«La CUT y los cambios que Chile necesita para profundizar la democracia en el trabajo», se titula el documento que en 2013 la multisindical redactó y que es su hoja de ruta para la reforma laboral. Este texto -que fue ratificado en dos oportunidades- contiene los puntos que consideran «intransables» y que, temen algunos dirigentes disidentes, podrían no ser incluidos en el proyecto del Gobierno. Por ejemplo, mientras el Ejecutivo propone AFP estatal, la CUT apuesta por poner fin al actual sistema de pensiones.

Según explican, les preocupa que la cercanía de la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, con el Gobierno y en particular con la ministra Javiera Blanco, los perjudique, ya que temen que, a la hora de discutir la reforma, la dirigenta del PC termine «cediendo» y no respetando a cabalidad el documento de la multisindical. Dicen ,que el modo en que Figueroa negoció el sueldo mínimo sería un «mal antecedente», pues a pesar de la sintonía entre ella y La Moneda, el resultado no dejó conforme a una parte del mundo sindical.

Por esto, se han declarado en «estado de reunión permanente» y esperan que, antes de que la reforma ingrese al Congreso, se convoque a una reunión oficial que puede ser citada hasta 24 horas antes. Según explican, el consejo debiera realizarse a más tardar la primera semana de octubre.

A nivel provincial, es la sede de Valdivia la que ha tomado la postura más disidente. «La CUT nacional no ha sacado la voz por los trabajadores, pero sí la ha sacado para defender el programa de gobierno», señala la dirigenta Lucía Vega.

Cuando lean el proyecto del Ejecutivo, cada CUT provincial analizará los pasos a seguir. Y aseguran que habrá más movilizaciones. «Como movimiento sindical vamos a hacer todos los esfuerzos para profundizar los cambios; el mundo sindical está en estado de alerta», afirma Manuel Ahumada, presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre.