso y Extensión de beneficios.

.- El presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, Peter Hill, expuso este lunes las preocupaciones y sugerencias del gremio acerca de la reforma laboral ante la Comisión del Trabajo del Senado, indicando que este proyecto «inclina la cancha hacia el sentido opuesto».

«Quienes participamos en la Cámara de Comercio de Santiago coincidimos en la necesidad de hacer modificaciones a la legislación laboral, con el objetivo de emparejar la cancha. Sin embargo, nos parece que muchas de las disposiciones del proyecto de ley no apuntan a ese objetivo sino más bien a inclinar la cancha en el sentido opuesto», apuntó Hill.

En esta línea, señaló que les preocupa particularmente la titularidad sindical, la cual proponen «que se mantenga el derecho a negociar
colectivamente por parte de los trabajadores no sindicalizados, aún cuando existan sindicatos en la empresa, y siempre y cuando no se haga en desmedro de la organización sindical».

Respecto al acceso y extensión de beneficios, «creemos que la sola afiliación sindical no debe ser la causa para que un trabajador acceda a los beneficios de un contrato colectivo de trabajo y, en consecuencia, el hecho de no afiliarse a un sindicato, no debe y puede ser causal de discriminación y deterioro en las condiciones de trabajo de un empleado».

Por ello, la CCS indicó que «esto debería quedar circunscrito solo a los beneficios que sean originales o novedosos, pero no para los que son réplicas o reediciones de prestaciones preexistentes. De no acogerse estos criterios, preferimos que los beneficios se extiendan automáticamente a todos los trabajadores de la empresa porque así, al menos, podrán calcularse los costos involucrados».

En cuanto al derecho a la huelga, Hill sostuvo que de acuerdo a la CCS, se propone «preservar el derecho de los trabajadores a reincorporarse regularmente, pudiendo ejercer este derecho, tanto al inicio de la huelga,
como en cualquier momento durante el desarrollo de ella».

Asimismo, indicó que se debería «mantener siempre el derecho de reemplazo con trabajadores internos, y permitir el reemplazo con trabajadores externos a partir del octavo día», así como «permitir el reemplazo en todas sus formas, en el evento de una huelga, en un área específica de la empresa que por su importancia neurálgica, impide el normal funcionamiento de la compañía».

Finalmente, señaló que las estadísticas demuestran que no es necesario introducir obligatoriedad en la negociación colectiva con sindicatos interempresas, dado que entre los años 2006 a 2013 la negociación con
sindicatos interempresas, aun siendo voluntaria, se ha multiplicado por cuatro, pasando de 53 casos en 2006 con 4.533 trabajadores comprendidos, a 135 casos en 2013 con 17.836 trabajadores involucrados.

«Forzar esta clase de negociaciones, cuando no fluyen libremente, puede traducirse en que por beneficiar a los trabajadores de empresas con rentabilidades menores, se perjudique a los de empresas de mayor tamaño. En el caso contrario, pueden resultar dañadas las empresas más débiles. Ambos escenarios son negativos», explicó.