En el oficialismo desdramatizan el rechazo a dicho artículo en la Cámara atribuyéndolo a falta de quórum. Por consideraciones constitucionales y ante presión de la derecha, se mantiene en estudio dar fuero a grupos negociadores. CUT critica medida.

Por Juan Pablo Palacios.

El día después del despacho del proyecto de reforma laboral desde la Cámara de Diputados, el Gobierno se encargó de transmitir un mensaje positivo, marcado por el visto bueno de los parlamentarios a varios artículos claves de la iniciativa, como el fin del reemplazo en huelga.

Sin embargo, no logró convencer a los diputados de despachar el artículo 361, que se refiere a la “determinación de las empresas en las que no se podrá ejercer el derecho a huelga”.

“Se cayó una norma que dice relación con las empresas que no pueden hacer huelga porque son empresas estratégicas y la Constitución lo consagra así, no porque se nos haya ocurrido a nosotros… Por un voto no se aprobó la norma, pero luego se despachó el artículo que establecía el arbitraje y el procedimiento para esos casos. Uno dice: éste es el mundo al revés” dijo ayer la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, al exponer en un seminario organizado por Asexma.

Rincón, de todos modos, aseguró que “vamos obviamente a reponer ese tema” en el segundo trámite en el Senado.

En ese punto, el proyecto establece que “no podrán declarar la huelga los trabajadores que presten servicios en corporaciones o empresas, cualquiera sea su naturaleza, finalidad o función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la población o a la seguridad nacional”.

La secretaria de Estado también reconoció que hay espacio para consensuar otros perfeccionamientos al texto legal.

“Cuando ya hemos pasado el primer tiempo de este partido que fue la discusión en la Cámara de Diputados, nos encontramos en el entretiempo y estamos preparándonos para volver a la cancha. En ese periodo, tenemos que ser capaces de volvernos a reunir empleadores, trabajadores, Gobierno y parlamentarios para discutir cuáles son los perfeccionamientos que vamos a tener que hacer a lo que aprobó la Cámara dentro de ese mismo contexto de discusión”, dijo.

Rincón confirmó que “también vamos a precisar el tema de la gradualidad (en adaptabilidad laboral) y otras que son necesarias en el contexto de este proyecto tan importante para nuestro país”.

Grupos negociadores

De cara al segundo trámite legislativo, en el Ejecutivo evalúan la posibilidad de otorgar fuero, derecho a huelga y acceso a la información del empleador a los grupos negociadores, tal como tendrán derecho los sindicatos.

Admiten, no obstante, que el tema es sensible debido a consideraciones de constitucionalidad, a parámetros de la OIT sobre la materia y a la presión de parlamentarios de oposición como Patricio Melero (UDI).

Esta apertura del Ejecutivo cayó muy mal en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde su presidenta Bárbara Figueroa rechazó los términos de esta discusión.

“Es una idea que circuló como posibilidad, nosotros no estamos de acuerdo con ello. Los grupos negociadores son instituciones que se conforman exclusivamente con el fin de negociar y debilitar al sindicato; y no siendo un instrumento de carácter permanente, no debiera contar con las mismas atribuciones que cuenta un sindicato”, señaló la dirigenta, agregando que “acá hay temas que ya quedaron zanjados para nosotros y ese es el piso con el que vamos a discutir en el Senado”.

Más espacio de cambios

La Asociación de Bancos (Abif) en tanto, expresó su negativa por la forma en que está confeccionada la Reforma Laboral.

El timonel de los banqueros y vicepresidente de la CPC, Segismundo Schulin-Zeuthen, indicó que espera que en el Senado “se pueda conversar e introducir cambios que faciliten la relación laboral entre empresas y trabajadores. Que no se produzca discriminaciones entre trabajadores de una misma empresa”.

Uno de los temas relevantes para el sector son los llamados servicios mínimos. En este sentido, el dirigente dijo que “como banca es fundamental que se establezcan servicios mínimos para que el sistema de pago de la economía funcione, si esto se interrumpiera sería realmente grave. El sistema de pago es como el aceite que lubrica el motor de la economía”, describió.

Este punto junto a la extensión de beneficios es una de las áreas de cambios que analiza el Comité Laboral pro Empresa.