Potente prevención:

Un estudio realizado por el Instituto Karolinska demostró que tener un peso normal y comer saludable, además de hacer ejercicio, no fumar y beber alcohol con moderación, son claves para proteger el cerebro.

Por SEBASTIÁN URBINA.

Los hábitos de vida saludable son la mejor forma de prevenir la aparición de enfermedades. Sobre todo las de tipo cardiovascular.

Esto es lo que demostró un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia. En él se vio que las mujeres que tienen un peso y una dieta saludable, que hacen actividad física en forma regular, que beben alcohol con moderación y no fuman tienen un riesgo 54% menor de sufrir un ataque cerebral, comparado con aquellas que no cumplen con ninguno de estos factores.

El estudio incluyó a más de 31 mil mujeres de 60 años de edad promedio, y que fueron seguidas durante 10 años. Los resultados se publicaron en la última edición de la revista Neurology.

Autocuidado

«Debido a que las consecuencias de un infarto cerebral son habitualmente devastadoras e irreversibles, la prevención es de gran importancia», dice la doctora Susanna Larsson, profesora asociada de Epidemiología del Instituto Karolinska y autora principal del estudio. «Estos resultados son fascinantes, porque indican que los estilos de vida saludables pueden reducir en forma sustancial el riesgo de infarto cerebral, y la gente puede optar por ellos y mejorar su calidad de vida», agrega esta investigadora.

De las 31.696 mujeres estudiadas, la mayoría cumplía con dos o tres de estos factores protectores. Solo 589 de ellas satisfacía los cinco estilos de vida y 1.535 no observaba ninguno.

Durante los 10 años de seguimiento, se produjeron 1.554 infartos cerebrales entre las participantes. El riesgo de sufrir uno va decreciendo en forma constante por cada estilo de vida saludable que se agrega.

Por ejemplo, en el caso de una dieta saludable, el riesgo disminuye un 13%. En número de pacientes, los infartos disminuyen de 43 por cada 10 mil mujeres en un año, a 28 por cada 10 mil mujeres anual.

Para el doctor Esteban Basaez, neurólogo de Clínica Las Condes, se trata de un buen estudio, que confirma los resultados de otras investigaciones de cardiología, en que ya se observaba esta reducción de infartos cerebrales. «Sabemos que el fumar, la obesidad y el sedentarismo son factores de riesgo cardiovasculares, lo que también incluye la salud del cerebro», dice. «La disminución del riesgo es tremendamente significativa».

Los principales factores de riesgo para un infarto cerebral, según el doctor Walter Fehuerhake, jefe de Neurología de Clínica Santa María, son «la edad, la hipertensión arterial, la diabetes y las dislipidemias».

Según advierte, «está demostrado que si cualquier persona se cuida y tiene buenos hábitos de vida, puede prevenir hasta un 80% las posibilidades de tener un accidente cerebrovascular».

Si bien la edad no es algo que se pueda controlar, explica este profesional, «sí podemos tratar bien la hipertensión, hacer ejercicio, controlar la diabetes y dejar de fumar».

El doctor Basaez destaca el rol de la orientación y la educación. «Esto se hace cuando alguien viene enfermo, es decir, es una educación secundaria cuando la persona ya tiene problemas. Pero debemos desarrollar la prevención primaria, o sea, aconsejar a las personas sobre hábitos saludables cuando están sanos, cuando todavía no se enferman», concluye.

El mejor perfil
Según el estudio sueco, el perfil de más bajo riesgo se logra con una dieta rica en frutas, verduras, lácteos descremados, legumbres, semillas como nueces y pescado. A esto hay que agregar un consumo moderado de alcohol, que se traduce en una copa diaria. En cuanto a ejercicio, se necesitan 40 minutos diarios de caminar o andar en bicicleta, además de una hora semanal de alguna actividad más intensa. El peso debe ser normal, es decir, un IMC menor de 25. Y no fumar.