«Chile tenía hasta el 2012 más de US$ 100 mil millones en proyectos mineros; hoy el 40% está en estudio o en revisión y muchos planes se han dilatado o suspendido… pero no han desaparecido, están ahí», afirma el presidente de la entidad, Alberto Salas.
En medio de una serie de reuniones bilaterales con autoridades económicas, políticas y de la minería mundial, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Alberto Salas, hizo un alto en la apretada agenda que cumple por estos días en uno de los mayores encuentros mundiales del sector en Canadá, para analizar la contingencia del sector: sumido en una maraña judicial, tras diversos fallos y sanciones medioambientales que han paralizado proyectos (como Pascua Lama), una caída de 22 puntos en el ranking mundial de competitividad y a días de que asuma el nuevo gobierno y anuncie su reforma tributaria.
-¿Cuáles son las expectativas del gremio con el nuevo gobierno?
-Ya trabajamos con la Presidenta Bachelet durante su gobierno anterior, mantuvimos un vínculo que en su momento fue muy abierto y franco, por lo que esperamos no tener problemas ahora. Ya hemos tenido contacto con las nuevas autoridades sectoriales, tanto con la ministra (Aurora Williams) como con el subsecretario (Ignacio Moreno).
-¿Y cuál fue la recepción de las nuevas autoridades?
-Nosotros somos un gremio que trabaja por el desarrollo de la principal actividad productiva del país, que es la minería, que representa en promedio el 16% del PIB, más del 60% de las exportaciones y más del 20% de los ingresos fiscales. Por lo tanto, tenemos una mirada de largo plazo y nos corresponde dar -a la autoridad que nos toque- nuestra visión y conocimiento en los temas que faciliten el desarrollo de la minería.
Tenemos opinión respecto de todos los desafíos que enfrentamos y hemos elaborado un documento denominado «Los fundamentos del desarrollo estratégico de la minería en Chile» que le vamos a entregar a la Presidente en la primera reunión que tengamos.
-¿Cuáles son las líneas estratégicas de ese documento?
-El primer desafío es recuperar nuestra competitividad como país minero. Tenemos la gran ventaja de ser el país con las mayores reservas reconocidas -según el Instituto Geológico de EE.UU.- de cobre en el mundo, contamos con el 28% de ellas, y más atrás nos sigue Australia con el 11%. Lo que ahora nos corresponde es ser capaces de mejorar la institucionalidad para hacerla acorde a ese potencial geológico y volverlo atractivo para el desarrollo de los proyectos que tenemos.
-¿Chile ya no es atractivo para la minería?
-Chile tenía hasta el 2012 más de US$ 100 mil millones en proyectos mineros; hoy el 40% de ese monto se encuentra en estudio o en revisión y muchos planes se han dilatado o suspendido… pero esos proyectos no han desaparecido, están ahí y el gran desafío para las autoridades que asumen el 11 de marzo es ser capaces de buscar cómo facilitar y desarrollar estos proyectos que generan empleos y crecimiento.
-¿Supongo que los temas ambientales ocupan parte importante de ese documento?, ya que esa área ha sido el gran escollo de la minería.
-Sí, por supuesto. Pero más que escollo… en Chile la industria minera está convencida de que la única forma de desarrollarse es de manera sustentable. Es decir, no es sólo un tema de obtener beneficios para los accionistas, sino también irradiarlos a las comunidades que albergan los proyectos, con un debido cuidado del medio ambiente.
-¿La minería cómo evalúa la reforma tributaria que planea impulsar Bachelet?
-Lo que importa es qué necesitamos y qué queremos como país. Nosotros concordamos con tener una educación de calidad y a la que todos tengan acceso, cualquier buen chileno quiere eso, y si para ello se necesitan mayores ingresos y una reforma tributaria… es un tema en el que tenemos experiencia, conocimientos y visión que podemos aportar a la autoridad para que tome mejores decisiones. Pero, insisto, los impuestos no son neutros y, en general, afectan la inversión y el crecimiento ambiental
«La industria minera ya hizo un ajuste de costos»
-El Instituto Fraser de Canadá entregó el ranking mundial de competitividad minera, donde Chile cae 22 puestos en cuatro años. ¿Qué ocurrió?
-En el ranking geológico, Chile está cuarto a nivel mundial. Si tuviésemos una institucionalidad perfeccionada, estaríamos quintos a nivel mundial ya que tenemos la materia prima. El índice de competitividad se va deteriorando en la medida en que considera otros aspectos que tienen que ver con la institucionalidad y Chile ha ido bajando sistemáticamente en el ranking debido a que hay poca claridad para interpretar, entre distintas instituciones, los mismos aspectos.
Lo que ha existido es una serie de desautorizaciones por parte de los tribunales a los permisos entregados por la institucionalidad medioambiental. Eso genera incertidumbre.
-¿Pero varios expertos señalan que la minería chilena ha impulsado alzas salariales, para captar mano de obra, que esconden ineficiencias?
-Desde el punto de vista de la industria, hemos perdido competitividad a raíz de un aumento de costos y baja en la inversión, factores en los que inciden desde la menor ley de los minerales hasta el aumento de precios de la energía, la mano de obra y la escasez de agua.
La industria ya hizo el año pasado un ajuste de costos y quebró la tendencia, al lograr que los costos de 2013 fuesen menores a los del año anterior, pero queda pendiente el desafío de tener una institucionalidad acorde a la importancia de Chile como país minero.