La situación de los rezagados y los menores de 40 años que aún no se inoculan, son foco de preocupación en el avance del proceso. «Hacer un traje a medida» para ir en busca de esos grupos, es parte de la propuesta.

«Cuando me vacuno no es un acto individual, se vacuna a una población, y estas funcionan cuando se hacen esfuerzos coordinados de toda una comunidad». Esa es la premisa de la campaña «Movimiento Empatía» lanzada este lunes por la Universidad de Chile, que busca generar adhesiones en la sociedad, a través de la entrega de información que potencien la mirada colectiva al proceso.

La iniciativa se transforma en un elemento más de los esfuerzos que se realizan potenciar la inoculación, en medio de un contexto de baja en el ritmo del proceso que se registró durante abril, especialmente en las primeras dosis. En las últimas semanas, ha existido un leve repunte impulsado llegada de más dosis de Sinovac y un cargamento de AstraZeneca, y la ampliación de los rangos de edad en el calendario de vacunación.

Según datos del Departamento de Estadística e Información (DEIS) del Minsal, a la fecha ya se contabilizan a más de 15,7 millones de personas vacunadas. De ellas, un 56,3% tiene una dosis y un 47% tiene ambas dosis, pero expertos señalan que son necesarias más garantías de acceso para potenciar la vacunación que podría llega al 80% de la población objetivo tres o cuatro meses más tarde de lo previsto por Salud.

La meta del 80% de inoculados, ¿garantiza la inmunidad de rebaño?

En febrero de este año, el ministro de Salud, Enrique Paris, hizo las primeras proyecciones: «hemos calculado que para tener a una inmunidad de rebaño tenemos que tener vacunada a un 80% de la población susceptible. Y eso, esperamos, lograrlo a fines de junio», dijo tras recibir su primera dosis de la vacuna de acuerdo al calendario, postura en la que insistió en el balance de este lunes.

No obstante, algunos expertos ya han descartado esa opción. El epidemiólogo y bioestadístico de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, planteó a fines de abril que el retraso que sufrió la inoculación atrasaría la llegada al peak hacia septiembre. En una actualización de las proyecciones, dijo a Emol que «esto se esta corriendo para finales de octubre, con la única salvedad que hace unas semanas la velocidad volvió a repuntar, pero la tendencia global es que esto se sigue ralentizando, por lo tanto urge que la autoridad sanitaria genere incentivos para la vacunación».

Por su parte, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Flavio Salazar, enfatizó que la meta de junio para la llamada inmunidad de rebaño, «está descartada». Esto, porque «muchos los pueden entender como un término de la pandemia, y lo que estamos apuntando con la campaña de vacunación y las medidas sanitarias, es a disminuir drásticamente la circulacion viral, para recuperar ciertos niveles de normalidad, pero eso es distinto a la inmunidad de rebaño».

Para el ex ministro de Salud, Álvaro Erazo, las proyecciones darían cuenta que «el 4 de junio vamos a estar vacunando a los de 20 años, hay un desfase que es natural, no era posible predecirlo, pero claramente se han desplazado los estratos etarios de casos activos y casos nuevos, y por lo tanto ahí hay un llamado de atención para la estrategia que haya que implementar», sostuvo en EmolTV.

«Mayor protección social»

Salazar apunta a que es lógico que si se logra un número de personas vacunadas suficientemente alto, «eso en sí genera una mayor protección social», por lo que insiste en la necesidad de «fortalecer y aumentar rápidamente la campaña de vacunación, que va a ir generando una disminución de la carga viral».

A su parecer, es más difícil de prever el momento en que se podría dar la «inmunidad de rebaño» porque confluyen una serie de factores. «Que esté vacunado el 80% del público objetivo no lo garantiza, porque las vacunas no tienen el cien por ciento de efectividad, por lo tanto si hay un 80% vacunado, habrá un 60% de las personas inmunes, y eso no es inmunidad de rebaño».

Daniel Jiménez, epidemiólogo y director de salud del estudiante de la Universidad de Talca, coincide con el análisis de Salazar: «Apoyo la tesis que inmumidad colectiva es quizás prematuro, porque tenemos que verlo de manera más regional, tenemos que mirar a los países de al lado». Además, para lograr ese 80% «necesitamos 15 millones 200 mil personas vacunadas (con dos dosis), y creo que si bien hay hartos avances, varios colegias plantean que para junio no se lograría».

Fórmulas e incentivos para avanzar

Para Jiménez, hoy nos enfrentamos a un «escenario preocupante» frente al número de rezagados que existen, debido a que «el hecho de que personas se atrasen con su segunda dosis, puede jugar en contra en el funcionamiento del proceso de vacunación».

Al analizar el escenario por edades, la inoculación en el rango etario de 40 a 49 años, donde un 64% tiene una dosis, y un 34,6% tiene dos inyecciones, según datos del DEIS. De hecho, hoy, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, informó que «el porcentaje de adultos menores de 44 años convocados a la vacuna que aún no se inocula supera el 40% del total».

La propuesta entonces es «hacer un trabajo un poco más territorial, pensando en sus dinámicas en torno al horario laboral. Hay que buscar la estrategia, casi como hacer un traje a medida, ver cuáles son sus necesidades. Es clave pensar en qué barreras tienen de accesibilidad a la vacuna».

Otra de las alternativas, es avanzar con el proceso de vacunación extramuro, que va en la línea de garantizar mejor acceso a las vacunas, situación que comenzó en 7 comunas de la RM, pero que aún no tiene replicación en regiones. «La idea de eso es eliminar todas las barreras para que las personas accedan a la vacunación, pero eso debiera replicarse también en regiones, ese es un problema estructural que tienen en políticas públicas nuestro país», reflexiona Jiménez.

El impulso a la vacunación a través del «carnet verde» que ha propuesto el Gobierno, también vuelve al debate al considerar metas de inoculación. Para Erazo, «esa lógica de incentivo y desincentivo en algunos ámbitos del mercado funciona, pero en el ámbito de bienes públicos más bien apuesto a la cooperación». Por eso, su propuesta es que «el día de mañana debiéramos discutir la obligatoriedad de la vacuna».

«Ya hemos probado que la vacuna es buena, eficaz, efectiva y además salva vidas (…) a esto le diría que ojalá el día de mañana tengamos un consenso para que logremos que esta vacuna tenga cierta obligatoriedad, y que los empleadores tengan la obligatoriedad de ayudar a los trabajadores a que se vacunen», zanjó.

Fuente: Emol.com