La medida ayudaría también a reducir las listas de espera del sector público:

Desde el próximo año la entidad aumentará la cobertura financiera de 50% a 75% en ocho paquetes de prestaciones.

Por René Olivares y Nadia Cabello.

Una forma de que los beneficiarios de Fonasa se atiendan en el sector privado es a través de los programas de Pago Asociado a Diagnóstico (PAD), que son paquetes de atenciones que ofrecen la solución completa a un problema de salud, con cobertura del seguro público y de los cuales el paciente conoce el precio que deberá pagar antes de recibir el tratamiento.

Hoy existen 62 PAD disponibles para aquellos beneficiarios de Fonasa que tienen acceso a la libre elección (cerca del 80% de la cartera, es decir, unos 10 millones de afiliados), y aunque algunos son ampliamente usados, como el parto, en otros aún son pocas las clínicas en convenio.

Por eso, la directora de Fonasa, Jeanette Vega, contó que el próximo año habrá recursos para mejorar ocho PAD y hacerlos más competitivos, para que más clínicas se interesen en ellos.

Se trata de cirugías para hernias abdominales simples y complejas, prolapso (caída del útero) anterior y posterior, hemorroides y várices, además de histerectomías (extirpación del útero) y meniscectomías (operación de meniscos), en los que hoy Fonasa paga el 50% de su valor. Vega explicó: «lo que hicimos fue priorizar que sean de alta demanda y que los precios de mercado son muy superiores al arancel (con el que está calculado actualmente). Luego, revalorizamos el precio al promedio de mercado y vamos a pagar el 75% del precio».

Las clínicas recibirán más dinero por realizar estas atenciones, pero al subir el copago de Fonasa, los pacientes incluso desembolsarán menos. «El sentido es que las personas de clase media que no quieren atenderse en hospitales públicos tengan la posibilidad real de contar con prestadores privados interesados en atenderlos», dijo Vega.

Dentro de la elección de los PAD que se mejorarán a contar del próximo año están los tratamientos para hernias y várices, que son dos de los males que generan más lista de espera en el sector público, con lo que la mayor posibilidad de atenderse en clínicas ayudaría a «descongestionar para que las listas de espera corran más rápido», aseguró la directora de Fonasa.

Para el académico de la UNAB, Héctor Sánchez, «impulsar las atenciones paquetizadas, con protocolos definidos, es una de las formas más eficientes de usar los recursos». Coincide la directora de la consultora en salud Altura Management, Victoria Beaumont, quien agrega: «Aquí veo también una señal política de decirle al sector privado que se cuenta con ellos».

«Los cambios que está impulsando Fonasa responden a la instrucción presidencial de que todas las medidas que se tomen redunden en mejoras inmediatas», señala Vega. Por eso, antes de que se tramite la ley «Ricarte Soto», Fonasa ampliará las actuales coberturas para enfermedades de alto costo. Por ejemplo, se cubrirán 32 pacientes con mal de Morquio y se financiará el tratamiento de más niños con déficit de hormona del crecimiento (de 136 pasarán a 236) y de artritis reumatoidea (de 110 a 300).

Tabaco
Con 29 votos a favor y cinco abstenciones, ayer el Senado aprobó la idea de legislar del proyecto que endurece las normas antitabaco. Isapres: «Hay que tener más atenciones paquetizadas»
Los programas de Pago Asociado a Diagnóstico (PAD) así como las patologías AUGE funcionan de manera similar en cuanto a que sus tratamientos están previamente valorados y existen protocolos de atención definidos dependiendo del mal en cuestión.

Ese mecanismo, para el presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, es el que se debiera masificar a más patologías, pues «hay una forma de compra de prestaciones de salud distinta que ayuda a contener los costos de la salud».

Por eso, en la propuesta que hizo el gremio a la comisión asesora presidencial para la reforma al sistema de salud privado, uno de los puntos se refiere a tener más protocolos y paquetes de atenciones. «Hay que buscar la fórmula legal, pero es más eficiente. Además, permiten medir resultados entre distintos prestadores y se pueden evaluar mejor si las soluciones de salud están siendo efectivas. Esa es una de las mejores lecciones que nos ha dejado el AUGE, por ejemplo», explica Doren.

Bajo este sistema se compran las soluciones completas de salud a los prestadores, por lo cual parte del riesgo es compartido entre las isapres y las clínicas, en el caso del sector privado. Ese rol que tienen los prestadores, a juicio de Doren, hasta ahora no ha sido abordado cabalmente en la comisión asesora presidencial.