Desde el mundo del trabajo, la pregunta obvia respecto del mundo postpandémico es qué pasará con el trabajo remoto y la ocupación de las oficinas.

Que duda cabe que ha sido un año complejo. El 2020 nos puso a prueba como personas y como sociedad, obligándonos a cambiar el rumbo que seguramente teníamos planificado en esta misma fecha el año recién pasado. Fue un año que desafió nuestra resiliencia, la capacidad de inventarnos un nuevo camino y de comprender la interdependencia que en un mundo global tenemos entre los habitantes del mundo entero. Un aprendizaje del 2020 es reconocer que nos necesitamos unos a otros.

Cada año y este 2021 llega lleno de esperanza. La disponibilidad, aunque sea de pequeñas dosis, de la vacuna nos permite mirar el futuro con optimismo. De acuerdo a las estimaciones de las autoridades, se espera que en junio de este nuevo año alcancemos una cantidad de personas vacunadas que nos permita lograr la inmunidad en nuestro país. Esto nos permite pensar que es factible que a mediados de año, podamos volver a alcanzar cierta normalidad y disminución de las restricciones que teníamos pre-pandemia.

La llegada de la vacuna sin duda nos da la esperanza de que como humanidad podemos vencer el virus que nos ha tenido en vilo todo el 2020, pero tenemos que ser conscientes que mientras no logremos que el 70% a 80% de la población esté vacunada, no podemos decir que se terminó la pandemia. De esta manera, sólo quiero reforzar que debemos mantener las tres medidas preventivas más básicas que hemos aprendido durante este tiempo hasta que ello ocurra: uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y distanciamiento físico.

En el mundo del trabajo, el 2021 también nos trae grandes desafíos. El primero que comenzamos a enfrentar desde este mismo mes es la definición del rol de las organizaciones en el proceso de vacunación. Desde nuestra experiencia en Mutual de Seguridad, la logística necesaria para lograr la cobertura de cerca del 80% de la población no es fácil. La campaña de inmunización contra la influenza, donde el esfuerzo del sector público está puesto de manera casi exclusiva en la población de riesgo, toma aproximadamente tres meses. En este proceso colaboramos diferentes instituciones de salud privada para abarcar una mayor proporción de la población. En nuestro caso, el foco lo ponemos en la población laboral.

En el caso de la vacuna contra el Covid, es razonable que las instituciones privadas no estamos en condiciones de hacer compras directas de vacunas a los laboratorios internacionales. Sabemos que son los gobiernos del mundo quienes están preocupados de obtener la producción que los laboratorios internacionales están poniendo a disposición. La pregunta entonces es: ¿cómo las instituciones privadas de salud y las empresas en general podemos ser un aporte para acelerar el proceso de inmunización en el país, particularmente en el ámbito de la población laboral? No puedo más que señalar que ponemos a disposición de la autoridad todas nuestras capacidades para apoyar en este proceso que sin duda será unos de los principales desafíos de este 2021.

Pero también el comienzo de este nuevo año, así como la esperanza de lograr inmunizar a la población nos invita a cuestionarnos respecto de los próximos desafíos.

Y aquí quisiera plantear la primera pregunta respecto del mundo postpandémico: ¿eliminaremos las mascarillas de nuestro vestuario habitual? Sin ser especialista me pregunto si no serán estas mismas tres medidas preventivas, que espero ya hayamos incorporado como hábito, las que nos permitan enfrentar otras enfermedades respiratorias que son relevantes en nuestro país, como la influenza o el virus sincicial.

Desde el mundo del trabajo, la pregunta obvia respecto del mundo postpandémico es qué pasará con el trabajo remoto y la ocupación de las oficinas. Sin duda durante el 2020 estuvimos obligados a aprender a hacer trabajo a distancia, descubrimos las reuniones no presenciales y ganamos todo el tiempo que diariamente usamos en los traslados. Si miramos los estudios que hemos realizado en Mutual de Seguridad, creo que la respuesta no es blanco o negro, probablemente un formato mixto de trabajo presencial y remoto sea la tónica de los próximos años donde podamos aprovechar lo mejor de ambas modalidades. Pero, en esta oportunidad, tenemos la posibilidad de planificarlo, de evaluar los equipos que están más preparados para una modalidad de trabajo remota, rediseñar nuestros espacios físicos para que permitan la colaboración y el desarrollo de la cultura organizacional, entre otros aspectos.

En esta columna, sólo he querido plantear algunas ideas de los desafíos que enfrentaremos el 2021 reforzando la idea que debemos tener en cuenta que nos necesitamos unos y otros, Yo me cuido por ti. Sin embargo, la pregunta en relación al futuro sigue abierta y los invito a reflexionar respecto de ella: ¿qué tipo de mundo postpandémico queremos construir?

 

Columna del Presidente de la Asociación de Mutuales, Lorenzo Constans

 

Fuente: La Tercera