Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del organismo
BID: baja productividad regional y en Chile se debe a problemas en educación y rigidez laboral

Técnicos de la institución y de la OCDE, así como de la academia chilena, debatirán hoy en un seminario sobre las políticas para el crecimiento de la productividad en el país.

Por LINA CASTAÑEDA.

En los últimos 40 años, la productividad promedio de América Latina ha crecido un 0,3% anual, en comparación al 2,2% anual en los países de Asia del Este. El vicepresidente de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Santiago Levy, señala que en cada país de la región, incluyendo a Chile, hay cuatro factores que explican el lento crecimiento de la productividad: la calidad de la educación; la rigidez de los mercados laborales; el acceso a financiamiento de las empresas de menor tamaño, y las políticas públicas que tienen que ver con la adopción e innovación de tecnologías.

«Mejorar la calidad de la educación es probablemente el reto más grande que enfrenta la región. Hay mucha evidencia empírica que dice que rezagos acumulados en los primeros años, o en algunos casos en los primeros meses de vida de un niño, pueden representar impedimentos permanentes en el aprendizaje y su futuro desarrollo laboral. Por tanto, las inversiones en los primeros años del desarrollo infantil temprano van a redituar permanentemente y son altamente rentables», dice el experto internacional.

Hoy se realizará el seminario «Además del cobre, ¿qué?: Políticas para el crecimiento de la productividad en Chile», organizado en conjunto por el BID, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Gobierno de Chile. En el encuentro participarán estudiosos del tema, quienes le dan distinto peso a los cuatro elementos que están pesando en la baja productividad de la región.

Si bien el foco de Levy apunta a la educación preescolar, básica y media, deja en claro que no significa que no haya espacios para mejorar la calidad de la educación superior o la educación técnica y universitaria, que hoy es parte de la discusión en América Latina.

«Hay algo de evidencia que dice que las empresas no encuentran trabajadores con las habilidades requeridas. Hay un desempalme entre las habilidades y destrezas que está generando el sistema escolar y lo que las empresas están demandando en el mercado laboral», dice.

A veces se piensa que la persona, terminados sus estudios, deja de aprender al incorporarse al mercado laboral, pero mucho de lo que aprende tiene que ver con el entorno laboral en que se desempeñe, dice. Además, opina que hay un espacio importante para la mejora de los programas de capacitación laboral y para incentivar a las empresas a invertir en la capacitación de sus trabajadores.

Pese a ser un país desarrollado, Estados Unidos también presenta problemas en la calidad de la educación, afirma el experto. No obstante, agrega que en Estados Unidos, el mercado laboral funciona de manera más eficaz; sus mercados de capitales tienen mucha profundidad y los incentivos a la innovación y la capacitación son mayores, por lo que la productividad se ha desempeñado de mejor manera que en América Latina. La explicación está en el entramado de los cuatro factores.

Alza de impuestos

En cuanto a la opción de financiar con alza de impuestos el mejoramiento en la educación, como se está planteando en Chile, Levy subraya: «lo que no se puede hacer es financiarlo con déficit, porque la educación es un gasto permanente del Estado, y si no está financiada con recursos tributarios, se financiaría con déficit. Eso generaría desequilibrios macroeconómicos insostenibles e indeseables. Me parece muy sano que cualquier gasto permanente del Estado sea financiado con una fuente permanente de recursos, y eso quiere decir recursos tributarios».

Por otro lado, el experto plantea que las rigideces laborales presentes en Chile y en A. Latina representan costos contingentes para las empresas, que pueden ser un factor que limite la contratación. Explica que eso tiene que ver con las regulaciones al despido y otras legislaciones que afectan la productividad.

La innovación y la adopción de nuevas tecnologías son también un factor clave en el aumento de la productividad de las empresas en la región. Incluso, las más grandes hacen pocas inversiones en nuevos procesos o en tratar de descubrir nuevas tecnologías, sostiene el experto.

MERCADO LABORAL
Levy plantea que las rigideces laborales pueden ser un factor que limite la contratación.
«Hay un desempalme entre las habilidades y destrezas que está generando el sistema escolar y lo que las empresas están demandando en el mercado laboral».
SANTIAGO LEVY
VICEPRESIDENTE DE SECTORES
Y CONOCIMIENTO DEL BID

Financiamiento para las pymes
Un elemento que también preocupa a Santiago Levy es el funcionamiento de los mercados de capitales y el acceso que tienen las pymes productivas al financiamiento. El tema tiene varias aristas, entre las cuales menciona las asociados a las leyes de quiebra; leyes de ejecuciones de garantía y los costos que enfrentan las empresas financieras cuando tienen que ejecutar las garantías por un préstamo. En esos aspectos ve espacios para mejorar y para generar incentivos a la formalización de las empresas.

Alargar los plazos a los cuales las empresas tienen acceso a crédito y darle profundidad al mercado de capitales es otra línea en la que, piensa, se puede avanzar. «Hay espacios para que las AFP, los fondos de pensiones puedan canalizar al crédito productivo, parte del ahorro de largo plazo ya que tiene la característica de estar denominado en moneda local. Por supuesto hay elementos de riesgo que considerar, pero se podría trabajar en esa dimensión. Una gran ventaja que tiene Chile respecto a otros países de la región, es que esto es mucho más fácil de hacer en un contexto de estabilidad macroeconómica», sostiene Levy.