Si bien los economistas sostienen que el indicador comenzará el año con niveles por sobre lo estimado previamente, explican que éste convergerá en la segunda parte del año hacia la meta del Banco Central. El grueso de las apuestas va entre 2,5% y 3%.

A pesar de que los últimos datos de inflación informados por el INE correspondientes a noviembre y diciembre, sorprendieron al alza a la mayoría del mercado al registrar entre ambos un incremento de un punto porcentual (llevando la cifra final de 2013 a 3%), los economistas mantuvieron sus proyecciones previas para el presente ejercicio en materia inflacionaria.

Según los agentes privados, si bien el Índice de Precios al Consumidor (IPC) comenzará la primera parte de 2014 con niveles por sobre lo estimado antes de la aceleración registrada recientemente, en la segunda parte del año el indicador convergerá de nuevo en torno a la meta del Banco Central, tal como reveló la última Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de enero del ente rector, donde el promedio de los consultados apostó por un 3% a diciembre de este año, cifra similar a la prevista en diciembre por los expertos, cuando apostaban por un 2,9% según el Consensus Forecast.

Así lo explica Erik Haindl, director del Instituto de Economía de la Universidad Gabriela Mistral, quien sostiene que “este año la inflación terminará nuevamente en 3%. Cuando uno grafica la evolución se da cuenta que se arrancó hacia arriba, entonces en los primeros 6 meses probablemente nuestra inflación en 12 meses estará por encima del 3%, algo que antes se pensaba que no iba a ocurrir”.

Agrega que probablemente pueda llegar al 3,5% hacia mayo o junio. “Sin embargo en adelante volvería a converger en torno a la meta”, sostiene.

Por su parte, Rubén Catalán, economista de BCI Estudios, señala que “nosotros no cambiamos nuestra proyección que tenemos desde octubre para 2014, de 2,5%, principalmente porque si bien no preveíamos esos meses tan inflacionarios de noviembre y diciembre, hay que tener en cuenta que ese fenómeno tiene que ver con factores que son muy puntuales”.

En ese sentido, explica que “el alza que tuvieron las gasolinas a nivel internacional y el aumento del tipo de cambio se traspasaron a la inflación, pero en la mitad del año la inflación de servicios debería desacelerarse, porque la desaceleración económica impactaría en el mercado del trabajo y eso a su vez en lo salarios”.

Sin grandes sorpresas

Otro punto que podría impactar en el resultado final de la inflación este año tiene que ver con la implementación de la nueva canasta, con la que cambian las ponderaciones de las divisiones, como Alimentos que incidirá más que antes.

Sin embargo, a juicio de los economistas, este impacto no sería mayor, salvo un shock de oferta inesperado, lo que sumado a que se anticipa menor volatilidad en el indicador, hace que las perspectivas de los agentes no cambien tampoco por este factor.

En cuanto a las divisiones, los expertos esperan que durante la primera parte del actual ejercicio los productos transables evidencien aún un traspaso por el aumento del tipo de cambio.

“Por el lado de la inflación que proviene del exterior debería mostrar un mayor dinamismo ese tipo de productos, dadas las expectativas del tipo de cambio que deberían aumentar. Sin embargo, mantenemos nuestra proyección para el año de 3% que teníamos previamente, aunque con un sesgo alcista considerando estos factores y el cambio de la metodología”, comenta Sebastián Senzacqua, economista de Bice Inversiones.

Mientras, Matías Madrid, economista jefe de Banco Penta, sostiene que la inflación de este año se ubicaría en 2,8% “lo que considera una menor presión de los servicios por la desaceleración de la demanda interna, a lo que se suma un mayor impulso en relación de 2013 del precio de la energía”.

Respecto a Alimentos y Combustibles, los expertos tampoco son alarmistas.

“Por el lado de alimentos, todos los futuros de commodities apuntan a deflación. De hecho el FMI en sus proyecciones apunta al mismo proceso, lo que no quiere decir que habrá deflación a nivel de consumidores, pero sí que habrá menos presión”, enfatiza Fernando Soto, economista de BBVA.

En tanto, Nathan Pincheira, economista de Banchile Inversiones, apunta que “por el lado de los combustibles no estamos viendo un incremento relevante en 2014, lo que no quiere decir que no podría haber un shock inesperado. Pero nuestra expectativa para el precio del petróleo es de US$90, lo que incluso es menor a lo que está actualmente el crudo WTI”.