Aunque llaman a la cautela y a no relajar las medidas de prevención, especialistas celebran la baja sostenida en las cifras referidas al Covid y, plantean que, si se mantiene la velocidad de disminución, los contagios en primavera serían menores a 500.

Uno de los indicadores que da cuenta con más certeza del avance o retroceso de una pandemia es el cálculo del factor “R efectivo”, una variable clave para medir la rapidez con que se está propagando un virus y corresponde al número promedio de personas contagiadas por una persona infecciosa.

El cálculo indica que si el R efectivo está sobre 1 el virus se propagará rápidamente. Por el contrario, cuando el R efectivo está bajo 1, el virus dejará de propagarse.

Por eso resulta esperanzador el análisis del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, institución encargada de calcular el modelo. Según este análisis, a nivel nacional el R efectivo del 5 de julio fue de 0,79, uno de las más bajos de toda la pandemia.

Es más: según el mismo modelo, 15 de las 16 regiones del país arrojaron tienen un R efectivo por debajo de 1 y solo en Magallanes se supera levemente ese indicador. En la otra vereda, Aysén tiene el mejor resultado (0,7), seguido de la Metropolitana (0,72).

Además, el Ministerio de Salud confirmó una baja en los contagios del 26% en los últimos siete días y de un 42% en las últimas dos semanas. Mientras, la positividad de los test PCR cayó al 4,3% a nivel nacional y a un 3,7% en la Región Metropolitana, “la más baja en los últimos meses”, según indicó el ministro Enrique Paris.

Claudio Castillo, académico en salud pública de la Usach, dice que un R efectivo de 0,79 es importante, “porque significa que cada persona que está contagiada está generando menos contagios y eso implica un declive en el nuevo número de casos”.

En tanto, Gabriel Cavada, epidemiólogo de la Universidad de Chile, asegura que el estado de los números “es esperanzador. Tenemos una reducción de casos de dos semanas seguidas del orden del 27% y eso es muy halagüeño, unido a que la positividad está cerca del 5%, lo que es bueno, porque es una de las metas de la OMS y donde tiendes a crees que hay una situación pandémica a la baja”.

Lo otro “muy bueno”, agrega Cavada, es que por segunda semana consecutiva se ha observado una reducción en el número de fallecidos: hace tres lunes los decesos semanales fueron de 841, el lunes pasado de 809 y este lunes de 795. “Esto quiere decir que la curva ha empezado a ceder y si bien no son cifras espectaculares, hay una tendencia que tiende a consolidar la baja, que es uno de los objetivos de la vacuna”.

“Si repitiéramos la misma dinámica de 2020, deberíamos empezar a observar una baja sistemática de esta curva epidémica, por lo menos hacia finales de septiembre u octubre, cuando ya comencemos a observar el paso a la endemia, que el año pasado tenía alrededor de 1.000 casos diarios. Si logramos mantener velocidad de vacunación, la endemia de este año debería ser del orden de los 400 casos diarios”, agrega.

Cavada también se aventura con una hipótesis: “Ya está dicho que delta es mucho más contagiosa (un infectado contagia a nueve) que la variante inicial (un infectado contagia a cuatro), por lo que tiendo a pensar que delta habría sido la causante del peak que dejamos atrás”. En ese sentido, expone que tal vez a este linaje se le detectó “cuando ya había hecho su trabajo y lo pienso porque en muy poco tiempo subimos una cantidad gigantesca de contagios, muchísimo más que otros peaks”.

El epidemiólogo apunta al primer caso de variante delta detectada en Chile, la de la mujer de San Javier: “Entró con PCR negativo, el PCR en el aeropuerto también fue negativo y en el PCR de salida de la cuarentena dio positivo, entonces eso da para pensar perfectamente que el contagio pudo haber sido en Chile”.

Las proyecciones

El Informe Covid-19 que elabora habitualmente Mauricio Canals, epidemiólgo y académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, con corte al 4 de julio, plantea que en las condiciones actuales, de aquí a 15 días Chile podría bajar de los 2.000 nuevos casos diarios. En ese reporte, el experto asegura que “si todo se mantiene exactamente como hasta ahora, es decir, si no variamos drásticamente lo que hacemos hasta ahora, en 15 días podemos esperar 1.734 casos”.

“Si los casos siguen descendiendo a esta tasa, el 19 de julio podríamos tener una tasa de incidencia menor que 10/cien mil”, agrega. Actualmente, la incidencia es de 17,31/cien mil.

Un modelo de proyección muy similar tiene el epidemiólogo Cavada, quien expone que si esta semana (que cierra los lunes) hubo 21.471 casos acumulados, “la próxima, si todo marcha bien, deberíamos andar entre 18 y 19 mil casos (2.640 diarios en promedio)y al lunes subsiguiente, entre 14 y 15 mil casos semanales (2.070 diarios)”.

Ante las cifras, el académico Castillo expone que “la situación a nivel general en el país tiene datos muy positivos en términos de la disminución de casos nuevos, tanto a siete como a 14 días”.

De hecho, destaca también otro punto: la disminución del ingreso de pacientes a UCI: “A pesar de ser más baja (-7%), el dato más importante es que hace mucho tiempo no teníamos una baja tan importante en términos de personas ingresadas en UCI”. Sin embargo, advierte que nada de esto debería disminuir las medidas de prevención o la velocidad de vacunación, porque hay regiones en que la tasa de casos por cada 100.000 habitantes está sobre los 10, “por tanto aún hay que mejorar esos resultados para entrar en una franca estabilidad”.

La exsubsecretaria de Salud, Lidia Amarales, en tanto, dice que “salvo que haya un evento de una nueva ola por la nueva variante delta, debería mantenerse esa tendencia, siendo optimista”. Por eso, asevera, se deben mantener las medidas de prevención o incluso mejorarlas, “porque no podemos exponernos nuevamente a una situación como la anterior”.

En ese sentido, también señala que todas esas medidas hay que llevarlas a cabo con una mirada de salud pública. “Lo más sensato es seguir las recomendaciones del Consejo Asesor, relacionar el nuevo Paso a Paso con las condiciones de cada región y todo esto debería estar acompañado de una buena campaña comunicacional, porque en el matinal del Ministerio de Salud ha estado ausente”. Y cierra: “Espero que el gobierno haya aprendido para ajustar este Paso a Paso”.

César Bustos, infectólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, advierte que “hacer pronósticos es incorrecto y puede llegar a confundir a la población, por dar un falso sentido de seguridad, o que personas que no entienden cómo funciona esto soliciten el levantamiento de medidas enfocadas a reducir la circulación viral”. Por eso, añade, que haya dos semanas con buenos números “no es un indicador suficientemente fuerte para decir ‘volvamos a la normalidad’, porque sería perder todo lo ganado”.

Cautela

Amarales hace un especial llamado a la moderación: “Tenemos estas cifras esperanzadoras, pero no significa que tenemos controlada la situación, menos frente a la entrada de la nueva variante delta”. Y agrega que, si bien a nivel país los números han mejorado, “para decir que hay un control de pandemia necesitaríamos dos semanas a la baja, una positividad de 3% o menos y bajar a menos del 95% la ocupación de camas”.

Actualmente, la ocupación de camas UCI a nivel nacional es del 92,3% pero considera la red ampliada, que es más de tres veces superior a los cupos que existían antes de la pandemia.

En tanto, Castillo, académico de la Usach, dice a pesar de las cuatro semanas de disminución de casos, den las que el total de casos ha caído un 56,4%, “todavía estamos en una situación de fragilidad por la cantidad de personas en las UCI”.

Bustos, el académico de la UAndes, reseña que “la disminución de las cifras, sobre todo de ingresos UCI, es alentadora y positiva, que hace ver con muy buenos ojos el éxito que va teniendo la vacunación masiva, que te va a proteger de morir, pero nos falta aún”.

Fuente: La Tercera