Disminución de búsquedas se concentra en los proveedores

Reclutadores dicen que las búsquedas han bajado ostensiblemente, y los proveedores han debido reorganizar sus recursos humanos para no perder personal altamente calificado.

Por MARIO RIVEROS M.
La minería es una industria distinta. Eso dicen quienes están en ella y entienden que, por ejemplo, los mineros no trabajen efectivamente más del 50% de su tiempo, contando traslados, turnos y descansos.

«Eso es algo que se puede permitir una industria que trabaja como lo hace la minería, aunque cuesta más caro», dice Sebastián Marzal, director de Minería de la reclutadora especializada Adecco.

El ejecutivo señala que el minero es un trabajador con un nivel de especialización superior al de la mayoría de las industrias, es más escaso y también tiene mucho poder de negociación, por lo que la posibilidad actual de aumentar su carga laboral es pequeña.

Pero, expresa Marzal, la paralización de proyectos ha abierto una ventana que ha llevado a que hoy sea más fácil encontrar postulantes para cargos mineros que están dispuestos a aceptar menores condiciones para trabajar. Además, afirma Loreto Lazcano, team leader de Minning & Engineering de Hays, los nuevos trabajadores están aceptando menos beneficios, en la búsqueda de plazas laborales.

Pero estas detenciones también han reducido la cantidad de mineros activos y la búsqueda de nuevos trabajadores ha caído un 50%, dicen los reclutadores, principalmente en el sector de los proveedores, porque las mineras están bajando costos, pero también están disminuyendo las plazas: en vez de cubrir un puesto vacío, se busca que sus tareas sean redistribuidas entre otros trabajadores.

El «limbo»

Álex Acosta, gerente general de Schwager Service, cuenta que, hasta ahora, han podido reubicar a sus recursos más calificados en otros contratos que mantienen vigentes.

«El costo de perder a uno de esos trabajadores, muy especializados, es demasiado alto», asevera el director de Finning, Marcello Marchese, quien explica que, en el caso de su empresa, estos recursos humanos se «redirigen» a programas de mentoring interno, que les permite mantener a los trabajadores en la empresa, y también les facilita la formación de nuevos expertos, aprovechando, principalmente, el recién creado Instituto Finning. No es la solución ideal, dice el ejecutivo, pero les permite ahorrar en costos y no desperdiciar recursos como sí les ocurre a otras empresas, como explica Luis Grau, de KPI Consultores.

Grau cuenta que hay empresas en las que estos recursos se «paralizan» durante el tiempo que sea necesario, con tal de retener al personal.

Estos Programas de Reinserción Laboral, como lo presentan las mineras, son conocidos coloquialmente por los mineros como el «limbo», pues los trabajadores están, pero en ninguna parte.

«Suena irracional, pero tiene algo de lógica», explica un alto ejecutivo de un gran proveedor de la minería, quien señala que, por ejemplo, el costo de la demora de un sondaje es más alto que el sueldo mensual de un minero, lo que compensa que se le pague por «no hacer nada».

Este «no hacer nada» puede tener distintas modalidades. Como indica Juan Carlos Olivares, gerente general de Aprimin, algunas compañías hacen que los trabajadores cumplan en sus oficinas los mismos turnos en los cuales trabajan regularmente, con los mismos beneficios, pero sólo accediendo a salas comunes, escritorios o computadores, en los cuales no hacen más que revisar su correo corporativo. Otras compañías optan por dejarlos en sus casas, para evitar el costo fijo de tenerlos en las oficinas.

50% habría caído, dicen los reclutadores, el negocio de búsqueda de personas para la minería en estos meses.

2.363 dólares (o $1,2 millones) mensuales gana, en promedio, un minero en Chile.

3,1 años tiene de antigüedad, en promedio, un profesional en la Gran Minería en Chile, según datos del Consejo de Competencias Mineras.