Las autoridades de Salud han iniciado conversaciones con especialistas en salud mental de Inglaterra, con el fin de dotar de evidencia científica al plan que busca hacerse cargo de la llamada «otra pandemia».

En las últimas semanas, la ministra de Salud, María Begoña Yarza, ha entregado algunas luces sobre su preocupación y necesidad de atención a otra de las grandes problemáticas asociadas a la pandemia, y que cada cierto tiempo parece quedar en segundo plano: la salud mental.

En el balance del martes, la secretaria de Estado afirmó que las medidas sanitarias que han ido fluctuando conforme a los ciclos de ascenso y disminución de los casos -y que tienen como guía el Paso a Paso- también apuntan a mejorar en lo posible, la vida cotidiana.

Esto, porque en el cotidiano las personas no sólo se ven afectadas por la «fatiga pandémica», sino que también por una serie de emociones desencadenadas por episodios como la pérdida de un ser querido producto del covid-19 o el abrupto retorno a la «normalidad».

Así, explicó Yarza, en los periodos de baja transmisión, «lo que hacemos es generar estrategias que permitan, con seguridad, tener una vida cotidiana mejor. Este Ministerio de Salud, la reflexión que hemos hecho, y no sólo nosotros, es que la pandemia ha sido muy dura para la salud mental de las personas».

En ese contexto, según conoció Emol, el Ministerio de Salud está preparando estrategias para hacerse cargo de esta llamada «otra pandemia». Para eso, las autoridades han iniciado conversaciones con especialistas en salud mental de la Universidad de Oxford para diseñar herramientas para que las personas puedan manejar de mejor forma este proceso emocional que ha golpeado a toda la población.

Entre esas herramientas se consideran plataformas telefónicas donde la población pueda ponerse en contacto con psicólogos y pruebas de screening, es decir, test que pueden detectar la posible prevalencia de una enfermedad en la población.

Pero estas ideas aún están en la fase de búsqueda de evidencia científica con Oxford, y aunque aún no hay fecha, se espera lograr a buenos resultados que permitan avanzar en este plan de «herramientas emocionales» de acceso masivo a la población.

Las cifras de la salud mental

Basta hacer un pequeño ejercicio de memoria para recordar la tónica del retorno a clases a inicios de marzo: golpizas, violencia, enfrentamientos dentro y fuera de los colegios. El retorno a la presencialidad obligatoria terminó por forzar a las autoridades a reconocer que mantenerlos alejados de los establecimientos no había sido una buena idea, y que el retorno abrupto tampoco lo fue.

Fue ahí, en medio de un problema que nadie pareció prever, cuando se puso el foco en cómo hacerse cargo de la salud mental de los niños y adolescentes. Sólo en marzo, los episodios de violencia mostraron un alza del 67% y un aumento de denuncias por acoso.

En el caso de los adultos, la ansiedad ha sido una de las emociones más latentes durante la pandemia, aunque también el cansancio, estrés y agobio, incrementado por el retorno abrupto a la presencialidad. Así lo destaca el estudio «Pandemia y percepción sobre riesgos y preferencias en el retorno laboral 2022», elaborado por la Mutual de Seguridad, que afirma que el 43% de los trabajadores se siente estresado.

En ese sentido las mujeres son las que presentan registros menos favorables. El 49,4% de las mujeres declara experimentar estrés, cansancio y agobio. Esta respuesta es específicamente en mujeres residentes de la Región Metropolitana, con hijos en clases remotas 2021 y trabajo presencial. Además, un 21,5% de ellas asegura sentir aburrimiento, y/o monotonía. Por otra parte, el 21,6% de las trabajadoras encuestadas siente temor, inseguridad e incertidumbre.

Fuente: Emol.com