Sobre el nuevo proyecto que crea el Sistema de Tratamiento Automatizado de Infracciones del Tránsito, Felipe Bunster, gerente general de la Mutual de Seguridad dice que “de acuerdo a la experiencia internacional y los datos que hemos recopilado en otros países, veríamos un disminución sustancial tanto de los accidentes de tránsito, como en la cantidad de fallecidos».

-Esta semana la Cámara de Diputados aprobó los cambios introducidos por el Senado al proyecto de ley que crea un Sistema de Tratamiento Automatizado de Infracciones del Tránsito (CATI), quedando en condiciones de ser ley. En términos simples, ¿cuáles son sus implicancias?

-Es un gran paso que damos como país en materias de Seguridad Vial. Muy en simple, esto consiste en la implementación de una red de radares que fiscalizará 24/7 infracciones tales como, excesos de velocidad, no respeto a la luz roja, incumplimiento de restricción vehicular y el uso de vías exclusivas del transporte público.

Esta es la primera y principal apuesta que hacemos como país para hacer frente a la problemática que tenemos en Seguridad Vial.

Además es una gran innovación, ya que contar con un sistema que permita que las infracciones se tramiten automáticamente en el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, evitará llegar a instancias judiciales, disminuyendo la sobrecarga de causas en los Juzgados de Policía Local.

– ¿ Qué impacto tiene esta política pública para nuestro país?

-Chile sufre de una alta accidentabilidad en materia vial, las cifras hablan por sí solas, hoy en promedio 5 personas fallecen al día producto de accidentes de tránsito y anualmente más de 60.000 personas quedan lesionadas, incluso terminando muchas de ellas con algún grado de discapacidad de por vida. Estas cifras no sólo son un drama humano y familiar, sino que constituye un importante desafío para nuestra red de salud pública.

Sólo desde un punto de vista económico, el costo para el Estado por temas relacionados a siniestros de tránsito se estima que asciende al 3% del PIB. En 2020, por ejemplo, un año atípico considerando la pandemia de Covid, el gasto fue del 2,01%, es decir más de US$5.480 millones.

Desde nuestro rol como Mutual de Seguridad, protegiendo a los trabajadores del país, tiene un enorme impacto. El 69% de los accidentes con resultado de muerte en contextos laborales, corresponden a siniestros de tránsito. Hemos avanzado mucho en más de 55 años de historia en los accidentes industriales tradicionales, sin embargo, vemos con enorme preocupación que los accidentes en las calles -sean estos de trabajo o trayecto- se siguen manteniendo e incluso, aumentando. En ese contexto, una política pública de este tipo contribuye decididamente a salvar vidas.

-¿ En cuánto estiman que podrían disminuir los accidentes viales con este nuevo proyecto que crea el Sistema de Tratamiento Automatizado de Infracciones del Tránsito (CATI)?

-De acuerdo a la experiencia internacional y los datos que hemos recopilado en otros países, veríamos un disminución sustancial tanto de los accidentes de tránsito, como en la cantidad de fallecidos.

Un gran ejemplo es España, con quienes hemos desarrollado una importante alianza de intercambio de conocimiento, que nos ha permitido establecer un buen diagnóstico de la problemática, para generar planes de prevención para nuestros trabajadores protegidos. De esta manera nos constituimos en un aporte en la relación público-privada para intentar resolver este problema.

La estrategia implementada en España ha mostrado buenos resultados: con un parque automotriz que cuadriplica al de Chile, al año registran un tercio menos de fallecidos por accidentes de tránsito. Una de las principales razones de esta cifra, fue la implementación de un ecosistema tecnológico de control y fiscalización en las rutas. Algo similar ocurre en Inglaterra, donde hay cinco veces más vehículos que en Chile y sólo un tercio de los fallecidos. Actualmente en Chile, el índice indica que hay 85 muertes por millón de habitantes por accidentes de tránsito.

-Existe un aumento importante del parque automotriz y de motos en Chile, más allá de la velocidad, ¿dónde ven los mayores riesgos viales para este año 2023?

-Hay consenso que la principal causa de muerte en el tránsito es la velocidad, aumentando un 18% entre 2020 y 2021. Lo anterior se recrudece en zona rural, donde a su vez ocurren 62% de todos los fallecidos del país. Lo que se busca con esta iniciativa es generar un impacto en las conductas que lleven a reducir tanto la mortalidad como las lesiones graves en aproximadamente un 30%.

Ahora bien, revisando la información disponible, nos podemos dar cuenta que hay otros factores de riesgos. El conducir no atento a las condiciones del tránsito, además de infracciones relacionadas al alcohol y a la inhabilidad de los conductores para manejar.

El conducir distraído a las condiciones del tránsito constituye la principal causa de siniestros de tránsito en Chile, tanto así que quintuplica la segunda causa de accidentes, que es la conducción bajo la influencia del alcohol. Entendemos que la mayoría de los casos tiene relación con los distractores, donde la manipulación del celular mientras se maneja ha impactado negativamente en la siniestralidad.

A eso se suma la percepción de que hay falta de fiscalización, tanto en temas de velocidad, respeto a semáforos e imprudencia. Lo mismo ocurre en cuanto a evitar el consumo de alcohol al conducir. La Ley Emilia impactó positivamente en su inicio, pero la falta de fiscalización hizo que decayera la relevancia en las personas.

-¿ Qué se está haciendo en seguridad vial para generar conciencia de este problema y sus consecuencias para la vida de los conductores y víctimas? ¿Es suficiente con lo que hay actualmente?

-Para nosotros siempre será necesario entender 3 aristas claves para los temas de seguridad vial. Por una parte, la educación. De esa forma se inculca a los niños y jóvenes el respeto por los demás, una sana convivencia vial, la cultura de prevención y el cuidado de la vida. Por otra parte, campañas que se encarguen de ser un recordatorio para todos, principalmente para jóvenes y adultos, más aún para quienes no han podido acceder a la educación vial a la que me refiero. Luego, la fiscalización, de manera de corregir las conductas defectuosas y que ha servido para modificar hábitos. A modo de ejemplo, antes se fumaba en aviones o en oficinas, cuestión que ahora es mal vista, además de estar sancionada.

El Pacto por la seguridad vial que impulsó el Ministerio de Transportes en conjunto con la Conaset también juega un rol clave en cuanto a la posibilidad que tenemos las empresas de influir, tanto en otras empresas como en los trabajadores, para entender que todos somos responsables de lo que ocurre en el tránsito.

Sin ir más lejos, como Mutual de Seguridad hemos desarrollado diferentes herramientas para que las empresas de diferentes rubros puedan proteger a los trabajadores del riesgo al que todos estamos expuestos. Lo anterior, a través de diagnósticos de seguridad, capacitaciones, Centros de Seguridad Vial para adultos y niños, hasta llegar a la implementación de la ISO 39.001.

Fuente: Ex-Ante