El gasto real que hizo el sistema en licencias subió 14,9% el año pasado, explicado porque aumentó el número de días pagados, lo que en parte se debe al incremento en licencias por trastornos mentales, que suelen ser licencias por más cantidad de días.
Las licencias médicas tienen en alerta a las isapres y a Fonasa. En este contexto, la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin), la Superintendencia de Salud, la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) y Fonasa, entregaron el detalle de todas las licencias médicas que se otorgaron en 2020.
Allí se desprende que si bien en el total no hubo un incremento en licencias médicas tramitadas el año pasado, sí hubo un aumento importante en el gasto que se realizó en ellas, porque subió el número de días pagados, lo que en parte se explica porque hay un ítem que crece bastante más que el resto: las licencias por trastornos mentales, que suelen ser licencias por más cantidad de días.
Pero a esto se agregaron como extras los gastos por licencias por Covid-19. Ambos ítems explican el 40% del gasto total que se hizo en 2020.
En concreto, durante el año pasado el número de cotizantes con derecho a licencias médicas eran 6.314.322. De ellos, 27% estaba en isapres (1.706.748) y 73% en Fonasa (4.607.574). Esto representa una caída de 1,1% respecto a 2019, pero implica un alza de 2,9% desde 2016.
Las licencias médicas de origen común tramitadas en 2020 fueron 6.034.360, una baja de 1,9% respecto a 2019 y un alza de 20% versus 2016. De ese total, 4.695.694 (78%) fueron en Fonasa, mientras que en isapres fueron 1.338.666 (22%).
Con ello, en 2020 la tasa de uso ascendió a 95,6 licencias por cada 100 cotizantes, siendo mayor para Fonasa (101,9 por cada 100 cotizantes) que en isapres (78,4). El informe dice que “la caída en la tasa de uso de las isapres se explica principalmente por la disminución en las licencias médicas tramitadas entre los meses de marzo a septiembre 2020, lo cual se asocia también a la baja en las prestaciones de salud que experimentaron una caída aún mayor”.
Del total de licencias médicas tramitadas en 2020, por lejos la mayoría se concentró en trastornos mentales, pues representaron un 28,7% del total (1.730.263), le siguieron las enfermedades osteomusculares con 17,4% (1.049.174) y las licencias por Covid-19 con 14,5% (874.597).
“Este último diagnóstico (Covid), junto a la licencia médica preventiva parental (2,2% del total), y que no se observaban en los períodos anteriores (pues nacen como resultado de la situación de pandemia por Covid-19), en conjunto representan el 16,7% del total de licencias médicas tramitadas (Fonasa 16,5% e isapres 17,5%), sin embargo, a nivel de gasto en subsidio por incapacidad laboral (SIL) para Fonasa representa el 11,1% y en isapres el 19,9%”, señala el estudio.
Así las cosas, el gasto que hizo todo el sistema en Subsidio por Incapacidad Laboral (SIL) totalizó $1.827.115 millones en 2020, lo que significa un alza de 14,9% real en un año, y un incremento de 50,2% respecto a 2016. De ese total del año pasado, 56% ($1.019.088 millones) del gasto lo hizo Fonasa y 44% ($808.026 millones) las isapres.
De esta manera, el gasto en SIL por cotizante promedió $289.400, lo que implica un alza de 16% respecto al año anterior y de 45,9% versus 2016. Hay que considerar que en 2020 el costo por cotizante fue mayor en isapres ($473.400) que en Fonasa ($221.200), ya que los sueldos de las personas que están en isapres son más altos.
Con todo, el diagnóstico donde el sistema gastó más en SIL fue justamente en trastornos mentales, ya que se desembolsaron $567.156 millones. También fue la mayor alza, pues el gasto en este ítem subió 24,9% respecto a 2019. El segundo mayor gasto fue en enfermedades osteomusculares con $300.170 millones, aunque fue un 7,3% más bajo que en 2019.
También influyó en este mayor gasto que hizo el sistema, la incorporación de licencias médicas por Covid-19 y la licencia médica preventiva parental. En el primer ítem se gastaron $161.684 millones, mientras que en el segundo fueron $112.141 millones.
El informe indica que “el aumento en el gasto en SIL, se debe principalmente al alza en el número de días pagados, al cambio tanto en la distribución de diagnósticos como en el perfil de cotizantes que recibieron licencia, el que apunta a población ocupada con remuneración más alta”. Esto, considerando que el número promedio de días pagados por cotizantes fue de 12,1, lo que significa un alza interanual de 8,2%. En Fonasa fue mayor el número de días pagados (12,8) que en isapres (10,2).
El valor del día pagado fue $23.900, que está por encima de los $22.200 de 2019, explicado principalmente por isapres, pues allí el valor del día pagado promedió $46.500, versus los $17.200 de Fonasa.
Asimismo, el costo por licencia representó $309.000 promedio, también por encima de los $251.400 de 2019. Esto, ya que en isapres fue $504.200, mientras que en Fonasa representó $236.400.
Por otro lado, al ver las tasas de uso de licencias médicas según sexo, las mujeres son por lejos las que usaron más licencias, con 125,8 por cada 100 mujeres cotizantes, mientras que en los hombres fueron 74,3 por cada 100 cotizantes.
Al desagregar por edad y sistema, las que usan más licencias médicas son las personas de 65 años y más de Fonasa, con 117,7 por cada 100 cotizantes. Le siguen las personas entre 25 y 34 años de Fonasa, con una tasa de 106,1 licencias. En isapres, los que tienen más licencias son las personas de entre 20 y 24 años, con una tasa de 86,1, y le siguen los que tienen entre 25 y 34 años, con 85,9.
Por región, lidera la Metropolitana en tasas de uso, con 127,4 licencias por cada 100 cotizantes. Le sigue Tarapacá, con 109,2, y luego Magallanes, con 92.
Por último, el 10,7% de las licencias médicas tramitadas del sistema en su conjunto son rechazadas en primera instancia, siendo mayor este rechazo en isapres (20,1%) respecto de Fonasa (8,1%). “Cabe señalar que en el caso de Fonasa, el 35,1% de las licencias médicas reclamadas son revertidas, mientras que en isapres se revierte el 54,2%. Por otra parte, el 39,3% de las reclamaciones ingresadas a la Superintendencia de Seguridad Social son acogidas”, concluye el informe.
Fuente: La Tercera