Tras varias críticas emanadas por economistas respecto a la medición del ítem vestuario en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), considerando que éste no reflejaría realmente las tarifas de algunas prendas por cambios de temporada, el director del INE, Juan Eduardo Coeymans, adelantó la implementación de modificaciones al respecto, avaladas incluso por la OCDE.

Sin embargo, los economistas prevén que el efecto de este cambio metodológico, no se apreciaría en toda su magnitud en la inflación de julio, que será publicada hoy por el INE, sino que el impacto sería más visible recién en agosto, cuando se materialice el cambio de temporada en las prendas de vestir.

Para Alejandro Fernández, economista de Gémines Consultores, “en julio, la influencia debería ser marginal, debido a que la nueva metodología para medir vestuario afecta principalmente aquellos meses donde hay cambio de temporada. Por lo tanto, agosto y septiembre podría ser un período donde sí se refleje una incidencia mayor”.

Sin embargo, asegura que de todas formas el impacto sería acotado, ya que vestuario representa el 5% de la canasta total del IPC.

Agrega que “si se detectara diferencias de 10 puntos porcentuales entre la medición antigua y la nueva en términos anuales, eso agregaría cinco décimas en la inflación anual, pero la diferencia no será de esa magnitud, pudiendo fluctuar entre 0,1% y 0,2% en la inflación de agosto y septiembre”.

Comparte Hernán Frigolett, economista de Aserta Consultores, quien sostiene que “habría un efecto mayor en agosto, donde habrá mayor abundancia de prendas de vestir, sobre todo en el rubro femenino, que irrumpen con más fuerza. En julio el efecto a lo más sería de una décima. Además, no es todo el vestuario el que está afecto al cambio de temporada. Por ejemplo la ropa interior no tiene efecto”.

Mientras Nathan Pincheira, economista de Banchile Inversiones, comenta que “si bien hemos monitoreado el tema, verdad es que mi opinión técnica es que no se puede tener una definición a priori respecto a un sesgo alcista o bajista cuando se hace un cambio metodológico, ya que además en el tema de la inflación no importan los niveles, sino que la variación, por lo que lo que uno pudiese tener en una primera instancia es que podría haber un cambio de nivel, pero se ajustaría, y el tema del reemplazo de los bienes es al final lo relevante”.

Con todo, los expertos anticipan que el IPC del séptimo mes estaría en torno al 0,4%, considerando principalmente el aumento en el precio de los combustibles (ver recuadro) y de algunos alimentos como la lechuga.

“Se han observado incrementos importantes en la lechuga, y también en combustible, aunque en términos porcentuales no sería tan alto como se cree debido a que se mide promedio con promedio. También se debe considerar el aumento de otros combustibles, como el gas”, advierte Pincheira, quien estima 0,4%.

Misma cifra que Frigolett, quien apunta al alza de los combustibles “aunque ésta se vería más fuerte en agosto”.