Salud plantea enfoque en prevención, cuidados paliativos y las atenciones domiciliarias para contenerlo:

Proyección estima que si hoy se destinan 1,4 puntos del PIB a este grupo, en 2020 esa cifra llegará a 2,2. El grueso de ese dinero se requiere para hospitalizaciones.

Por René Olivares y Nadia Cabello.

Es después de los 60 años cuando se empieza a notar una disminución de las defensas y del tono muscular. Se evidencian problemas asociados a malos hábitos -sedentarismo o consumo de tabaco, por ejemplo- y enfermedades crónicas, y se incrementan las dificultades de visión o audición.

Todo ello hace que los adultos mayores deban consultar más periódicamente al médico y tomar más fármacos que el resto de la población.

Por eso, que la población chilena envejezca plantea un enorme desafío para el aparato estatal, y uno de los sectores donde más impacto habrá será en salud.

Esto, pues más personas de mayor edad provocarán un aumento de la demanda sobre el sistema de salud público, que ya hoy debe entregar atención al 95% de los mayores de 65 años.

De hecho, según las proyecciones de la Superintendencia de Salud, durante los próximos seis años el gasto de este grupo aumentará más de 50%, pasando de 1,4 a 2,2 puntos del PIB. Cifra no menor si se considera que hoy Chile gasta alrededor de ocho puntos del PIB en Salud.

«Por el solo efecto del envejecimiento de la población crecerá el gasto en salud de este grupo en casi un punto del PIB, lo que es un impacto dramático para el sector», explica el ex ministro del ramo Jaime Mañalich.

Hoy, según las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadísticas, el 14% de los chilenos tiene 60 años o más, pero esa cifra aumentará a 17% en los próximos seis años.

Considerando todo eso, las estimaciones de la Superintendencia de Salud indican que ese gasto en salud se podría cuadruplicar y pasar desde casi $500 mil millones en 2002 a $2 billones en 2020.

El envejecimiento de la población es algo que viene preocupando a las autoridades hace ya algún tiempo. El ex superintendente de Salud y hoy académico del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Manuel Inostroza, comenta: «Hicimos una proyección de gasto el año 2005, pero al revisarlo en 2009 ya notamos que había 5% extra de gasto, por lo que nos quedamos cortos».

Tres líneas de trabajo

Ante este escenario, las actuales autoridades de Salud delinean un plan de tres aristas que va en la línea de las recomendaciones internacionales para enfrentar el envejecimiento de la población. Lo primero es la promoción y prevención de enfermedades en los adultos mayores, trabajo que según el ex presidente de la Sociedad Chilena de Geriatría y Gerontología, Juan Carlos Molina, debe comenzar mucho antes de los 60 años «para que la gente cuando llegue a la vejez sea activa, sana, que no tenga que depender de otros y pueda llevar una vida normal».

Lo siguiente que plantea Salud es incrementar el uso de atenciones domiciliarias, con la finalidad de que los adultos mayores no tengan que ir a las salas de espera de los hospitales donde incluso pueden contraer más enfermedades y, en paralelo, mejorar las condiciones de lo que se llama «medicina del final de la vida», para que la gente opte por incrementar los cuidados de las personas desahuciadas, evitando que deban concurrir a los centros asistenciales.

La directora de Fonasa, Jeanette Vega, explica que el envejecimiento de la población obliga a tener una mirada sanitaria distinta, «debe cambiar la forma de atención, desde un modelo curativo hacia uno de acompañamiento, y cambia el rol del equipo de salud, donde deben ganar presencia kinesiólogos y enfermeras».

Vega reconoce que tomar estas medidas no solo contribuye a mejorar la atención a los adultos mayores, sino también a cuidar el presupuesto. «La atención de controles de salud domiciliarios, y a través de la telemedicina, son las áreas donde se puede avanzar para controlar el gasto», agrega, debido a que «lo más caro para el sistema es llevar a los pacientes al hospital». Actualmente, la mitad del gasto en salud de adultos mayores se concentra en hospitalizaciones (ver infografía).

Para Molina, «no hay que ver este aumento del gasto como algo malo, sino que como una preocupación de que nuestros adultos mayores vivan mejor».

2,5
millones de chilenos hoy tienen 60 años o más, según las últimas estadísticas del INE. Ellos representan el 14% del total de la población.

43%
aumentó el número de adultos mayores en el país durante los últimos 10 años. En 2004, eran 1,8 millones los que tenían más de 60 años.

17%
de la población chilena de 2020 tendría 60 años o más. Según las proyecciones del INE, serán 3,2 millones de adultos mayores.