Informe de «Aliméntate Sano» hecho por la UC:
Las personas se sienten más positivas y con mayor vitalidad cuando siguen una dieta mediterránea y hacen ejercicio con frecuencia.

Por AMALIA TORRES.

Elegir pescado antes que carnes rojas y salir a trotar durante la semana no solo ayuda a vivir por más años, durante sus vidas esas personas también se sentirán más contentas consigo mismas.

Según un estudio realizado por el Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Universidad Católica, a través del sitio web Aliméntate Sano ( www.alimentatesano.cl ), con el apoyo de la Fundación Banmédica, la vitalidad -es decir, el ánimo y energía en la vida- y el sentirse positivo se relacionan con la forma de alimentarse y el ejercicio que hagan las personas.

Para el informe que se entregó ayer se analizaron los datos de 1.750 adultos que respondieron un cuestionario online . Así se vio que quienes tenían un estilo de vida considerado malo (sedentarios, fumadores y que no seguían una dieta mediterránea) se sentían con una vitalidad subjetiva que catalogaban cercana a 18 puntos (con un máximo de 36). Esta cifra era casi la mitad de quienes tenían un estilo de vida excelente (ejercicio varias veces por semana, dieta mediterránea y no fumadores), quienes se autodescribían con una vitalidad de 33 puntos.

Las personas con una vida más saludable también se declaraban más optimistas que el resto.

Mejor salud mental

Los datos de Aliméntate Sano además mostraron que quienes consumen más frutas, verduras, legumbres, pescados, mariscos, cereales integrales y aceite de oliva, y que a la vez comen con menos frecuencia carnes grasas, embutidos y alimentos azucarados, se autocalifican con mayor bienestar y mejor salud mental.

El bienestar fue evaluado a través de distintas variables, que incluían felicidad, satisfacción con la vida, autoaceptación, crecimiento personal, relaciones interpersonales positivas y realización social, entre otras.

El estudio además demostró una relación entre menor tasa de obesidad y mayor bienestar. De hecho, entre quienes decían tener un bienestar psicosocial alto, el 15% era obeso, a diferencia de quienes decían tener un bienestar psicosocial bajo, que tenían un porcentaje de obesidad del 29%.

«Nosotros planteamos que intervenciones que aumenten el bienestar psicosocial podrían conducir al desarrollo de un mejor estilo de vida y, como consecuencia, determinar menor riesgo de enfermedades crónicas», dijo en la presentación del informe el doctor Attilio Rigotti, director del centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas UC.

Seguir una dieta mediterránea o hacer ejercicio no logrará de por sí un mayor bienestar, explicó la doctora Ada Cuevas, nutrióloga de la Clínica Las Condes. «No se sabe qué es primero, pero sí sabemos que hay una relación entre ambas variables».

Con ella coincide el doctor Rigotti: «Probablemente la relación es recíproca. Así, cuando una persona se siente bien psicológicamente, se cuida más en hábitos de vida. Y cuando se siente bien con sus hábitos de vida, se genera un bienestar psicológico».