En casi un millón de hogares una mujer está a cargo de sus hijos o hijastros sin la presencia de una pareja. En 2000 eran más de 500 mil.

El primer hijo de Magdalena llegó cuando ella estaba en segundo año de universidad. “Traté de seguir estudiando, pero no pude”, cuenta. En ese momento se casó y luego tuvo dos hijos más. Recién a los 28 años retomó sus estudios de administración. Y aunque eso le dio mayor independencia, terminó con su matrimonio. A los 31 años estaba separada y sola a cargo de tres hijos.

Magdalena es parte del 20% de los hogares chilenos donde una mujer se hace cargo sola de un hogar donde viven sus hijos o hijastros y no hay cónyuge o pareja. En cifras totales, son 990.805 hogares del país.

Según datos de la Encuesta Casen 2011 y 2000 analizados por el demógrafo del Instituto de Políticas Públicas de la U. Diego Portales, Rubén Castro, el fenómeno se ha duplicado en la última década: en 2000 esos hogares eran sólo el 13,4%, un poco más de 500 mil hogares.

* Hogares monoparentales que más han crecido en la década: mujeres de entre 32 y 47 años.

El alza de hogares monoparentales femeninos se relaciona, indica Castro, principalmente con el aumento que ha adquirido el fenómeno entre las mujeres de 32 a 47 años de edad. Así, por ejemplo, en el 2000, de los hogares totales del país cuyo jefe o jefa de hogar tiene en torno de los 32 años, el 8% eran hogares monoparentales femeninos. Hoy son el 17%. Lo mismo ocurre en el rango de 37 años, donde pasó de 9% a 20%; en las de 42 años el salto fue de 12% a 22% y en las de 47 años fue de 13% a 24%. Cifras que coinciden con la edad a la que las mujeres, en promedio, se divorcian en Chile, que es a los 44 años, según el Registro Civil (2012).

Bruno Baranda, ministro de Desarrollo Social, dice que uno de los cambios más claros en los hogares monoparentales femeninos es que “una mayor proporción corresponde a las nuevas generaciones”. “En términos generales, tiene que ver con separaciones por diversos motivos y con maternidad sin estar casada, lo que ha reconstituido el concepto de familia. Es un cambio social importante y por eso gran parte de las políticas sociales buscan llegar a las cabezas de esos hogares, a las mujeres; como el ingreso ético familiar, la capacitación laboral y el posnatal, entre otros”, dice.

* En promedio, el ingreso por hogar es de 550 mil pesos al mes

El ingreso promedio con que estas mujeres se hacen cargo de su hogar e hijos también ha variado. Si en 2000 éste era de 344 mil pesos, hoy la cifra se eleva a 550 mil pesos.

Juan Carlos Oyanedel, sociólogo del Programa de Estudios Cuantitativos y Opinión Pública de la Usach, señala que el factor más determinante en el crecimiento de estos hogares y en sus ingresos ha sido la incorporación femenina al mundo del trabajo. “Eso les ha dado más libertad. En la medida en que trabajan y tienen ingresos propios tienen autonomía financiera”.

A lo anterior se suma la promulgación de la nueva Ley de Matrimonio Civil, en 2004, que incluyó por primera vez el divorcio. Ese aspecto legal les ha permitido organizar las custodias de los hijos y que los padres den la pensión de alimentos. “En la medida en que la justicia se hace cargo, el escenario es menos complejo para ellas, ya que tienen mayor resguardo”, afirma Oyanedel.

Pero no hay posibilidades de trabajo sin apoyo para criar a los hijos. Por eso es relevante seguir generando políticas públicas que les permitan cumplir el rol de madres y de proveedoras de la familia, ya que todas las proyecciones indican que estos hogares seguirán creciendo, dice Loreto Seguel, ministra del Sernam. “Muchas no pueden salir a trabajar, porque deben criar a los hijos y están solas. Entonces hay que ayudarlas a conciliar la vida laboral y familiar”.

Es justamente lo que más le costó a Susana (52) cuando se hizo cargo de su familia con cuatro hijos, hace 10 años. “Mi marido dejó de pagar la escolaridad y los tuve que cambiar de colegio, aun cuando los otros dos mayores habían estudiado ahí. En esos días tenía que trabajar feriados y fines de semana, porque los pagaban mejor. Los niños se las tenían que arreglar casi solos. En la noche dejaba el almuerzo hecho, pero ellos tenían que organizar el resto de las cosas de la casa”, recuerda.

* En el quintil más pobre, estos hogares son el 29%

En Chile, los hogares monoparentales se concentran en los hogares de menos ingresos. De hecho, un 28,7% de ellos pertenecen al primer quintil, que corresponde al 20% de los hogares más pobres.

Sin embargo, las cifras de la Casen muestran que es una tendencia que cruza todas las clases sociales: el 12,2% de los hogares monoparentales a cargo de una mujer pertenece al quinto quintil (el 20% más rico del país). Y si se suman el cuarto y quinto quintil, la cifra lleva a 29%.

Sebastián Rojas, académico y sicólogo de la UDP, dice que en mujeres de clase social alta hacerse cargo de sus familias también es un tema complejo. Y aunque en ellas el tema económico no sea el principal, si lo son los prejuicios de su entorno. “En las pacientes de nivel socioeconómico alto existe una idea conservadora y culposa de que el resto las va a juzgar. No se ve como una segunda oportunidad para encontrar el amor, sino que existe la idea de que la familia es para siempre y el matrimonio incluye soportar cosas, y si no pudieron hacerlo, es un fracaso”, indica Rojas. Eso hace que muchas veces sus círculos sociales se cierren y que algunas decidan ir a vivir a otra ciudad. “Es un intento de construir un nuevo soporte social que las apoye”, dice.