El sector tiene una participación en el PIB nacional de 10,5%:

El 11% de la mano de obra nacional se ocupa en el área industrial, mientras que en México y Argentina la cifra supera el 14%. Solo en Venezuela, Costa Rica y República Dominicana hay una menor participación.

Por María de los Ángeles Pattillo.

La industria manufacturera en Chile es de las más débiles de la región, según un estudio de Euromonitor International. Nuestro país es de los que tiene el menor número de trabajadores ocupados en el área, siendo superado solo por Venezuela, Costa Rica y República Dominicana. El 11% del total de la fuerza laboral nacional se emplea en esta área, mientras que en Argentina y México el sector abarca más del 14%.

También somos la nación donde el área industrial tiene la menor participación dentro del PIB, alcanzando el 10,5%. En Guatemala, por ejemplo, la cifra llega al 19,9%.

Al socio de Econsult RS Capital, Gonzalo Sanhueza, no le extrañan los puestos que ocupa Chile en el informe: «El sector ha ido perdiendo participación en el PIB y en los puestos de trabajo, mediciones que van alineadas. Hace 40 años se acercaba al 20% del PIB y ahora un buen número sería llegar al 15%».

El director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, Cristián Echeverría, coincide con que sería bueno que la manufactura ganara más protagonismo. «Sería más balanceado para la economía chilena que tuviera una participación más alta en el empleo y en la producción, ya que los encadenamientos de este sector hacia el resto de la economía son mucho más amplios y profundos que los de la minería, por ejemplo», afirma Echeverría.

Los problemas de Chile

El gran elemento que juega en contra de la industria nacional es la energía, cree Sanhueza. «Es un factor clave que va a seguir impactando con mucha fuerza. Hay algunos subsectores donde la electricidad representa el 40% del costo total y si en otros países de América Latina la energía cuesta la mitad, no hay forma de competir, por más que seas más eficiente», advierte.

Para Echeverría, el problema también pasa por un tema estructural. «La economía ha estado muy orientada hacia la extracción de recursos naturales y la minería es el 90% de nuestras exportaciones. Esto ha deprimido el tipo de cambio producto del retorno abundante de divisas y, por ende, se reduce la competitividad del resto de los sectores, incluyendo la manufactura», explica.

Y es que el protagonismo minero hace que los salarios en dólares se eleven. «Podrían ser más bajos si no estuviera el efecto de la avalancha de dólares. Así sería un poco más competitiva la industria manufacturera», agrega Echeverría. Según el estudio de Euromonitor, los trabajadores nacionales ganan en promedio 5,1 dólares la hora, con lo que somos el tercer país con el sueldo más alto, después de Argentina y Uruguay que saltan a 9,4 y 8,4 dólares la hora, respectivamente.

Para superar esas deficiencias, el director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la UDD señala que una buena solución sería trabajar en una política de desarrollo de la industria minera. «Si generamos una extracción de los recursos mineros más bien pausada, tendremos un menor boom de ese nicho, pero permitiremos que otros sectores se desarrollen», concluye.

Desventaja

El gran elemento que juega en contra de la industria nacional es la energía.