Acuerdan fortalecer sus mecanismos para acercarse a la comunidad y poner mayor énfasis en repudiar los casos cuestionables.
Por B. A. P.
Líderes gremiales, empresarios y ejecutivos de diversos ámbitos participaron en el lanzamiento de la segunda etapa del proyecto «Bien común, dilemas éticos y compromisos empresariales».
La iniciativa -organizada por Fundación Generación Empresarial (GE) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), y apoyada por «El Mercurio»- se gestó hace casi dos años, y el jueves de esta semana partió su segunda fase, que busca liderar y difundir una corriente empresarial de mejores prácticas basadas en los principios y valores éticos.
«En un momento en que hay cuestionamientos al actuar de las empresas, es muy importante recalcar y hacer ver el compromiso que tenemos las empresas y los empresarios con un comportamiento ético. Que los casos que ha habido son aislados y van a existir. Pero aquí lo importante es que nosotros vamos a reforzar y reafirmar nuestro compromiso y hacer ver que todos los acuerdos que alcanzamos en las comisiones de trabajo se hagan carne», dijo el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz.
En el encuentro, la gerenta general de la Fundación Generación Empresarial, Paula Valenzuela, invitó a los 20 empresarios y ejecutivos presentes a compartir los esfuerzos individuales y desarrollar un plan de trabajo conjunto.
Para avanzar y crear una «corriente empresarial de buenas prácticas» llevarán el trabajo a regiones, harán cursos de formación e-learning utilizando redes sociales, lanzarán un libro con las mejores prácticas, se reunirán con miembros de la sociedad civil y se buscará desarrollar indicadores de autorregulación.
Momentos difíciles
La percepción positiva que la gente tiene al interior de la empresa es del 80%, pero cuando le preguntan a la comunidad, baja al 20%. Esta fue una de las cifras que se debatieron en la reunión desayuno realizada en el «El Mercurio».
El gerente general de la CPC, Fernando Alvear, reconoció que las empresas están pasando por momentos difíciles. «Tenemos que hacer un trabajo muy proactivo para comprometer a nuestra gente. Que sean ellos los que más admiren a la compañía donde trabajan y sean nuestros voceros con los clientes, con las comunidades y con nuestros proveedores».
Conectarse y dialogar con la sociedad son los puntales, reconocieron. «Hay que ser creativos en cómo la empresa se conecta con las comunidades, con las autoridades, grupos de interés con regiones», destacó el presidente de Telefónica y consejero de la Sofofa, Claudio Muñoz.
«Aquí el gran desafío es que la gente, la comunidad, entienda la importancia que tiene la empresa», coincidió el vicepresidente del consejo directivo de Inacap, Lorenzo Constans, invitando a los empresarios a transmitir e ir a lugares donde habitualmente no van y reunirse con gente y entidades con las que habitualmente no se reúnen, para mostrar lo que están haciendo.
Castigar al que no cumple
Durante la reunión se debatió sobre la importancia de condenar las malas prácticas de algunos empresarios para que no se haga caer a todos en el mismo saco. «Creo que hay que poder cobrar al que no cumple, porque aquí está en juego mucho más que la responsabilidad empresarial: estamos hablando de sostenibilidad empresarial», dijo uno de los empresarios presentes.
Se mostraron preocupados por el bajo prestigio empresarial. «Creo que es muy injusto, porque uno conoce el esfuerzo de cómo las empresas tratan de hacerlo bien, pero no obstante el prestigio es muy bajo. Tratar que la gente, que el país nos empiece a querer como empresa es otro desafío», expresó el director de empresas Nicolás Majluf.
«Creo que la sociedad entera espera que nosotros tengamos una voz más fuerte cuando se producen estos hechos que han marcado durante los últimos años la agenda. ¿Qué pasó con ese empresario que no siguió esos consejos? Es complejo, porque es un par nuestro el que está en tela de juicio, pero ese par nos está causando mucho daño», recalcó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes.
Destacaron que la empresa privada ha ganado legitimidad desde el punto de vista de la eficiencia, pero no ha ganado una legitimidad ética. «Las empresas hemos sabido crecer y hemos sido rentables, pero las empresas tenemos que preocuparnos de ser queridos y admirados por nuestros trabajadores, nuestros consumidores y las comunidades y logra crear conciencia», señaló el gerente general corporativo de Falabella, Sandro Solari.
Se conversó sobre la importancia de tratar el tema ético como una forma de construir una sociedad mejor, no de una manera de defenderse de los problemas en que algunos han caído. «Somos 1 millón 660 mil empresas hoy día, y los casos no llegan a los cien», calculó uno de los participantes.
«Eso es lo que hacemos muchos de los empresarios, levantarnos a las cinco de la mañana, trabajar sábados y domingos, aportarle con nuestro tiempo a la sociedad, aportar a iniciativas que son importantes para el país. Nosotros no somos el problema, nosotros somos parte de la solución», enfatizó el director de Forus y consejero de la Sofofa, Alfonso Swett.
Para mostrarlo, los asistentes coincidieron en la importancia que tiene el mejorar la comunicación acerca de la contribución del empresariado al país al generar oportunidades para que se reduzca la pobreza, en dar oportunidades y dignidad a las personas y sus familias. «Sigamos haciendo esto, pero digámoslo».
«Aquí realmente hay una preocupación por las personas, por Chile, por las comunidades. Nosotros tenemos que comenzar a cambiar el switch y dar a conocer lo que hacemos», dijo el presidente de Ultramar, Richard von Appen.
Todos los líderes presentes aportaron para el mejor desarrollo de esta iniciativa y coincidieron en la necesidad de trabajar en forma conjunta para que la mayor cantidad de empresas se sumen a colaborar en este desafío.
COINCIDIERON en la importancia de mejorar la comunicación acerca de la contribución del empresariado al país.