Dirigentes rechazaron ayer la cuarta propuesta. «No nos asustan las amenazas», dijeron tras reiterar anoche esa postura.
Ministra de Justicia notificó que el gobierno no hará nuevas ofertas a los trabajadores.
Pasadas las 15 horas de ayer, la ministra de Justicia, Patricia Pérez, oficializó a través del teléfono a los dirigentes del Registro Civil una advertencia: el gobierno había decidido dar un ultimátum para que los funcionarios aceptaran, hasta ayer a medianoche, la última oferta del Ejecutivo y depusieran el paro que ya se prolonga por 16 días hábiles.
La medida fue definida minutos antes, en una reunión en la que, además de Pérez, participaron el Vicepresidente, Andrés Chadwick; la titular de la Segegob, Cecilia Pérez; y los subsecretarios de Justicia, Juan Ignacio Piña, y de Interior, Rodrigo Ubilla.
Altas fuentes de gobierno dicen que en ese encuentro Chadwick tomó la determinación, que implicaba retirar la oferta del gobierno, dejar en cero las negociaciones y comenzar a aplicar las sanciones correspondientes.
De hecho, en el Ejecutivo explican que las fiscalizaciones para determinar los descuentos en las remuneraciones comenzaron a realizarse la semana pasada. Y agregan que, considerando el cerca de 95% de adhesión con el que cuenta el paro, las sanciones podrían recaer en alrededor de dos mil trabajadores.
El análisis al interior de La Moneda apunta a la necesidad de no aparecer cediendo con una nueva oferta al Registro Civil, sobre todo considerando que se acercan negociaciones con otros gremios. En ese sentido, en algunos sectores del oficialismo existe una mala evaluación del rol jugado por la titular de Justicia.
Así, se mandató a Pérez para iniciar una arremetida pública, dando a conocer los detalles de las tratativas. En esa línea, la secretaria de Estado lamentó la “intransigencia” de los dirigentes y sostuvo que “cada vez que nos hemos sentado surgen nuevas demandas y peticiones que lo que hacen es impedir que esta situación llegue a buen término”.
Negociaciones
Según dicen en La Moneda, el martes pasado el gobierno aceptó aumentar en un grado las remuneraciones de más de dos mil funcionarios, mientras que propuso que en julio del próximo año se incrementaran en dos grados los sueldos de 756 trabajadores, otra de las demandas de los dirigentes. Incluso, se consensuó que esa alza se realizara sobre la base de la ley de reajuste del sector público y no del Presupuesto 2014, otorgando mayores garantías.
Sin embargo, ayer los dirigentes decidieron rechazar la oferta y mantener la paralización. La decisión fue comunicada cerca de las 11 horas a la ministra de Justicia, en una reunión en la que los funcionarios agregaron tres peticiones. Fuentes del Ejecutivo sostienen que en esa cita se solicitó adelantar el aumento de dos grados para enero de 2014; retrasar la realización de la encuesta de evaluación de usuarios -que va ligada a un bono por gestión y cuyo plazo vencía ayer- e incorporar en la negociación a alrededor de 300 profesionales del Registro Civil, grupo que -dicen en La Moneda- amenazó con crear una asociación paralela si no eran incluidos en el acuerdo.
Pérez rechazó en esa reunión las solicitudes y acusó a los funcionarios de “incumplir” el “espíritu” de lo que se había acordado en la cita del martes pasado.
Sin cambiar su postura, los dirigentes abandonaron anoche las oficinas del Registro Civil. A pocos minutos de que se cumpliera el plazo de la medianoche, la presidenta de la Asociación de Funcionarios del Registro Civil, Nelly Díaz, señaló que “mantenemos el paro y no nos asustan las amenazas de la ministra”.
Por la mañana, la situación había sido monitoreada desde Nueva York por Piñera, en un contacto telefónico con los ministros del comité político que se encontraban reunidos en La Moneda. Más tarde, los secretarios de Estado analizaron la situación con los dirigentes de la Alianza, quienes salieron a criticar la postura de los trabajadores del Registro Civil. Incluso, la vocera de Gobierno abandonó momentáneamente el encuentro para cuestionar la “irresponsabilidad” de los funcionarios y advertir que no existiría otra oferta.