El ministro de Hacienda apuesta a que la Agenda ayude a cimentar el repunte desde el actual escenario de desaceleración, sobre todo a través de la acción de BancoEstado, y más en el mediano plazo, que juegue un rol central en la diversificación e impulso de sectores estratégicos.

Por Olga Bustamante y Pía Toro.

EL MINISTRO de Hacienda tiene altas expectativas del aporte y transformación que va a significar para la economía chilena la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento que se dio a conocer el viernes. En lo inmediato, apuesta a que ayude a cimentar el repunte desde el actual escenario de desaceleración, sobre todo a través de la acción de BancoEstado, y más en el mediano plazo, que juegue un rol central en la diversificación e impulso de sectores estratégicos.

¿Qué semejanzas y diferencias tiene esta agenda con la que planteó el gobierno de Piñera?
-Esa agenda introducía aportes, pero la nuestra apunta a una transformación sustantiva de la economía chilena por la vía de darle un fuerte impulso a los sectores estratégicos y potenciar otros nuevos para diversificarla. La visión que hay detrás es que el Estado, en asociación con los privados, tiene un rol muy importante en potenciar la innovación y la productividad.

¿Cómo se inserta en el momento actual que vive la economía?
-Aquí es importante entender lo siguiente: la economía está lenta, hay un bajo crecimiento, y eso es un dato. Por lo tanto, necesitamos retomar una senda de crecimiento, darle dinamismo a la economía. Pero eso no solamente debe ser un discurso, debe haber acciones concretas, y eso es lo que contienen las agendas de Energía y de Productividad, Innovación y Crecimiento que anunció la Presidenta.

¿Cuál es el marco de estas medidas?
-Acá quiero poner el acento en que es absolutamente necesaria, para darle dinamismo a la economía, una alianza estratégica entre el sector público y el privado, y lo digo en letras mayúsculas. Una alianza en las áreas de innovación, emprendimiento, competitividad y regulación. En las áreas respecto de la actividad, de cómo se lleva ésta adelante y de cómo el Estado facilita ciertas actividades y sectores económicos, estamos creando un Fondo de Inversiones Estratégicas.

¿Cómo escogerá ese fondo a los sectores o áreas donde aportar con sus recursos? ¿Bajo qué criterios de eficiencia y resultados?
-Contará con una institucionalidad bien definida. Los sectores serán determinados en un trabajo conjunto con el Consejo de Innovación, que institucionalizaremos por ley. Los recursos serán asignados por un Comité de Ministros sobre la base de un reglamento de operación y con criterios técnicos, transparentes, con altos estándares de rendición de cuentas. Estimularemos mecanismos de asignación que incluyan cofinanciamiento público-privado y asociatividad entre empresas.

¿Qué medidas de la agenda son las de efecto más inmediato?
-Esta es una agenda que involucra US$1.500 millones en cuatro años. De ellos, US$500 millones son para capitalizaciones y US$1.000 millones para financiar el resto de la agenda. En lo que se refiere a las capitalizaciones, US$450 millones son para BancoEstado y US$50 millones para el Fogape (garantías para las pequeñas empresas). Estos US$500 millones van a tener un efecto multiplicador financiero, que es muy importante en un momento en que la economía está lenta. Esto eleva el acceso a fuentes de financiamiento, es una inyección a la vena porque va a permitir US$1.500 millones de mayores fuentes de financiamiento en Banco Estado para la PYME y US$2.000 millones de financiamiento para créditos hipotecarios. Es decir, estamos hablando de US$3.500 millones que, realizadas las capitalizaciones, estarán disponibles para ser un motor de mayor actividad.

BancoEstado ya jugó un rol similar para la crisis 2008-2009…
-La tasa de política monetaria del Banco Central ha bajado 100 puntos base, de 5% a 4%. Eso significa en español que la banca tiene un menor costo de fondo para financiar a las personas y las empresas. En ese sentido estamos diciendo que BancoEstado va a capitalizarse, generar fuentes de financiamiento a las cuales se va a poder acceder, con garantía, y con tasas más convenientes, como ya se está viendo en el ámbito hipotecario, también para las PYME.

¿Cómo impactará el resto de la agenda en el crecimiento y a qué plazo?
-Hay medidas que impactarán en el corto plazo, como las relacionadas con el financiamiento a las PYME; otras son más de mediano plazo y largo plazo. La agenda está diseñada no sólo para elevar la productividad y el crecimiento de la economía, sino que también para diversificarla y de esa manera hacer que seamos menos vulnerables a las turbulencias externas. El Fondo de Inversión Estratégica permitirá gatillar inversiones en áreas clave y en programas de eslabonamiento productivo. Esto propiciará, por ejemplo, que los proveedores de esos sectores crezcan y exporten. Otra de las medidas busca evaluar la coherencia de nuestra regulación y ver de qué manera ésta pueda estar frenando en forma innecesaria el potencial de crecimiento de nuestras empresas. Esta tendrá un impacto en el más largo plazo, pues una vez identificadas las regulaciones ineficientes habrá que ver cómo se modifican. Lo importante de esta medida -que complementa un estudio conjunto con la OCDE sobre la materia con la creación de una unidad para ello- es que tendrá un impacto permanente. Esta es una muy buena noticia para el sector privado, pues le estamos señalando que el gobierno se preocupará de garantizar una regulación eficiente.

¿Este paquete de medidas logrará cambiarle el perfil de crecimiento a este año o ya impactará en 2015?
-Tenemos el mismo diagnóstico que el Banco Central respecto de que la economía irá de menos a más. Desde esa perspectiva esperamos que hacia el segundo semestre, y sobre todo al cerrar el año, estemos con una tasa de crecimiento distinta a la de esta primera etapa. Ahora, esta agenda empieza a colocar las bases de retomar y darle dinamismo a la economía, pero en economía los efectos de las medidas tienen sus rezagos. Nosotros esperamos que esta agenda consolide el escenario de menos a más de la economía y nos permita enfrentar también 2015 en función de las proyecciones que tenemos y que daremos a conocer en su debido momento.

¿Cuánto les preocupa el grado de desaceleración que muestra la economía?
-Obviamente que nos preocupa y nos ocupa como gobierno. Recibimos una economía que venía perdiendo dinamismo desde fines de 2012, afectada por una caída en nuestros términos de intercambio, por mayor incertidumbre financiera externa y por la maduración del ciclo de inversión minera. A estos elementos se sumaron importantes cuellos de botella en el sector energético, que limitaron la posibilidad de materializar nuevos proyectos de inversión. La Agenda de Energía dará más certidumbre respecto de la materialización de proyectos en este sector y ello permitirá reactivar proyectos en áreas como la minería.

¿Comparten el temor del mercado de que el PIB este año pueda crecer incluso debajo de 3%?
-El Banco Central ha estimado un crecimiento de entre 3% y 4% para este año, con un sesgo a la baja. Nosotros tendemos a compartir esa apreciación.