Cámara de Diputados acordó ayer interpelar al titular de Salud sobre seis ejes de la cartera, como infraestructura y listas Auge. El ministro de Salud asume que el proceso tiene un componente de «castigo», pero se declara «tranquilo y contento» de dar cuenta.

Faltando cinco meses para el término del gobierno, la Cámara de Diputados acordó ayer interpelar el próximo miércoles al ministro de Salud, Jaime Mañalich, sobre seis ejes de su gestión, referidos a infraestructura, listas de espera, deuda hospitalaria y compra de servicios a privados, entre otros. Mañalich no esperó la comunicación oficial y fue al Congreso a autonotificarse para, según él, no arriesgar que los ajustados plazos legislativos terminaran omitiendo el proceso. Dice estar tranquilo. Asume que hay un componente de “ajuste de cuentas” en el proceso, por los conflictos de interés que ha sorteado en estos tres años -tanto con la industria como con su propio gremio-, y que se siente contento de informar su gestión, apoyado en una presentación que prepara desde hace un mes.

¿Cómo enfrenta la interpelación?

Esto es un mecanismo de control y conocimiento de lo que está haciendo el Ejecutivo en una política determinada, realmente interesante. Me preocupa que no se use frecuentemente y que se malignice, en el sentido de asemejar una acusación constitucional, que no es.

¿Se esperaba este proceso?

Pensé que iba a ocurrir el año pasado, en relación con las listas de esperas Auge y no Auge. Se discutió y no prosperó, pero desde ahí era previsible que fuese en algún momento de este mandato prolongado que he tenido, ya que soy el ministro de Salud que más ha durado en democracia. Y cuando uno como ministro ha tenido un rol tan duro en materias como tabaco, fármacos e isapres, es esperable que ocurriera.

En esta interpelación, ¿cuánto hay de conocer detalles de su gestión y cuánto de juicio político?

Hay que ver lo que pasa el día de la interpelación. Va a depender mucho de cuáles sean las preguntas específicas, el tono que se utilice y el ambiente. Me imagino que hay un componente esencial de realmente pedirle cuentas al ministro y también debe haber una suerte de querer pasar cuentas.

¿Cuentas más personales?

No sé si personales, pero respecto de conflictos de interés que yo he denunciado, de intereses de diferentes sectores en la legislación y, en ese sentido, es probable que también haya un pequeño componente de ajuste de cuentas, de castigo.

¿Castigo a su gestión? Porque usted ha tenido impasses con las industrias del tabaco, alimenticia, fármacos, pero también con gente que se sintió ofendida y que rechaza su personalidad como cabeza del ministerio.

Esto no es un juicio a la personalidad, es pedir cuentas respecto de gestión. Ahora, yo estoy convencido de que si un ministro de Salud no tiene una personalidad extraordinariamente dura y fuerte, no sirve para el cargo. Este no es un cargo para pusilánimes ni tímidos, es para personalidades muy fuertes y, como yo la tengo, genera roces.

¿Cómo se siente frente al proceso?

Contento. A mí me gusta mucho dar exámenes y hablar en público. Y lo hago muy bien.

¿Cómo va su preparación para los seis ejes de la interpelación?

Hemos trabajado intensamente en todos los puntos de la interpelación y están todos estructurados como respuestas contundentes. Estoy tranquilo, creo que es una oportunidad magnífica para responder las inquietudes planteadas.

Se cuestiona el cumplimiento del Auge. ¿Cómo ve ese tema?

Estoy extraordinariamente tranquilo. Nos están llegando informes finales de Contraloría y lo que muestran es que las cosas van bien, que las listas de espera Auge están en los niveles que señalamos públicamente en la página web de Fonasa, con incumplimientos no reclamados que oscilan entre seis mil y 10 mil, que es un número bajo para lo que se registraba históricamente.

También será interpelado por la deuda histórica de los hospitales…

Cuando asumimos, la deuda real era de $ 300 mil millones. Eso se heredó y lo tenemos acreditado. Este septiembre cerramos con $ 84 mil millones de deuda. Los servicios de salud tenían una deuda de $ 200 mil millones, y Cenabast, de $ 100 mil millones. Cenabast es un ejemplo de laboratorio del desorden contable que ocurría y el mismo contralor dice en su último informe que la situación de fiabilidad contable de Cenabast ha mejorado en forma importante. Ha sido un esfuerzo gigantesco y los directores de servicios lo han hecho muy bien.

Se le cuestiona la compra de servicios a centros privados y clínicas…

En el mundo privado hay gastos que han aumentado porque le damos más dinero a la Teletón y al Hospital Clínico de la Universidad de Chile. En los servicios, la compra a terceros que tienen un margen presupuestario y haber hecho la licitación transparente han significado que el costo unitario y el volumen total de transferencia a privados hayan disminuido sistemáticamente.

¿Cómo va la reconstrucción?

Creo que es uno de los puntos más altos de la gestión del Ministerio de Salud, en la medida que habiendo perdido cuatro mil camas en las regiones afectadas por el terremoto, hemos podido recuperar la funcionalidad.