Decisión de la Fed de postergar la moderación de su programa de compra de activos habría sido clave para el ajuste. Menor gasto fiscal proyectado para el próximo año también abrió espacio para una política monetaria más expansiva.

Cuando todos los ojos de los agentes económicos parecían más bien puestos en la carrera presidencial, el Banco Central salió a escena ayer con una inesperada baja de la tasa de interés de política monetaria de 25 puntos base, para ubicarla en 4,75%. Más que por la decisión y su magnitud -que se había anticipado dada la desaceleración que mostraba la economía chilena- lo sorpresivo de la misma fue que se produjo a contrapelo de las expectativas predominantes en el mercado.

Los mismos antecedentes publicados por el instituto emisor el miércoles revelaban que la mayoría de los expertos pensaba que la autoridad optaría en esta ocasión por sumar otro mes -ya el número 21- con la TPM en 5,0%.

Lo que no estaba en los cálculos, según se desprende del comunicado del banco, fue la inquietud de sus autoridades sobre la situación externa. Y es que la decisión de la Reserva Federal de postergar la moderación de su programa de compra de activos habría sido clave para el ajuste de la TPM. Esta medida de la Fed produjo “un descenso de las tasas de interés de largo plazo y una depreciación del dólar”, lo que abrió espacio para utilizar la política expansiva. Otro factor que abrió espacio para una baja de la tasa, según el Central es lo “temporal” del acuerdo fiscal alcanzado en EEUU, que no permite descartar nuevas tensiones.

Argumentos a nivel local

En el plano interno, en tanto, no hubo muchas novedades respecto a las últimas reuniones. La “demanda final” -la variable cuyo ajuste estaba monitoreando con especial atención- redujo su tasa de expansión. Y aunque agregó que lo ha hecho a un ritmo algo menor que lo esperado, insistió en que “diversos indicadores anticipan que ésta continuará desacelerándose”.

Al respecto, el economista jefe de Econsult RS, Gonzalo Sanhueza, quien en la reunión del Grupo de Política Monetaria efectuada el miércoles había sido el único de esa instancia que planteó un recorte de 25 puntos base, afirmó que “hay un escenario externo que se ve más complejo de lo que veíamos, con menos crecimiento, hay una desaceleración de la inversión y aunque no lo dice, está viendo que el gasto fiscal va a ser bajo y, por lo tanto, va a haber un menor crecimiento y se da espacio para que haya una baja en la tasa de interés”.

A su vez, el economista jefe de Itaú Chile, Rodrigo Aravena, explica que “desde junio tenemos contemplado recortes de tasa de interés este año y el próximo. Eso sí, el timing nos sorprendió, considerando que el argumento del Banco Central era la fortaleza del consumo, pero la verdad es que los datos del último mes habían mostrado que la economía estaba dinámica todavía. Pero compartimos plenamente la decisión, creemos que había argumentos de antes para bajar la tasa”.

Agrega que el proyecto de ley de Presupuesto 2014 presentado por el gobierno, también dio espacio para este movimiento. Aravena plantea que “el anuncio de la política fiscal menos expansiva para el próximo año también debe haber tenido un efecto de primer orden, porque da el espacio para contar con una política monetaria más expansiva. Si el gasto fiscal hubiera crecido el próximo año de manera similar a este año, quizás hubiera sido un argumento para ser más cauto, pero esa desaceleración contribuye adicionalmente con la decisión de bajar la tasa de interés”, explica el economista.

Hacienda considera “adecuada” la decisión

Luego de conocerse la noticia el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, destacó que “esta es una medida adecuada puesto que existen bastantes factores internos y externos que lo justifican”. El ministro aseguró que esta medida producirá ayudará a “mantener un tipo de cambio competitivo, incentivando al sector exportador y permitiendo contrarrestar los efectos de una menor demanda interna”, concluyó.