Según los datos del INE, los sectores asociados a los sectores productivos anotaron una caída interanual de 31 mil ocupaciones a septiembre, lo que se ha compensado con un fuerte creación de empleos ligados al Estado.

Por Víctor Petersen.

A pesar de la fuerte desaceleración que ha evidenciado la economía chilena desde la última parte del año pasado a la fecha, las cifras del mercado laboral en el país han estado aparentemente lejos de mostrar un fuerte deterioro.

De hecho, si bien la tasa de desempleo ha subido prácticamente un punto porcentual en el último año, pasando de 5,7% en julio-septiembre de 2013 a 6,6% en igual período de este año, el nivel actual sigue siendo considerado como históricamente bajo por los analistas, aminorando una alerta mayor por este indicador.

Sin embargo, a juicio de varios expertos, los datos entregados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) “esconden” un impacto negativo relevante del menor crecimiento, que las cifras agregadas no revelan fácilmente.

En este sentido, apuntan a que el aumento de la ocupación total en los últimos meses ha estado impulsado exclusivamente por aquellos sectores asociados al Estado, o sea provenientes de servicios públicos (Administración Pública, Servicios Sociales y de Salud, Enseñanza, y Actividades de Servicios Comunitarios) los que sumados generaron 123 mil nuevos puestos de trabajo en 12 meses, a septiembre de este año.

Por el contrario, las actividades privadas y ligadas a los sectores más productivos de la economía, (Comercio, Construcción, Transporte, Servicios Financieros, Industria, Agricultura, Pesca, Minería, Electricidad, Gas y Agua, Hoteles, y Actividades Empresariales) anotaron una destrucción de 31 mil ocupaciones en el mismo período, reflejando un deterioro no menor.

Al respecto, el director de CorpResearch, Álvaro Donoso, precisa que con estas cifras “el crecimiento del empleo total del país de 1,2% en doce meses, esconde una caída de 0,52% en el empleo productivo, mientras el empleo vinculado al sector público crece 7,6%”.

El economista explica que una situación similar se observó a mediados de 2012, cuando luego de la crisis externa y el terremoto de 2010 el empleo productivo llegó a mostrar una leve caída en doce meses, mientras los empleos influenciables por el Estado, al igual que ahora, crecían 7,8% en doce meses, lo que permitía lograr un crecimiento total en el empleo de 1,3% en 12 meses.

Sin embargo, apunta que “la diferencia es que entonces no había lugar a equívocos en cuanto al rol que el empleo público estaba jugando”, por lo que sugiere una transparencia mayor.

“Cifras bien explicadas permitirían entender mejor la relación entre el funcionamiento del mercado laboral y el desempeño general de la economía, lo que debería mejorar el diagnóstico sobre las necesarias correcciones de política para contener el serio deterioro laboral que se está gestando”, afirma.

Por su parte, George Lever, gerente de estudios de la Cámara de Comercio de Santiago, advierte que “la mayor preocupación es si finalmente la economía está reaccionando o no. Y estas cifras no permiten probar aquello, porque el sector privado y sobre todo los sectores más importantes en creación de empleos, están contrayendo sus plantas, y por lo tanto seguimos viendo que la economía no da muestras de ser capaz de empezar a generar un escenario más favorable para el sector laboral”.

Mientras, Cecilia Cifuentes, economista de Libertad y Desarrollo, detalla que “efectivamente hay una pérdida de empleos en los sectores que están ligados a la actividad privada y hay creación de empleos en los que están más ligados a los servicios públicos, y eso tiene que ver con la composición de cómo está creciendo el gasto, con un consumo privado creciendo muy poco, mientras que el consumo de gobierno crece en forma acelerada. Obviamente eso implica que crece el gasto en personal de gobierno”.

A su juicio, la implicancia de este fenómeno “tiene que ver con el crecimiento potencial de la economía, porque finalmente el crecimiento de tendencia o de largo plazo viene dado porque crezcan los sectores productivos y no por lo que crezca el aparato de gobierno, y en ese sentido una composición de mercado laboral más sesgada hacia el empleo público tiene como contrapartida probablemente un menor crecimiento de tendencia”.