Más de la mitad de los pacientes con prescripción de medicamentos que suspendió su tratamiento debió hacerlo por falta de dinero para comprarlos. Así lo reveló la encuesta La Brújula Salud de marzo, del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián. La medición consideró una muestra de 2.801 personas mayores de 15 años de todo el país, las que fueron encuestadas vía telefónica en enero de este año.

De ese total, 1.810 personas están afiliadas a Fonasa, 760 a isapres y 231 pertenecen al sistema de salud de las Fuerzas Armadas, otras instituciones o no tienen ningún tipo de previsión. Según el estudio, el 32% de las personas de Fonasa con tratamiento en base a fármacos lo suspendió en algún momento. El 58% de ellos lo dejó por no tener el dinero para comprar la receta. De los usuarios de las isapres, en tanto, un 20% abandonó su terapia. El 64% de ellos debió hacerlo por falta de recursos.

Dicha situación concuerda con que sólo el 40% de los afiliados a Fonasa recibe sus medicamentos gratuitamente, mientras que el resto debe pagarlo de su bolsillo. En el caso de los usuarios de isapres, el 92% debe cancelar parte o el total de los medicamentos.

“El abandono de un tratamiento por falta de dinero está demostrando que el acceso a la medicación en Chile se está volviendo complejo, ya que es muy caro”, explicó a La Hora Fabián Riquelme, director nacional de Estudios de la USS. Enrique Paris, presidente del Colegio Médico, comparte la opinión y señaló que “las cifras muestran una situación altamente preocupante.

Es sabido que Chile tiene uno de los más altos gastos en medicamentos de los países de la OCDE”. ¿QUÉ HACER? Ambos expertos creen que debiesen existir mecanismos que aseguren el acceso de los pacientes a los medicamentos necesarios para sus tratamientos. “Se debiera fortalecer el sistema de atención primaria, para que la gente vaya a buscar sus medicamentos gratis a los consultorios”, indicó Riquelme. Por su parte, Paris propone que “se deben protocolizar los tratamientos tanto en el sistema público como en el privado” y detalló que “la sociedad científica se encarga de decidir cuál es el mejor tratamiento para tal o cual enfermedad.

Así, los pacientes sabrían cuánto cuesta el remedio para su tratamiento y ese fármaco se produciría en mayor cantidad y eso bajaría los costos”. Paris puntualizó que “en la atención primaria se deben entregar los medicamentos gratis. Esto está contemplado en el AUGE, pero los consultorios no lo hacen porque no tienen dinero para comprarlos y ya están endeudados con la Cenabast, que no les vende a los que están endeudados”.

 

Fuente: La Hora