No sólo debe superar la discusión en el Congreso, sino también todo lo que implica el montar una empresa en un mercado ya consolidado y, donde los afiliados han demostrado ser insensibles al precio.

Por Daniela Morchio.

La AFP estatal no sólo debe sortear la discusión en el Congreso y las conclusiones a las que llegue la Comisión Bravo, sino también los desafíos propios de montar una empresa en un mercado ya consolidado. A continuación, desarrollamos algunos de estos desafíos que según los expertos se presentan a la hora de conformar una empresa de este tipo.

Organización y equipo de inversiones.

La AFP del Estado será una S.A. administrada por Corfo y, como tal, debe tener una gerencia general y directorio. El ex superintendente de Pensiones, Julio Bustamante, explica en cuanto a la organización de la gestora que “como mínimo se requiere de una plataforma entre 130 a 150 personas (incluyendo personal de sucursal) para que pueda funcionar con los menores costos posibles. Esa es la planta de funcionarios que se requiere”. Por otro lado, en el área de inversiones se deberá contar con un equipo dispuesto a asumir el desafío. Y la tarea no es fácil, porque los afiliados y expertos estarán atentos a las rentabilidades que la AFP logre. Así, “una administradora de estas características a lo menos tiene que tener un grupo de 8 a 15 personas dedicadas a esa área”, destaca Bustamante. El gerente general de Previsionarte.cl, Andrés Guerra, advierte que “si van a tener un buen equipo de inversiones, se necesita tener gente top de mercado. Si va a ser tan barata, ¿cómo se les paga?”.

Entrada al mercado.

En los últimos años, sólo se ha creado una AFP que entró a través de la licitación de cartera de nuevos afiliados, garantizando un flujo de afiliados por dos años. Sin embargo, éste no necesariamente sería el camino que tomaría la AFP del Estado. La ministra del Trabajo, Javiera Blanco, señaló en la presentación del proyecto que será una decisión del directorio si se participa o no de la licitación. De no hacerlo, entraría de manera “espontánea” al mercado en un escenario donde los expertos no prevén cambios masivos de afiliados. Guerra sostiene que si llegan a ser masivos es probable que sea “en los niveles más bajos de ingreso, donde cada uno de los afiliados va a ser bastante caro en términos de operación, sobre todo con una comisión baja”. De entrar mediante la licitación, deberá tener una comisión menor al 0,47% de Planvital. Algo que también genera dudas, porque la industria sabe que la apuesta de Planvital es arriesgada y, que de hecho implica “irse a costo”.

Red de sucursales.

Una de las razones del Ejecutivo para crear una AFP del Estado es la necesidad de dar cobertura a aquellos trabajadores independientes o de zonas alejadas. Bustamante recuerda que se debe “montar una estructura de sucursales a lo largo de todo Chile. El principio de la Superintendencia es que a lo menos debe haber una sucursal por región para seguir los principios de la licitación”. Lo anterior “significa personal, no sólo en atención de público, sino también especializado en el área de pensiones y, fundamentalmente esa red tiene que contemplar todo los servicios que impliquen que la gente pueda acudir a ella para obtener beneficios, información, para trámites de pensiones, etc”. Así, señala que “montar una red a lo largo de todo Chile involucra costos importantes con una incorporación fuerte de recursos humanos y tecnológicos”. Y aunque una alternativa es utilizar las sucursales del INP “¿quién va a atender? ¿La misma gente del INP? Porque si atiende la misma gente del INP y no hay un cambio de sueldo, ahí empieza la competencia desleal”, cuestiona Guerra.

Competencia.

Con la AFP estatal se busca introducir mayor competencia que haga disminuir las comisiones. Sin embargo, las AFP destacan que sí compiten. Según el gremio, Chile se encuentra bajo el promedio mundial en comisiones de los fondos de pensiones como porcentaje de la inversión total (0,65% en 2012 vs. un promedio de 0,89%). Guerra prevé que “la comisión con la que trabajen debe ser superior a la de Planvital. Calculo que cerca del 0,55% – 0,57%. Nunca han dicho que van a ser los más baratos, sino que van a estar cerca”. Y ese es el desafío, demostrar que pueden competir no sólo en comisión, sino también, señalan los expertos, en lograr diferenciarse en rentabilidad.

Tecnología.

Es un área que requiere no sólo inversión, sino también tiempo en su implementación. El ex regulador afirma que se debe “contar con software y sistemas que permitan que la AFP pueda operar igual a como lo hace el resto y como lo exige la Superintendencia”. De hecho, la industria ha desarrollado sus propios sistemas, mientras otras operan con proveedores. “No es un tema menor, porque la tramitación de lo que significa llegar a eso -desde el llamado de licitación a los proveedores hasta hacer las operaciones- toma a lo menos entre 8 a 12 meses”, advierte Bustamante.

Servicios a afiliados y pago de beneficios.

No sólo se administran fondos en las AFP, sino que también se pagan beneficios. Lo anterior implica “formar equipos y capacitar al personal para trabajar en atención al público y administración de los beneficios, que van desde el pago de beneficios hasta bonos de reconocimiento, bonos por hijo y todos los beneficios de las pensiones solidarias”. En esta área se necesita especialización y procesos de aprendizaje que toman tiempo.

Comunicación.

Una de las críticas del Ejecutivo a la industria es la deuda que existe en información al afiliado. Una deuda que la AFP del Estado espera comenzar a mejorar. Según el ex regulador “es de esperar que una AFP de estas características tenga también motivaciones distintas a las que tienen las privadas en términos de desarrollar una mayor labor de difusión, información, educación. Eso no sólo pasa por publicidad, sino por educación a los afiliados, a través de seminarios, programas de capacitación, difusiones a través de redes y medios tecnológicos”.