Dirigente sostuvo que demora en el envío de texto con cambios al Código del Trabajo permitió la estridencia de los empresarios y presiones indebidas.

Por Juan Pablo Palacios.

El distanciamiento entre la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el gobierno se ha hecho evidente, especialmente tras el impasse ocurrido en la reunión del lunes con los ministerios de Hacienda y del Trabajo, donde no hubo avances respecto del contenido de la reforma laboral y sólo se confirmó que el proyecto ingresará al Congreso el próximo 29 de diciembre.

En esta entrevista, la presidenta de la multisindical, Bárbara Figueroa, ahonda en las razones de la eventual falta de coordinación entre Hacienda y Trabajo para enfrentar la etapa final del debate pre legislativo y advierte que no está segura la participación del gremio en la nueva reunión de mañana convocada por Teatinos 120.

– ¿Qué evaluación tiene de la reunión con los ministros de Hacienda y del Trabajo?
– Lo único que pudimos reafirmar fue la fecha de envío, la cual ya se conocía públicamente. Simplemente ayer se nos ratificó y, por lo tanto, si uno tuviera que evaluar lo que fue esta reunión sólo se sacó en limpio la fecha de ingreso del proyecto.
En materia de contenidos, francamente no hubo avance alguno en comparación a lo que discutimos con el Ministerio del Trabajo el 4 de octubre sobre el cierre de la labor de la mesa técnica. Fue una reunión poco productiva, la calificamos como lamentable porque no permitió sacar nada en limpio.

– ¿Volverán a juntarse con los ministros este jueves?
– Mañana (hoy) tenemos un consejo directivo nacional y, por lo tanto, evaluaremos en esa instancia la pertinencia de la reunión. Siempre se habló de un mes preferente de ingreso de la reforma laboral, así quedó acordado en el protocolo de salario mínimo. En octubre no hubo ninguna señal de parte del Ejecutivo, ninguna formalidad hacia la CUT explicando los motivos por los cuales no iba a ingresar el proyecto de ley en ese momento y tuvimos que ser nosotros los que solicitamos la reunión del lunes con el gobierno para conocer los alcances de un proyecto de ley ad portas de ser enviado.
El no haber tenido claridad y expectativas muy disímiles respecto del objetivo de la reunión, nos lleva a que debamos evaluar si efectivamente el jueves lo que se está haciendo es una reunión más o vamos a avanzar en conocimientos generales de lo que el proyecto de ley va a llevar y por cierto, de aquellos puntos donde no ha habido cabida para los planteamientos de la CUT, que es algo que podemos entender pero que esperamos que sea sincerado por parte del Ejecutivo.

– ¿Quedó conforme con que el plazo de envío del proyecto sea entre Navidad y Año Nuevo?
– Aquí, para nosotros, lo que está en juego no es un debate de formas, sino que de fondo. Lo fundamental está en el contenido más que si el proyecto se presenta a finales de diciembre. Para nosotros el problema no era que no se presentara en octubre, sino que en la medida que se fue extiendo el tiempo, se abrió espacio a mayor especulación sobre lo que el proyecto de ley podía significar y su impacto. Eso generaba un clima muy complejo para un debate que para nosotros es importante. Eso permitió la estridencia del empresariado, abrió la puerta no sólo a que más actores se pronuncien -que es algo que uno podría saludar-, sino que implicó que varios actores se han sentido con el derecho de ejercer presiones indebidas sobre un debate que el Ejecutivo ya había sancionado con nosotros y que además es parte de su programa.
En todo caso, esperamos que más allá de la fecha en que ingrese, no sea un debate extendido en el tiempo, porque el gran peligro que tenemos es que una vez ingresado el proyecto, finalmente haya tanto debate que el proyecto termine en nada, esto ya nos ha ocurrido. Vamos a estar muy atentos a cómo esto se va a enfrentar en el Parlamento, porque es ahí donde ahora se va a librar el segundo momento de este debate laboral.
Si el tiempo extendido ratifica que el proyecto va a tener la contundencia que nosotros necesitamos, bienvenido sea.

– ¿Ve descoordinación entre Trabajo y Hacienda a la hora de abordar la reforma laboral?
– El no tener pronunciamientos más nítidos por parte del Ejecutivo es algo que nos preocupa, porque ya el debate en materia de reforma laboral no es técnico, aquí viene la etapa de definiciones políticas y si esas definiciones no están a dos semanas de que ingrese el proyecto, eso inquieta a cualquiera que se sienta legítimo protagonista del debate laboral.
Por lo tanto, lo que ocurrió ayer (el lunes) fue más negativo que positivo. Lo más peligroso es que uno se queda con la sensación de descoordinación y cuando hay descoordinacion entre ministerios, eso es
preocupante, porque de alguna manera eso le resta legitimidad a la reforma. Nosotros hemos sido responsables en el debate, muy mesurados en nuestras opiniones, no hemos hecho debate de trincheras, pero cuando uno ve que no se asume con esa misma responsabilidad por parte del Ejecutivo, entonces uno se pregunta qué esperamos que pase en el Parlamento. Puede terminar ocurriendo que una reforma con buenos planteamientos, pierda legitimidad por estos errores de forma, eso sería lo más lamentable.
Pareciera que no se comprendió lo importante que era la reunión del lunes. El Ministerio del Trabajo sabe perfectamente lo que fuimos a buscar a la cita, entonces no nos explicamos por qué eso no se pudo expresar, no hubo una coordinación efectiva para enfrentar la reunión.

– ¿El mensaje de gradualidad del ministro Arenas demuestra esa falta de coordinación?
– Acá hay que cuidar sobre todas las cosas los procesos que se han comprometido con el país, creo que los ministros y ministras podrán tener legítimas opiniones, un legítimo espacio que resguardar, pero lo que no puede ocurrir es que disputas de gobierno se ventilen públicamente. Creo que en eso han sido poco cuidadosos los ministros, hay aspectos que no han logrado resolver.
Sin hacer juicios sobre si alguien es más progresista o conservador, me queda claro que hay ministerios que no han logrado poner por sobre los intereses particulares el interés del país. Esperamos que eso se resuelva, porque es posible de resolver, no podría asegurar que hay diferencias tan siderales entre uno y otro, pero uno ve públicamente que no hay un nivel de coordinación que permita que se actúe con mayor centralidad.
Nosotros hemos sido muy responsables a la hora de enfrentar el debate, uno siente a veces que esa misma responsabilidad no se ha asumido por parte del Ejecutivo, creo que en eso no ha habido un buen tono por parte de los dos ministerios.

– ¿Comparte la estrategia de la ministra del Trabajo de alcanzar el máximo acuerdo?
– Es obvio de parte del Ministerio del Trabajo, dada la responsabilidad que tiene, que van a tratar de buscar la mayor cantidad de convergencia entre los actores, a nosotros eso no nos parece raro. Lo que siempre uno espera que se resguarde es que más allá de todo el diálogo, no se pierda lo fundamental, que es el espíritu de una reforma como ésta. Algunos han tratado de catalogarla como una reforma a la medida de la CUT, como si eso fuera un problema. Creo que si logramos entender que el debate sindical apunta a la superación de la desigualdad, nadie debiera creer que es negativo hablar de una reforma sindical.

– El sector privado pide avanzar en más capacitación y productividad (…)
– Hay una discusión que es un poco falsa, porque se dice que prácticamente lo único que se está haciendo en materia laboral es debatir sobre fortalecimiento sindical, eso no es la realidad. Hay varios programas que tienen que ver con capacitación, atención al empleo y mecanismos de mayor productividad.