El parlamentario además dice no concordar con «algunos empresarios» que piden aplazar el envío de la reforma laboral al Congreso, y celebra que la Presidenta Bachelet le haya dado prioridad. Asimismo, apoya el fortalecimiento de los sindicatos, la ampliación de temáticas en la negociación colectiva y establecer un piso mínimo.

Por Pía Toro.

Durante la próxima semana Renovación Nacional (RN) recibirá la propuesta de una comisión, apoyada por técnicos del Instituto Libertad, para elaborar propuestas en torno a lo que será la reforma laboral y sus nueve titulares. En este contexto, el diputado Nicolás Monckeberg, quien pertenece a la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, fue designado como coordinador de la instancia laboral de RN. Desde esa tribuna, el parlamentario se apresura en afirmar: “Celebro que la Presidenta Bachelet haya decidido enviar ahora la reforma laboral”.

Esto, porque asegura que es necesario modificar la legislación actual porque provoca mayor conflictividad en los procesos de negociación colectiva.

En este contexto, el diputado señala que el objetivo de generar propuestas desde RN es despachar una buena reforma laboral, que refleje fielmente las necesidades de los trabajadores. “Espero que el gobierno haya aprendido la lección con la reforma tributaria y educacional, después de haber presentados malas reformas y que el país le haya restado el apoyo. Espero que no ocurra lo mismo con la reforma laboral”.

Pese a lo anterior y si bien hasta ahora en RN están en la etapa de diagnóstico, Monckeberg adelanta definiciones esenciales del debate ya iniciado, dando cuenta de varios puntos de confluencia con los planteamientos del Ejecutivo.

¿Cuál es el fin de convocar una comisión para hacer propuestas a la reforma laboral?

Aquí lo importante no es determinar cuándo es el momento para hacer la reforma laboral, para nosotros no es relevante. Lo relevante es qué reforma queremos, porque una mala reforma laboral nunca es oportuno realizarla. Una reforma laboral que afecta o amenaza el empleo, a los trabajadores, o las expectativas de conseguir un empleo, nunca es buena. Sin embargo, una reforma laboral que permita modernizar nuestra legislación, que permita acercar el Código del Trabajo a la realidad que viven hoy los trabajadores chilenos, sin duda es un tremendo desafío y una oportunidad de hacerlo ahora.

Entonces, ¿está de acuerdo que ahora es el momento para discutir este tema?

Este es un buen momento para revisar las normas laborales. Tiene que ser una norma que con la misma fuerza proteja y promueva el empleo en tiempos de bonanza económica y de crisis.

Sin embargo, hoy los empresarios dicen que no es adecuado discutir la, en medio de una desaceleración. ¿Qué opina?

No estoy de acuerdo con esa opinión de algunos empresarios, porque mal se puede señalar que este no es momento de mejorar las normas laborales, si ni siquiera entramos a discutir de qué forma las vamos a cambiar. Si vamos a hacer una reforma laboral que va a encarecer desproporcionadamente la contratación, que va a amenazar duramente el empleo, éste no será el momento, pero ¿por qué vamos a pensar que las reformas laborales van conducidas únicamente a producir malos efectos?, por qué no trabajamos todos, empresarios, trabajadores, gobierno y parlamentarios, para hacer una buena reforma.

¿Cuál ha sido el análisis que ha hecho hasta ahora RN?

Que en materia laboral no hemos sido capaces de llegar a acuerdos políticos, y hasta ahora ha primado la polarización y el bloqueo en el debate lo que ha traído malas consecuencias a Chile.

¿Por ejemplo?

Cómo es posible que todo nuestro sistema de indemnización por término de contrato de trabajo se base en una indemnización por años de servicio, que la reciben, creo, menos del 15% de los trabajadores. Lo que es peor: si un trabajador tiene la posibilidad decambiarse de trabajo por mejores perspectivas, el hecho de perder la indemnización lo lleva a rechazar mejores oportunidades, lo que ha afectado la movilidad. Lo lógico es que los propios sindicatos tengan la posibilidad de negociar un sistema de indemnización distinto, a todo evento.

Entonces, ¿está de acuerdo con extender las temáticas de negociación colectiva como ha propuesto el gobierno?

Creemos que sí, que es importante. Cuando sostenemos que queremos más y mejores sindicatos estamos pensando justamente en esto. Hay muchas materias que los sindicatos hoy no negocian y que podrían entrar a negociar en beneficio de los trabajadores y las empresas. Por ejemplo, pactar jornadas laborales más flexibles, adaptabilidad, distribución de los feriados, una compensación de los feriados mejor de lo que establece la Ley.

En cuanto al proceso de negociación colectiva ¿qué cambios están evaluando?

El proceso de negociación colectiva requiere una urgente modificación, porque es un proceso que fomenta el conflicto. El momento de máximo poder del sindicato que negocia es precisamente votando a favor la huelga. Nosotros somos partidarios de simplificar las normas que regulan el proceso, promoviendo instancias de conciliación mucho antes de lo que hoy se promueve, y con canales de comunicación muchos más fluidos de los que hoy existen.

Frente al fin del reemplazo en huelga, ¿tienen algo definido?

Estamos estudiando a fondo la propuesta del gobierno de terminar con el reemplazo en huelga porque sabemos que es relevante. Eso sí, nosotros estamos mucho más cerca de la OIT, de lo que están algunos parlamentarios de extrema izquierda, porque la OIT en innumerables oportunidades le ha pedido a Chile derogar esta norma, pero entendiendo como reemplazo la contratación de trabajadores externos, pero nunca entendiendo que para facilitar la operación de las faenas, yo pueda recurrir a la movilidad interna.

Es decir, apoyan el fin del reemplazo con turnos éticos…

Si logramos un mecanismo de negociación colectiva eficaz, obviamente que se analiza con otros ojos el reemplazo en la huelga. Nos parece razonable que terminemos con la contratación externa de trabajadores durante la huelga, pero obviamente no debe implicar el cierre de las faenas, porque por la vía de la movilidad interna o turnos éticos, se puede mantener la negociación colectiva y la empresa funcionando; así piensa la OIT.

Y ¿cómo se pueden regular estos turnos para que no sean una condición para la huelga?

Hay distintas formas de regular, y eso es parte de la discusión. En definitiva, las fórmulas que podamos discutir buscan reconocer y legitimar completamente el derecho a huelga de los trabajadores, pero en un contexto de negociación colectiva que puede hacer mucho más que el actual para promover los acuerdos.

En cuanto a la titularidad sindical, ¿qué le parece esta opción, que busca terminar con los grupos negociadores?

Nosotros estamos por fortalecer la sindicalización en Chile, queremos más sindicatos y mejores, pero esto no se hace a la fuerza, no se hace obligando a los trabajadores a sindicalizarse. Ni se hace tampoco condicionando la obtención de beneficios laborales únicamente a la inscripción de un trabajador a un sindicato. Cuando hoy Chile se lamenta por una tasa de sindicalización cercana al 14%, por supuesto que una razón es por prácticas antisindicales, pero también se debe al mal funcionamiento de los sindicatos y a las malas negociaciones. En consecuencia, tenemos que hacer que los trabajadores vean una utilidad en el sindicato.

Pero, no terminar con estos grupos iría en contra del fortalecimiento de los sindicatos…

A mí me molesta que los grupos negociadores puedan negociar en forma no reglada. Sin embargo, en una empresa donde hay sindicatos, por qué impedir que un grupo pueda negociar de manera reglada, de manera paralela, si son los propios negociadores los que no quieren afiliarse a un sindicato.

Porque los trabajadores pueden negociar de manera particular…

La OIT señala que es totalmente en contra de sus principios que el monopolio de la negociación colectiva únicamente la tenga el sindicato. Señala que no puede haber un grupo negociador que afecte la negociación del sindicato, pero si las formas de negociación son las mismas, ¿por qué no pensar así?.

También el gobierno habla de establecer pisos mínimos en la negociación colectiva…

Me parece de sentido común que si las condiciones económicas del país y de la empresa se mantienen o incluso mejoran, es evidente que la segunda negociación debe partir con respecto a lo establecido en la primera. Sin embargo, situación distinta es cuando la segunda negociación se produce con una empresa pasando dificultades; ahí evidentemente, la ley de pisos mínimos no puede aplicarse porque perjudicaría mucho al propio trabajador, porque inevitablemente se verían expuestos a despidos. Debe estar condicionada a la situación de la empresa y el país.