Tras los planteamientos de los gremios de la Pequeña y Mediana empresa, el gobierno decidió darle un tratamiento preferente a las Pymes antes de la presentación de la iniciativa en el Congreso, dadas las inquietudes por los eventuales efectos en su productividad.

Por Pía Toro.

Si bien la mesa técnica de reforma laboral con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) terminó, los diálogos entre el ministerio del Trabajo y otros actores aún no llegan a su fin. De hecho, durante los últimos días el equipo técnico de la cartera, liderado por el abogado Roberto Godoy, se ha reunido y seguirá conversando con gremios de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), confirman al interior del ministerio.

En este sentido, desde la cartera que dirige Javiera Blanco están evaluando una implementación gradual de la reforma laboral en las Pymes. Así lo confirman altas fuentes ligadas al proceso, al comentar que han recogido las inquietudes manifestadas por los gremios de ese segmento.

Entre los argumentos presentados por los dirigentes de las Pymes a la autoridad, se encuentra el que la reforma, tal cual está anunciada -principalmente con titularidad sindical y fin del reemplazo en huelga-, perjudicaría la capacidad productiva de las empresas más chicas, dado el esfuerzo mayor de distribución de ingresos que deberán hacer. Capacidad de distribución que dicen no es la misma que la gran empresa, aunque los sueldos pagados son similares.

Además agregan el punto de que la organización sindical en las Pymes es reducida en comparación con las grandes compañías, por lo que a su juicio es necesario un período de adaptación de las políticas laborales a impulsar por el gobierno.

En ese contexto, aseguran fuentes del proceso, se seguirá una estrategia distinta a la que orientó la reforma tributaria. Señalan que no se puede dejar la representación de las Pymes a los grandes empresarios o grupos políticos.

De esta manera, el Ministerio del Trabajo pretende darle un trato preferencial a los gremios de la pequeña y mediana empresa, estableciendo diálogos directos con ellos (Conapyme, Unapyme, Asech y ProPyme) de aquí hasta antes del envío del proyecto al Congreso, lo que se concretaría la segunda mitad de noviembre.

En este contexto, la gradualidad que está contemplando el ministerio es precisamente para ajustar las normas respecto a titularidad y fin del reemplazo en huelga, principalmente.

Con esto, desde el gobierno pretenden que no existan excepciones respecto a la reforma laboral, pero sí incorporar un factor de discriminación positiva respecto al tamaño de las empresas dado la disímil realidad entre las Pymes y las grandes compañías.

Según estadísticas de la Dirección del Trabajo, casi un 20% de la negociación colectiva del país -a 2013- se realiza en la pequeña y mediana empresa, y un 80,4% se genera en la gran empresa.

Diferencias entre Pymes

A pesar que en el ministerio del Trabajo ya puso sobre la mesa la posibilidad de aplicar con gradualidad la reforma para las Pymes, los gremios del sector evidencian claras diferencias al respecto.

La Unión Nacional de la Micro, Mediana y Pequeña Empresa (Unapyme) apuesta por la progresividad en la implementación de la reforma en el sector.

“Nos interesa el tema de la organización no sólo de los trabajadores, también creemos que se deben organizar los micro, pequeños y medianos empresarios y trabajadores de manera independiente, que es nuestro mundo, pero es un mundo que tiene una relación laboral distinta a la gran empresa”, señala José Luis Ramírez , secretario general de la Unapyme.

Y agrega que “ no estamos en contra de la reforma laboral, pero hay que hacerla con cuidado. Hay que hacer la reforma de la manera que nos incorpore a todos, pero que no tenga lesionados. Habrá que generar una situación de reforma progresiva en el tiempo para ir incorporando al sector de pequeños y medianos empresarios”.

Desde la otra vereda, la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme) solicita más bien ser excluidas de la reforma laboral por la escasa capacidad de distribuir ingresos en el proceso de negociación colectiva.

Idea fuerza que ya presentaron al equipo técnico del Ministerio del Trabajo. Según, Enrique Román, asesor de la Conapyme, “nuestra posición es oponernos a la mejora de capacidad de negociación de los trabajadores, en aquellas áreas donde no hay nada que distribuir”.

Y justifica esta frase señalando que “en 2002, el 44,3% de las empresas (Pymes) tenían salarios superiores al salario mínimo de la OCDE, y esa situación hoy se ha reducido al 33,4%, básicamente porque se han ido homologando a los de las grandes empresas que son más bajos. Entonces las Pymes pagan una proporción de su producción que es muy alta mientras las grandes pagan una proporción de su producción que es muy baja. Ellos tienen un colchón enorme para distribuir y nosotros no”.

Bajo este argumento Román sostiene que no tiene sentido la gradualidad de la reforma.

En tanto, en la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) también han compartido la visión de la Conapyme, de marginar a la pequeña y mediana empresa de la reforma laboral.