Presidente Piñera anunció incorporación a la modalidad de libre elección del grupo A del seguro público de salud:
Medida implica un gasto fiscal de alrededor de $12 mil millones, y debería comenzar a regir en los próximos meses y beneficiará a 3,1 millones de pacientes.

Por René Olivares y Lina Castañeda
A partir de los próximos meses todos los usuarios de Fonasa tendrán acceso a la compra de bonos para consultas médicas, radiología y exámenes de laboratorio, luego que se incorporen los beneficiarios del grupo A del seguro público (alrededor de tres millones de personas) a la modalidad de libre elección.

Estos estaban impedidos de atenderse en el sector privado de salud, ya que al no aportar con cotización eran considerados solo beneficiarios del sistema.

La medida beneficiará «a los más de 3 millones de asegurados de Fonasa de tipo A que hasta el día de hoy estaban excluidos de esa modalidad», dijo el Presidente Sebastián Piñera en el seminario de Enade al anunciar la medida, que apunta al grupo de personas más pobres del país, quienes podrán ocupar tanto la red pública como la privada para la resolución de sus problemas de salud.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó que la inclusión de este grupo considerará un presupuesto de alrededor de $12 mil millones anuales. Este cálculo se hizo mirando la experiencia de uso que han tenido los beneficiarios de la Pensión Básica Solidaria, quienes ya habían obtenido el beneficio de la compra de bonos.

Además, explicó que es probable que para que se logre la incorporación de estos usuarios al sistema de libre elección se debe definir si es necesario un proyecto de ley o se puede realizar por medio de un reglamento. «Sin embargo, yo creo que esto es materia de reforma legal, porque la ley de autoridad sanitaria explicita que los usuarios A de Fonasa son beneficiarios no cotizantes», explicó Mañalich.

El grupo, que componen exactamente 3.177.275 personas, quedará exceptuado de utilizar la libre elección en atenciones hospitalarias, para las que deberán seguir utilizando la red pública de salud. «La idea es que este sea un proceso gradual, pero no podemos comprometer recursos o medidas que sean objeto de otro gobierno. Nosotros nos comprometemos con lo que podemos cumplir», dijo Mañalich.

Para poder implementar la medida fue clave la «depuración» de los falsos indigentes por parte de Fonasa, que en 2010 eran 4,5 millones de personas y que cayó hasta los 3,1 millones actuales.

Efecto entre privados

Para Mario Rivas, presidente de Clínicas de Chile, «todas las iniciativas públicas y privadas que tiendan a ampliar la libertad de elección de las personas son muy valoradas, y lo anunciado va en línea correcta, porque a los pacientes lo que les importa es que les resuelvan sus problemas de salud, independiente si el prestador es público o privado». Según él, «la propuesta presentada en Enade tiene fundamentos sólidos, lo que se demuestra con la preferencia de las personas por atenderse en clínicas o centros médicos, a pesar de que muchos de ellos tienen gratuidad o muy bajos costos en la red pública de salud, pero están dispuestos a pagar por atención que ellos consideran de calidad y oportuna».

En la Asociación de Isapres, en tanto, aseguraron que «el proceso deberá ser evaluado en forma cuidadosa», dijo su presidente, Hernán Doren, porque la calificación de los carentes de recursos de Fonasa ha mostrado debilidades. «Si vas a tener un seguro que no te costará nada, será muy atractivo ingresar a ese grupo», agregó. Según el dirigente gremial, la inclusión de 3 millones de personas para atenderse en la salud privada «puede generar problemas adicionales, pero si son personas de muy bajos recursos -requisito para ser parte del Fonasa A- deberían hacer un uso de la libre elección más bien excepcional».

El sector privado realiza el 45% del total de las atenciones de salud que se hacen en el país, y, de ellas, el 44% son usuarios de Fonasa.

Experiencias previas validaron la decisión
La incorporación del grupo más pobre de usuarios de Fonasa a la libre elección fue estudiado durante varios años.

La primera experiencia fue la implementación del «bono invierno» para que el sector privado ayudara en las atenciones por enfermedades respiratorias de dichos usuarios durante el invierno de 2011.

Ahí se les dio acceso a este beneficio a los ciudadanos de Fonasa A, lo que dio luces a la autoridad sobre el gasto que implicaría su puesta en marcha.

Sin embargo, luego que en 2008 los beneficiarios de la Pensión Básica Solidaria fueran traspasados automáticamente al nivel A, perdieron la opción de comprar bonos, lo que recuperaron luego, el año pasado.

Salud monitoreó el uso y la frecuencia que estos usuarios le dieron al beneficio, y con ello hicieron los cálculos que afinaron la medida presentada ayer por el Presidente Piñera.

Además, hubo grupos que presionaron para que este beneficio se hiciera patente. Incluso, parlamentarios como Juan Luis Castro (PS) y Enrique Accorsi (PPD) solicitaron formalmente a Fonasa estudiar la posibilidad de que los usuarios A pudieran acceder a la compra de bonos al sector privado.