Su presidente, Esteban Maturana, dijo que «si bien la salud no ocupa un lugar prioritario en el programa de gobierno», confía en que se produzcan importantes avances en esa área.
SANTIAGO.- El presidente de la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam), Esteban Maturana, sostuvo que si bien la salud no es una prioridad en el programa del nuevo gobierno, espera que se produzcan avances importantes en materias como el sistema de isapres y las referidas a fármacos y al timerosal.
«Si bien salud no ocupa un lugar prioritario en el programa del actual gobierno, tenemos la convicción de que están dadas las condiciones para resolver temas que por años han sido motivo de profundas divergencias», afirmó Maturana.
El dirigente manifestó que los primeros lineamientos de la ministra de Salud, Helia Molina, se «condicen» con lo que la Confusam viene reclamando para mejorar el sistema de atención pública de salud.
Entre otros puntos, la ministra ha afirmado que se hará una completa reforma a las isapres para terminar con los «abusos» y que está en contra de la venta de medicamentos en lugares distintos de las farmacias.
«Con la misma convicción, señalamos nuestra disposición plena a rechazar cualquier iniciativa que proponga entregar mayores espacios o recursos a las empresas privadas de la salud», manifestó el presidente de la Confusam.
Veto al timerosal
El dirigente también pidió a los parlamentarios respaldar el veto a la iniciativa que prohíbe el timerosal en las vacunas, enviado por el anterior ministro, Jaime Mañalich.
«En la próxima tramitación del veto presidencial a dicha controvertida norma, la Confusam hace un llamado público a los parlamentarios a aprobar el veto, más allá de quien lo haya enviado, partiendo de la base de que ello permitirá una nueva discusión», señaló.
La iniciativa para eliminar el timerosal –preservante que evita la contaminación de las inyecciones– obedece a los supuestos efectos dañinos que provocaría su contenido de mercurio en los menores inoculados, especialmente autismo. Sin embargo, se estima que la prohibición de este componente aumentaría los costos y los riesgos de las campañas de inmunización.