Todos los años, 15 millones de personas en el mundo sufren un accidente cerebrovascular (ACV) y casi 6 millones mueren por este cuadro, que puede ocurrir por la obstrucción de alguna de las arterias que irrigan al cerebro (ACV isquémico) o la rotura de uno de estos vasos sanguíneos (ACV hemorrágico).

Los ACV son la segunda causa de muerte a nivel mundial. En Chile, sin embargo, desde 2008 son la primera: cada año se registran 25 mil nuevos casos, de los cuales 9 mil fallecen. El 90% de estas personas podría haberlo evitado.

Así lo revela el estudio Interstroke, destinado a explorar los factores de riesgo de ACV. Este se realizó en África, Asia, Australia, Europa, Medio Oriente, América del Norte y América del Sur, y sus resultados se publicaron hace unos días en la revista The Lancet.

Tras estudiar a 27 mil personas de 32 países, incluido Chile, sus autores determinaron que, independiente de la edad, sexo y grupo étnico, el 90,7% de los ACV ocurren debido a 10 condiciones de salud o estilos de vida que se pueden modificar o tratar fácilmente (ver infografía).

Peligro desconocido

Si bien se necesita que varios factores de riesgo se combinen para causar un ACV, el más relevante es la hipertensión no controlada igual o mayor a 140/90 mm Hg, revela el estudio.

«Casi el 50% de los ACV es atribuible a esta condición en todos los países analizados», cuenta el cardiólogo Fernando Lanas, académico de la U. de La Frontera y coinvestigador del estudio, que abarcó a cerca de 260 chilenos, reclutados en los hospitales regionales de Temuco, Talca, Valdivia y Puerto Varas.

Un aspecto preocupante, dice el experto, es que «en Chile el 40% de las personas que son hipertensas no lo saben». Además, solo 37% de quienes están diagnosticados están bajo tratamiento.

«De ahí que solo uno de cada 5 chilenos tenga la presión bien controlada. Si esto mejorara, las cifras de ACV y muertes por esta causa bajarían drásticamente», afirma Lanas.

Para el doctor Walter Feuerhake, jefe de Neurología de la Clínica Santa María, la alta tasa de infartos cerebrales en Chile no solo se debe a falta de prevención. «Entre el personal de salud hay mucho error en el reconocimiento de este cuadro en las primeras horas», señala. Las cuatro primeras horas son críticas para administrar la trombolisis intravenosa, fármaco que disuelve el trombo causante de un infarto cerebral, pero que no está en la canasta del AUGE para ACV.

Aumentar en 10% la sobrevida por accidente cerebrovascular es uno de los objetivos sanitarios del Ministerio de Salud para 2020. Por eso, coinciden Lanas y Feuerhake, el ministerio ya está tomando medidas para mejorar el acceso a trombolisis y la atención de estos pacientes.

Pero reducir los factores de riesgo de ACV, subraya Lanas, «depende en gran medida de la voluntad de las personas, más que del sistema de salud».

Esto incluye reducir el consumo de sal, aumentar la ingesta de frutas y verduras, mantenerse físicamente activo, tener un peso adecuado, consumir alcohol en forma moderada y controlar la presión arterial.

 

Fuente: El Mercurio