Contratistas acusan a la estatal de decidir «unilateralmente» endosarles una parte del costo de los beneficios del último Acuerdo Marco.
Por C. Pérez-Cueto / C. Pizarro.

Un inusual intercambio de misivas entre la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Codelco, se gatilló tras la firma del último Acuerdo Marco, que en mayo modificó los contratos con empresas contratistas.

Dicho acuerdo -en el que Codelco participó como facilitador- se tradujo en diversos beneficios para los trabajadores contratistas de las distintas divisiones de la estatal.

Sin embargo, entre agosto y septiembre de este año se generaron algunos inconvenientes, debido a que la cuprera habría solicitado a las firmas contratistas asumir el 13% de los costos que implicaban los beneficios, señalaron fuentes del sector.

La decisión de la corporación fue sorpresiva, ya que esto no había sido considerado durante la firma de los Acuerdos Marcos de 2006 y 2007, en los que la corporación asumió los costos.

El 13% de los costos que están asumiendo los contratistas se traducen en US$ 500 por cada trabajador, es decir, unos US$ 18 millones en total. Las mismas fuentes comentaron que este conflicto ocasionó la salida del entonces presidente de la Asociación Gremial de Empresas para la Minería y Rubros Relacionados (Agema), Javier Durán.

En ese contexto, el timonel de la CChC, Daniel Hurtado, envió una carta al presidente del directorio de la estatal Gerardo Jofré, dando cuenta de la situación. En ella explicaba que la decisión que fue tomada unilateralmente por Codelco debió haber sido parte de un acuerdo, ya que, al no estar previsto en los contratos vigentes, provocaría un perjuicio económico a sus representadas.

“En el contexto de su política de reducción de costos, Codelco ha informado a empresas contratistas -socias de la CChC- que deberán asumir directamente el costo de los mayores beneficios a los trabajadores incorporados en el Acuerdo Marco que la estatal negoció unilateralmente durante este año, sin la participación de estas empresas contratistas”, dijo Hurtado en la carta.

Con siete días de diferencia Jofré contestó la misiva, indicando que la CChC abordaba materias de un ámbito más propio de la relación de cada una de las empresas contratistas con Codelco, lo que a su juicio, “excede el alcance de la gestión propia de una asociación gremial”.

Jofré recalcó que las negociaciones fueron desarrolladas y acordadas entre representantes de empresas contratistas de Codelco y representantes de los trabajadores de dichas empresas, a diferencia de lo que se señalaba en la carta de Hurtado. El ejecutivo agregó que “ante la inminente amenaza de paralizaciones y conflictos por parte de los trabajadores de empresas contratistas, (Codelco) se vio en la necesidad de actuar como facilitador de las conversaciones, con el interés de evitar conflictos que pudieren afectar sus operaciones productivas”.

Tanto la CChC como Codelco declinaron referirse al caso directamente.

Sin embargo, fuentes del gremio afirmaron que “efectivamente hubo una discrepancia con Codelco, que es la que se le planteó en la carta enviada por el gremio, pero que como existen canales de comunicación permanentes con la minera, esas discrepancias ya están en vías de solucionarse”.

Por su lado, empresarios contratistas manifestaron que la estatal se ha acercado con “cierto grado de prepotencia”, especialmente con las firmas más pequeñas, que no tienen posibilidad de negociar, ya que en algunos casos cuentan con Codelco como único cliente. El problema, dicen, es que está en juego la viabilidad futura de la empresa. No hay muchas posibilidades de negarse al pago.