Factores como la inversión en energías tradicionales, problemas con la obtención de recursos hídricos entre otras alternativas económicas son causa del freno del desarrollo en países en vías de desarrollo, cree el experto.

El experto en negocios de la Universidad Católica Silva Henríquez, Ricardo Vega, se refirió al hecho de que el crecimiento económico para los próximos años en América Latina y el Caribe se situaría en torno al 3%, de acuerdo a los expertos que asistieron a la conferencia anual en Washington de El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

El Doctor en Administración de Negocios por la Atlantic Internacional University sostuvo que «Latinoamérica ha tenido el mayor desarrollo y mayores expectativas de poder potenciar sus economías, como Brasil o Chile, economías que se han fortalecido, pero hay una serie de actitudes y demandas sociales que hacen repensar la aplicación de estos modelos y las medidas internas económicas».

En este sentido, el académico de la UCSH manifestó que «si bien ha habido un crecimiento económico, la inversión en estos países sobretodo en energía, ha sido, en determinados momentos, parada, ha habido problemas en Chile para invertir en energía eléctrica e hidroeléctrica, hay problemas con la obtención de recursos hídricos, agua en la zona norte y, obviamente, todos esos factores indican que hay menor intencionalidad de inversión y hasta el retiro de algunas inversiones que se estaban produciendo».

En este sentido, Vega agregó que «todo eso va produciendo recesos en el crecimiento económico interno, pequeños frenos, lo mismo ha pasado en Brasil, donde ha habido un despertar social, una mayor exigencia masiva social que ha hecho repensar a las autoridades y a nivel gubernamental respecto a sus políticas en el sentido económico y la orientación que estas deban tener, y estos factores internos producen un desencanto del inversor y de las intencionalidades del inversionista extranjero en estos países».

Por último, el experto en negocios se refirió a las economías altamente dependientes y recalcó que «hay también un freno, un decaimiento en la actividad económica industrial a nivel mundial y, obviamente, que los países en vías de desarrollo tienen repercusiones por ese mismo efecto».